"Si eres campeón del mundo no hay nada más"
Veinte años y tres días atrás, el hoy técnico de Francia levantaba la primera copa del Mundo en su condición de capitán. En Moscú, igualó la gesta realizada por Zagallo en Brasil, y Beckenbauer en Alemania.
12 de julio de 1998. Didier Deschamps, capitán de Francia, levanta la primera copa del mundo para los galos. Su grito de euforia se escucha en todo el Stade de France de Saint Denis, que no se cansa de aplaudir al equipo que tenía como gran figura a Zinedine Zidane. El grito que tantos años llevaba ahogado lograba hacer retumbar cada calle de París.
Lo cierto es que la historia del país europeo parece tener un lugar reservado para Didier Deschamps. Veinte años y tres días más tarde de aquel primer triunfo histórico, y ya como seleccionador, el nacido en Bayona consiguió la segunda estrella para Les Bleus. Y se metió así en un selecto grupo que solo formaban hasta ayer otros dos ilustres: el brasileño Mario Zagallo, dos veces campeón del mundo como jugador (1958 y 1962)y una como técnico (México 1970). Y el alemán Franz Beckenbauer, quien triunfó en 1974 como futbolista y 1990 como entrenador.
Ayer, en Moscú, el técnico que asumió la banca en 2012 dejó atrás todas las dudas que en algún momento existieron sobre su capacidad. Esas mismas interrogantes que se incrementaron cuando Zinedine Zidane anunció que dejaría el Real Madrid, por lo que muchos especularon con que asumiría la banca luego del Mundial. El exvolante, que tiene contrato hasta 2020, está más firme que nunca. Más cuando sus propios futbolistas no escondieron su afecto y le hicieron el tradicional manteo para destacar su figura. El estratega generó toda una revolución en la previa a la final. Incluso, a través de las redes sociales iniciaron una campaña para que dirigiera con la camiseta que consiguió el título de 1998. Nada de eso ocurrió.
En la conferencia de prensa, Deschamps intentó mantener la calma. Ni siquiera la interrupción de sus jugadores, comandados por Griezmann y Pogba, que cantaban "Didier Deschamps, Didier Deschamps", lograron nublarlo. De entrada intentó restarse méritos por conseguir títulos mundialistas como jugador y técnico. No quiere que las portadas lo apunten como el gran artífice de la hazaña: "Significa cerrar un círculo y es un orgullo personal, pero honestamente es algo secundario en toda esta historia. Yo me siento feliz por la felicidad de mis jugadores", señaló.
El técnico explicó que a su llegada al vestuario, luego de conseguir el título, lanzó dos mensajes al plantel. No quiere que pierdan el foco: "Primero, les dije que siempre van a estar vinculados a este éxito. Y, después, que todo va a ser diferente a partir de ahora. No quiero decir que esto vaya a cambiar su profesionalidad, pero cuando eres campeón del mundo no hay nada más", indicó.
El estratega reveló que perder la final de la Eurocopa 2016, frente a Portugal, sirvió para llegar mejor preparados para Rusia 2018. Esa derrota fue comentada durante todo el Mundial por gran parte del plantel: "No jugamos un gran partido pero mostramos fortaleza mental y anotamos cuatro goles (...) El grupo trabajó duro y tuvimos algunos momentos difíciles en el camino. Fue muy doloroso perder la Euro hace dos años, pero nos enseñó una lección".
"Estoy muy feliz de este grupo, porque venimos desde lejos. Esto no siempre fue simple, pero a fuerza de trabajo, de escuchar", cerró el hombre que se acostumbró a subirse a los podios con la bandera de su país.
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