The Crown: lo que muestra la serie versus lo que realmente ocurrió

Está basada en la historia real de personajes públicamente conocidos a nivel internacional. Pero ojo, que "basado en" usualmente no significa "completamente apegado a los hechos reales".

Es el caso de The Crown, y tantas otras ficciones, que buscan retratar eventos reales sumando elementos de drama para generar una narrativa más atractiva.

Con tres temporadas estrenadas, la historia de la Reina Elizabeth II y su familia desde que asume el trono a los 25 años, es una de las series más aclamadas de Netflix. No solo porque muestra a la realeza británica, una trama que generó interés inmediato en las audiencias; también por el nivel de producción que tiene.

En su tercer ciclo, disponible en Netflix desde el domingo 17 de noviembre, se requirió un cambio de elenco que mostrará mayor edad en sus personajes y la selección de aquellos hitos históricos más relevantes.

¿Cuánto de ficción hay en los nuevos episodios de The Crown? Lo detallamos a continuación.

Robert Lacey, biógrafo de la realeza por medio de su libro The Crown: The Official Companion, declara que no existe ninguna prueba de que Margaret quisiera el trono o hiciera algo contra el reinado de su hermana.

"La idea surge de una tensión implícita entre las dos princesas. Había poca sensación de que Margaret fuera educada como posible sucesora de su hermana hasta que nació Charles. Definitivamente hubo momentos en que Margaret, ya siendo mayor de edad, no fue impulsada a tomar mayores responsabilidades", dijo Lacey en entrevista con revista People.

"No estoy al tanto de Elizabeth haya hecho malos comentarios en torno a Margaret. Siempre se preocupó por ella. Y Margaret se mantuvo públicamente como un gran apoyo para su hermana", agrega el autor, descartando una escena de la tercera temporada en la que Margaret visita a Sir Alan "Tommy" Lascelles.

En la serie, Margaret y Lord Snowdon son enviados a la Casa Blanca como parte de su gira por Estados Unidos. El entonces presidente Lyndon B. Johnson, había rechazado una invitación a Reino Unido, luego que los británicos se negaran a prestar apoyo durante la guerra de Vietnam. La deuda de 800 libras que el país tenía, fue negociada con el encanto de Margaret.

Pero la realidad fue otra: Johnson nunca rechazó una invitación por parte de Reino Unido e incluso hospedó a Margaret en la Casa Blanca. Sin embargo, su visita fue mal vista por el Embajador estadounidense, quien incluso pidió que la princesa no volviera al país.

"Es cierto que la realeza usaba el poder suave, si es que lo había, para ayudar con la ventaja económica, pero esto es un ejemplo de una práctica histórica que fue modificada en pos del drama. Ella intentó ayudar en esos años y Gran Bretaña fue apoyada económicamente por Estados Unidos, pero esto exagera el rol de Margaret", aclara Lacey.

Cuando Charles ya estaba enamorado de Camilla Shand, fue enviado a una travesía marítima. A su regreso, Camilla estaba casada con su novio Andrew Parker Bowles, circunstancias que, de acuerdo a la serie, fueron gestadas por Louis Mountbatten. Según la producción de Netflix, enviar a Charles lejos durante meses, fue un plan intencional de Louis y la Reina madre para sacar a Camilla de su vida.

"Es posible que Mountbatten estuviera involucrado en algo así, pero estoy seguro que no es cierto que se haya coludido con la Reina madre. ¡No se soportaban! Pero es posible que Mountbatten haya actuado motivado por preocupaciones familiares o que incluso enviar lejos a Charles fuera pensado como una prueba de su amor", explicó el biógrafo.

"Fue imaginado", dijo Lacey a People. "Considerando que el padre de Elizabeth murió cuando ella era muy joven, y que Winston Churchill fue quien la guió en sus primeros años de reinado, la serie intenta mostrar la cercanía entre ellos. Él fue una suerte de figura paterna que ella no tuvo, en cuanto a rol político y constitucional, y juntos establecieron las audiencias semanales, las cuales eran muy importantes para ella".

