El fin de la era Wenger

WENGER
EFE

El francés (68) anunció que deja el Arsenal al final de la temporada, tras casi 22 años como su técnico.



En el fútbol moderno, es muy extraño encontrar casos con el de Arsène Wenger. No es común que un entrenador permanezca más de dos décadas en el  cargo, por la premura de los resultados y la escasez de proyectos amplios y profundos. En el fútbol moderno, es muy extraño encontrar casos con el de Arsène Wenger. No es común que un entrenador permanezca más de dos décadas en el  cargo, por la premura de los resultados y la escasez de proyectos amplios y profundos.

La era eterna del francés, quien llegó de manera silenciosa a Inglaterra, como un desconocido desde Japón, pero que terminó erigiéndose como el arquitecto de la mejor época de los Gunners, se acaba. Ayer se hizo oficial que Wenger deja la banca londinense al cabo de la presente temporada. Este año cumpliría 22 años en el cargo. No es novedad decir que durante las últimas campañas el galo fue blanco de las manifestaciones de los propios hinchas, quienes pedían su salida por las discretas campañas, ya sea en la Premier o en la arena continental.

El 1 de octubre de 1996 asumió y once días después debutó en el banco, con una victoria 2-0 sobre Blackburn Rovers. Hasta el día de hoy, el larguísimo recorrido del Profesor en el club indica que lleva 1.228 partidos dirigidos, con 704 triunfos, 279 empates y 245 derrotas, 2.285 goles a favor y 1.219 en contra. Se despedirá como el entrenador más laureado de la historia cañonera. Tiene tres Premier League, siete Copas FA y siete Community Shield. Sigue en carrera en la Europa League (está en semifinales).

"Después de una consideración exhaustiva y tras varias conversaciones con el club, siento que es el momento correcto para retirarme. Estoy muy agradecido por tener el privilegio de servir al club durante tantos memorables años", señaló Wenger. Por su parte, el socio mayoritario del Arsenal, Stan Kroenke, dijo: "Es uno de los días más difíciles en todos los años que llevo en el deporte".

Independiente a las críticas recibidas en los últimos años, uno de los grandes méritos de Wenger fue construir un estilo, que levantó al club y lo instaló en la vanguardia. Su perspicacia en elegir con pinzas a los refuerzos también es una característica que se le resalta, pasando desde Thierry Henry hasta Alexis Sánchez, un pedido expreso del francés tras el Mundial de Brasil.

El peak de su estilo lírico sucedió en la campaña 2003-2004, cuando ganó la liga con los Gunners sin una derrota, aquel plantel denominado Los Invencibles. La próxima temporada no será igual, porque Wenger es parte de la vida del Arsenal.

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