José Yuraszeck: “No hay salidas fáciles para la U cuando el daño es tan grande”

José Yuraszeck, posando para La Tercera, en una imagen de archivo. Foto: Mario Tellez.

El ex presidente de Azul Azul apunta a Carlos Heller como el reponsable de la crisis estudiantil, pero también pide que el actual timonel, Michael Clark, asuma la responsabilidad de su cargo.


José Yuraszeck (70) lleva más de seis años alejado de Azul Azul. La última vez que lució un cargo fue en enero de 2015, fecha en la que decidió vender el total de sus acciones a Carlos Heller para retirarse del club de sus amores. Un año antes, en abril de 2014, el nacido en Puerto Montt ya le había entregado la presidencia al empresario de Los Ángeles. Fueron casi seis temporadas en diferentes cargos en la U, equipo en el que cosechó cuatro campeonatos nacionales, una Copa Chile, la Copa Sudamericana y dos semifinales de la Copa Libertadores. Más allá de estar alejado de las decisiones que hoy toma la institución, el ingeniero civil nunca dejó de lado su condición de hincha. Hasta antes de la pandemia, no hubo partido en que no asistiera a marquesina. Y como todos, sufrió y pasó rabias.

Yuraszeck se había mantenido al margen de la crisis que golpeó a la U durante la temporada 2021. No había querido hablar. Ni siquiera cuando Heller, uno que siempre ha sido apuntado por el puertomontino, vendió el 63% de sus papeles. Hoy, sin embargo, acepta responder las consultas de El Deportivo. Lo hace a través de un cuestionario que aborda por correo electrónico, en el que acepta contrapreguntas.

De entrada, repasa su gestión durante los años como miembro de la mesa de mando de Azul Azul. Sabe que su periodo, en el que trabajó de la mano con Federico Valdés, estuvo marcado por el éxito. Y lo dice con orgullo: “Hay que recordar que el período que va de los años 2009 al 2013 es, sin duda alguna, el mejor de la historia de la U. Tuve la suerte de haber sido, en ese período, presidente del club, o de la comisión de fútbol. Logramos cuatro campeonatos nacionales (con Markarian y Sampaoli), dos semifinales de Copa Libertadores (con Pelusso y Sampaoli) y la Copa Sudamericana. Sampaoli después dirigió a la Selección que ganó la primera Copa América para Chile. Esa U marcó una época”, comienza diciendo.

¿Cómo vivió el partido frente a La Calera, que tuvo a la U a siete minutos del descenso?

Fue una verdadera pesadilla. Lo vi en un Ipad, en Dalcahue. Si uno se acordaba de las últimas 12 fechas, que habían sido de terror, esta no tenía por qué cambiar. El equipo no venía jugando a nada, jugadores atemorizados y sin un gran espíritu de lucha. Poca intención, mucho pelotazo, nadie disparaba al arco. Era algo difícil de cambiar, y no cambió hasta la ultima media hora en que los jugadores se volcaron sobre el arco de La Calera.

¿Pensó que el equipo descendía?

Veía muy difícil salvarse. Después del segundo gol de La Calera el panorama era más que negro.

¿La U merecía descender?

Por fútbol, pienso que sí. Fuimos de los peores equipos del campeonato. Nos salvamos de milagro. Hubo un gran mérito de los jugadores que, en un par de minutos, dieron vuelta un partido que parecía imposible.

¿La U tocó fondo?

Espero que hayamos tocado fondo. Más abajo solo queda jugar en Primera B y estuvimos a siete minutos de aquello. Estos últimos tres años han sido muy malos, la peor época en la historia de la U.

¿Sabe quiénes son los dueños de la U?

Sé lo que sabe todo el mundo: hay unos fondos de inversión y estos habitualmente están conformados por muchos pequeños inversionistas. También sé quién es el presidente del club y espero que a partir de ahora asuma la tremenda responsabilidad que significa ser presidente de la U.

José Yuraszeck, festejando el tricampeonato de la U en 2012. FOTO: JOSÉ CARVAJAL/AGENCIAUNO

¿Se debe saber quiénes son los dueños?

Por supuesto, pero creo que cuando los dueños son muchos y nadie controla, lo relevante es que conozcamos bien al presidente, a los encargados de la Comisión de Fútbol y a todos los directores. Que ellos nos muestren su plan de corto, mediano y largo plazo. Deben aclarar qué es lo que quieren para la U.