Pero la visita de la Reina poco antes de la muerte de Churchill y el beso en la frente, son detalles de la ficción para añadir dramatismo. Lo que sí fue real, fue la asistencia al funeral.

Repasando un poco la historia, Edward asumió el trono como dictaba la tradición, pero decidió abdicar tras enamorarse de Wallis Simpson, una mujer norteamericana divorciada. Dado que se le prohibió casarse con ella, dejó la corona y su hermano Jorge VI debió asumir. Elizabeth siempre resintió el verse obligada a asumir el trono por culpa de su tío.

En la serie se muestra una visita espontánea por parte de Elizabeth a su tío poco antes que este muriera, instancia en la que Edward se disculpa por abdicar y le entrega cartas enviadas por Charles, en las cuales el Príncipe confiesa su amor por Camilla.

Según el nuevo libro del historiador Hugo Vicker, cuyo extracto fue publicado en The Times, la Reina visitó a su tío previo a su muerte, pero fue planeada con anticipación y no hubo disculpas por parte del anciano. Además, las supuestas cartas que Charles envió a su tío abuelo nunca existieron.

Margaret viajó a la isla de Mustique donde tuvo un romance con Roddy Llewellyn, un joven jardinero que después se dedicó al espectáculo. Llewelly era 17 años menor que ella.

Efectivamente fue causal de ruptura con Lord Snowdon, dado que en el aquel viaje se filtraron fotografías privadas que mostraban a la pareja nadando en una piscina.

Después de 20 años de matrimonio, Margaret y Lord Snowdon anunciaron su divorcio, y la Princesa estuvo emparejada por 8 años con Llewelly.

La serie da a entender que existe una chispa y coqueteo entre la Reina Elizabeth y Lord Porchester, quien administraba sus caballos. Durante los viajes a Francia y América recorriendo establos, se deja ver cierta vibra romántica entre ambos, pero fue mera ficción.

Según cuenta Vickers, no hubo ningún tipo de relación más allá de lo profesional y pasión por los equinos. De hecho, en los largos viajes generalmente eran acompañados por la esposa de Porchester o el Príncipe Phillip.

En la serie, la reina se expresa impactada al descubrir que uno de sus empleados, Sir Anthony Blunt, era en realidad un agente soviétivo que compartía información sobre la corona desde antes que Elizabeth II asumiera el trono. Al ser descubierto, Anthony no fue sancionado ya que si Estados Unidos lo descubría, la relación con Reino Unido se hubiese quebrado.

Lo que ocurrió realmente, según el secretario privado de la Reina, Sir Michael Adeane; fue que ella estaba en pleno conocimiento respecto a Blunt. Sin embargo, nunca se precisó por qué se le dieron tantas facilidades dentro de palacio, funciones que dejó cuando Margaret Thatcher descubrió su verdadera identidad. Cuando se hizo público, la Reina lo retiró de su cargo y le quitó su título de caballero.

Sí hubo un espía ruso trabajando en palacio, pero el chantaje al Príncipe Phillip solo es parte de la adaptación televisiva.

En 1969, la Reina Elizabeth II autorizó la realización de un documental que llevó a las cámaras de BBC al interior del Buckingham. Sin embargo, a la monarca no le gustó el resultado.

Más de 37 millones de personas sintonizaron la cinta lo que, si bien se considera un éxito de audiencia, llevó a que fuese sacado de emisión por orden de la soberana. Solo quienes lograron sintonizar en vivo el canal pudieron ver el filme, cuyo registro está bajo siete llaves.

Actualmente, la única forma de verlo es a través de algunas escenas que fueron ocupadas para un documental de 2011, el cual celebra los 60 años desde que Elizabeth II asumió el trono.

En las primeras temporadas se escuchó el apodo "Lilibet", nombre por el que la llamaban sus familiares y amigos cercanos a partir de la forma en que ella decía su propio nombre cuando era pequeña. En los nuevos episodios, el Príncipe Phillip le dice "repollo" (cabbage), un apodo que, de acuerdo a fuentes de palacio, es real.