Inglaterra tiene un talismán

Inglaterra tiene un talismán. Un obrero capaz de sacrificarse por el equipo antes que por sus intereses personales de figuración y aclamación. Ordena, da instrucciones, quita, y conduce el juego ofensivo sin necesariamente mostrar gran brillantez, pero su eficacia ha quedado en evidencia en esta Copa. Su nombre es Jordan Henderson (28 años), el 8 británico, el gran líder del sorprendente equipo que mañana buscará su paso a la final, tras 52 años.

Cuestionado desde su primera citación al equipo de los tres leones, con el paso del tiempo llegó a transformarse en el capitán inglés y, aunque este año Gareth Southgate decidió entregar la jineta a Harry Kane, Henderson es el verdadero maestro de la orquesta.

No son sólo percepciones subjetivas. Los números que el capitán del Liverpool ha conseguido en Rusia impresionan. Ya corrió 45,1 kilómetros en los 385 minutos que ha jugado hasta ahora, superado únicamente por Jesse Lingard (con 46,14 km, en 362 minutos) y John Stones (45,94 km en 435').

Pero quizás el dato que más impresiona e ilusiona entre los fanáticos es que, con él en cancha, Inglaterra jamás cayó. Ningún otro internacional británico ha conseguido igualar su actual racha de 30 partidos sin derrotas (23 victorias y siete empates), un récord que comenzó con el amistoso contra Noruega en Wembley, que acabó 1-0, en septiembre de 2014.

Él, tal como Lingard, Jordan Pickford y Harry Maguire, es la encarnación del estilo que Southgate ha implementado desde que se consiguió la clasificación a este Mundial. La filosofía de juego, algo que habían perdido durante muchos años, comenzó a volver de la mano de jugadores técnicos y voluntariosos, capaces de realizar lo ensayado en entrenamientos al pie de la letra.

Henderson ha reconocido públicamente la influencia que el alemán Jürgen Klopp tuvo en su destape, siendo uno de sus jugadores más importantes en el esquema, precisamente por su entrega y despliegue en cancha, algo que calza perfecto con su estilo, llegando con el equipo este año a la final de la Champions League.

Y mañana, el talismán volverá a estar presente. Ahora, para enfrentar a Croacia, un duro rival que, además, revivirá el duelo con Luka Modric que se vio en la pasada final de la Champions.