¿Lo ha hecho bien Clark? ¿Debe ser un presidente más activo?

Los resultados hablan por sí solos.

Los resultados han sido pésimos. ¿Lo ha hecho mal?

Si los resultados hablan por sí solos, y los resultados han sido malos… ¿cómo lo ha hecho?

¿Qué le parece el conflicto entre Azul Azul y la casa de estudios?

Es un conflicto artificial. Al parecer al rector Vivaldi no le han informado bien del contenido del contrato de concesión entre la casa de estudios y Azul Azul. Lo único que puede hacer la Universidad es hablar a través de los dos directores que puede nombrar sin ser accionistas. Si uno revisa las actas del directorio, que son públicas, nada de ello ha ocurrido. Si la Universidad cree que las cosas se han hecho mal, el rector tiene que pedirle una rendición de cuentas a sus directores y no decir que va a quitar el uso de los símbolos. El contrato no permite aquello. Sus directores nunca se opusieron al despilfarro de plata de estos años en la compra de decenas de jugadores de muy baja calidad. A ellos debe pedirles una explicación.

Si tuviese que repartir culpas... ¿Qué porcentaje recae sobre Heller y sobre la nueva administración frente a la campaña que casi lleva al descenso a la U?

Los últimos tres años han sido muy malos, los peores de la historia de la U, y tienen un máximo responsable: Carlos Heller. Recibió una institución sólida en lo administrativo, en lo financiero sin deudas, y muy potente en lo deportivo. Hoy, la U luego de salvarse del descenso en las últimas tres temporadas, esta endeudada, sin fútbol joven y un plantel con muchos jugadores que nunca debieron vestir la camiseta azul.

Usted vuelve a apuntar a Heller como destructor de la gestión previa...

En el fútbol aprendí tres cosas muy importantes. La primera es que las decisiones de administrar un club y armar un equipo nunca deben estar en manos de una persona. La comisión de fútbol que presidí por cuatro años se reunía todas las semanas, las decisiones se tomaban en forma colegiada. Nunca decidía el presidente del club o el de la comisión de fútbol, todas las decisiones se tomaban luego de largos análisis y debates. Lo segundo que aprendí es que un equipo de fútbol no tiene posibilidades de éxito sin un buen entrenador y la mejor corroboración la tenemos en el proceso que está terminando. Valencia y Romero son dos grandes personas y les debemos mucho por su pasado como jugadores, pero claramente no son entrenadores de un equipo de Primera División.

¿Y lo tercero?

Lo tercero que aprendí, y aplicamos a fondo en nuestra gestión, fue potenciar el fútbol joven. Es la única forma de ir sacando jugadores de recambio que alimenten al primer equipo. Vendiendo alguno de ellos se puede financiar la formación de los que vienen. Todo esto fue desmantelado por Heller y los resultados están a la vista.

¿Cómo la U sale de esta crisis en la que está sumergida hace tantos años?

No hay salidas fáciles cuando el daño es tan grande. El camino es largo, pero no eterno. Es cosa de tener las ideas claras, fijarse objetivos, meterse la mano al bolsillo y mucho trabajo. Los nuevos dirigentes tienen que trazar un plan y darlo a conocer. No pueden seguir escondidos y sin transparentar lo que quieren hacer.

¿Volvería a la U si se lo pidieran?

Le dediqué cinco años a la U. Dejé mis negocios y me instalé en el Centro Deportivo Azul que, entre paréntesis, también fue fruto de nuestra gestión. La U necesita gente joven, profesionales que le dediquen mucho tiempo al club. Es tiempo de otros.

El martes la U cumple 10 años de la obtención de la Copa Sudamericana. ¿Cómo recuerda ese torneo?

Fue una campaña gloriosa. Salimos campeones invictos, con 22 goles a favor y solo dos en contra. Ese equipo tuvo un 88% de rendimiento. Pienso también que el equipo que ganó la Copa Sudamericana y el tricampeonato ha sido el mejor de la historia del fútbol chileno, pero entiendo que hinchas de otros clubes no opinen lo mismo.

¿El mejor partido de esa U durante la Copa Sudamericana?

Asistí a todos los partidos de esa Copa tanto en Chile como en los otros países que tuvimos que jugar. El equipo era una máquina perfecta. ¿El mejor partido? Que duda cabe, el 4 a 0 al Flamengo de Ronaldinho en Río de Janeiro.

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