Rodelindo Vidal
El Rey Arturo presentó ayer la camiseta de su club, su proyecto más adorado. Reconoce que antes no fue prolijo con su físico, pero no se arrepiente: "Si puedo estar lesionado y me dan la posibilidad de jugar, voy a jugar siempre".
Cuando Arturo Vidal daba sus primeros pasos en el fútbol en el Rodelindo Román, de San Joaquín, probablemente no imaginó que algún día ese modesto club de barrio estaría en Tercera División B ni menos que estaría lanzando una camiseta llena de auspiciadores en el exclusivo Club Chicureo.
Pero a pesar de todo lo selecto que pudiera parecer el evento, el volante del Bayern Múnich no pierde la cercanía con su gente. Ayer, se vio a un tipo auténtico, sin poses de divo. Aparte de las fotos que se sacó con las personas que compraron la camiseta del club, se acercó a todo aquel que se lo pidió. Incluso, cuando ya se subía al auto que lo trasladaba. No hubo impedimento para firmar autógrafos, grabar videos y mandar saludos. También se dio tiempo para compartir con el plantel. "No los conocía, siempre veo los partidos, sé los jugadores, pero nunca había estado. Ayer (jueves) compartí con ellos y mañana (hoy) voy a ir al estadio para poder estar con ellos y poder disfrutar a Rodelindo. Me gustaría jugar, pero no se puede. Me encantaría", dice.
Y en el club coinciden con que Vidal no se pierde detalle alguno. "Está muy presente. Al principio me mandaba mensajes todos los días, pero ahora está más tranquilo. No es tan fácil como se ve, hay que acomodar mucho, pero se va avanzando. Él mantiene esa cercanía y nosotros se lo agradecemos mucho", apunta Rodolfo Madrid, entrenador del equipo.
"Es bonito formar parte de esto. Que se venda la camiseta del equipo que me enseñó todo lo que sé... Del barrio se sacan los mejores jugadores", añade el Rey Arturo, quien se emociona al hablar de su club y de su dedicación por el proyecto. "Es hijo, papá... De ahí salí yo, poh. Hay mucha gente que todavía nos sigue del barrio y se ha ido adaptando otra gente de afuera", explica. Y no esconde su sueño: "Llegar a Primera División y un día jugar la Libertadores, y en ese momento estar yo presente".
Si hasta sus compañeros en Alemania le mandan saludos al club. "El equipo que más conocen acá en Chile mis compañeros es el Rodelindo".
Antes de irse, cuenta que estos días han sido ajetreados para él. "Todavía no he podido descansar, he tenido que entrenar un poco por la rodilla. He ido fortaleciéndola para que esté bien y poder disfrutar los últimos años de mi carrera", afirma.
Sorprende con su sinceridad para reconocer que se equivocó al no respetar los plazos de su recuperación, previo al Mundial de Brasil: "Todos saben que no cumplí los pasos a seguir la otra vez, siempre arriesgué todo por la Selección o por los equipos en que he estado. Entonces, llegó el momento de preocuparme de mí; de los años que vienen para estar de la mejor forma y la gente pueda disfrutar".
No se arrepiente. "No, son cosas del juego. Y yo soy muy apasionado con la gente que me da la oportunidad, que me apoya en los momentos difíciles. Y si puedo estar lesionado y me dan la posibilidad de jugar, voy a jugar siempre", sentencia.
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