Jara paga el pato

El hincha de Universidad de Chile suele jactarse de la fidelidad hacia sus jugadores. El equipo puede ir cayendo por goleada, pero los insultos al plantel no están permitidos. El amor al escudo está por sobre todo. Este martes, en el Nacional, los forofos azules tuvieron una reacción poco común. Perdieron la paciencia. No respetaron los códigos que ellos mismos se autoimponen. El grueso error de Gonzalo Jara (32 años), en la caída por 0-2 ante Vasco de Gama, terminó de sepultar al defensor con los fanáticos.

Las pifias, cada vez que tocó el balón, se tornaron ensordecedoras. Los insultos caían de todas partes. Incluso, una vez que se retiró del Nacional, se le recriminó su alto salario: "¿Para esto cobras 50 millones?", le enrostró un hincha. El mundialista no respondió. Nunca levantó la cabeza y siguió el trayecto hacia su vehículo.

Lo cierto es que Gonzalo Jara cansó a la concesionaria estudiantil. Sus bajas actuaciones aburrieron a todos sus defensores, incluso a quienes gestionar su llegada. No hay justificaciones. Más aún cuando su actitud no ha sido la mejor en el CDA. Se le acusa de no estar comprometido con el resto de sus compañeros. Recuerdan el episodio vivido ante Universidad Católica, en el clásico en San Carlos: "Jara se enteró que sería suplente y no puso ningún interés en ayudar al equipo. Salió a calentar tarde a la cancha, caminando, con cero ánimo", dice un director.

El contrato de Jara finaliza en diciembre. Su salida sólo se puede gestionar si algún club paga la cláusula establecida en US$ 1,5 millones. Sin embargo, en el club están dispuesto a evaluar, y posiblemente aprobar, cualquier oferta que arribe por el oriundo de Hualpén: "En enero yo propuse que lo vendiéramos. Nos ahorraríamos el arriendo de pase de US$800 mil anual", dice uno de los 11 miembros de la mesa.

En contacto con La Tercera, Alan Silberman, asegura no haberse reunido con la dirigencia sobre el futuro del central. Dice que, de igual manera, ya han habido sondeos para contar con el campeón de América: "Jara ha tenido mala suerte. Afortunadamente por su trayectoria y currículum las ofertas no le van a faltar. Ese tema de la salida no se ha tocado aún, pero siempre preguntan por él desde otros clubes. Hoy tiene sondeos muy concretos desde Europa".

Jara no está cómodo de azul. Sus constantes errores, y hasta algunas actitudes en las que evidencia su displicencia, terminaron por crucificarlo. Su salida se ha visto frenada por la situación familiar. "Gonzalo está muy dedicado a su familia. Tiene hijos en el colegio y no es llegar y mandarse a cambiar. ¿Te digo algo? A él no le afecta lo que diga la prensa porque no lee. A él le afecta en lo personal que lo critiquen los hinchas de la barra porque hace 25 años él estaba en ese mismo sector alentando a la U. Jara es el hincha número uno de la U", dice el agente.

En el plantel, los referentes intentan protegerlo. Mauricio Pinilla fue uno de los primeros que salió a respaldar al formado en Huachipato: "Gonzalo es un tremendo jugador. Puede cometer un error, pero es un error puntual. Más responsable soy yo, porque el equipo hizo dos goles en seis partidos, somos más culpables los delanteros. Sé el cariño que le tiene Gonzalo al club. Nadie quiere cometer un error así, pero no lo pongo como algo muy trascendente", declaró el 9. Beausejour, su socio de la Selección, se molestó al ser consultado: "Yo no voy a hacer caer toda la responsabilidad sobre Gonzalo Jara, yo no soy así, no toda la campaña o los malos resultados son culpa de él", indicó el futbolista de 33 años.

En conferencia de prensa, en tanto, Rodrigo Echeverría evitó hablar de los errores del 18 estudiantil: "Es un momento difícil por el que se está pasando, no he hablado nunca de un compañero y en este momento no lo voy a hacer". El formado en la U además comentó el retiro de Carlos Heller, presidente de Azul Azul, antes que finalizara el duelo ante Vasco: "Ya nos dará su excusa o algo", cerró.

La U se ha quedado sin nada. Y el hombre que a estas horas concentra todos los reproches es Jara. El central paga el pato. Su sentencia cuelga de este fracaso.