La esperada restauración del ex Colegio Alemán de Valparaíso
El inmueble que albergó al establecimiento entre 1870 y 1988 fue vendido por su corporación a la familia Dib, de ascendencia siria-libanesa. La transacción se hizo con una promesa que siete años después está cerca de concretarse.
Un viejo anhelo que cruza las vidas de chilenos, alemanes, sirios y libaneses está cerca de ver humo blanco en Valparaíso: para fines de 2024 se espera concretar la habilitación de un centro cultural de alrededor de cinco mil metros cuadrados que será conocido como “Destino Valparaíso” en la ciudad puerto, y que no se instalará en cualquier lugar.
Este nuevo espacio usará como escenario un monumento histórico patrimonial: el ex Colegio Alemán, que dejó de funcionar en esa sede en 1988 producto del terremoto de 1985, y que desde hace un buen tiempo aspira a honrar su propia historia.
En concreto, el proyecto de este próximo centro tiene como promesas la recuperación patrimonial de un edificio construido en el siglo XIX por los alemanes que llegaron en el contexto de la apertura de la inmigración en Valparaíso, Coquimbo, Talcahuano y Valdivia. Por eso, no es de extrañar que “Destino Valparaíso” vaya a contar con el “Museo del Inmigrante”, una exposición que contará la historia de las diversas nacionalidades que llegaron al Puerto y sus aportes a la ciudad.
La historia del Colegio Alemán, una de las distintas organizaciones creadas por los alemanes que llegaron en esa época, como la Asociación Alemana o la Bomba Germanio, dice que el recinto educacional primero se instaló en la Plaza Victoria y luego en Pedro Montt, hasta llegar a la ubicación actual en el cerro Concepción. Y que aunque después el colegio haya decidido irse de calle Pilcomayo tras el movimiento telúrico y el conjunto de edificios fuera ocupado por distintas instituciones educacionales, el mantenimiento de su infraestructura de más de 150 años no fue el adecuado. Y así, en 2015, el Consejo de Monumentos Nacionales declaró al inmueble como monumento histórico por solicitud de la Corporación Colegio Alemán de Valparaíso. A esa altura, las dependencias ya estaban muy a maltraer.
Fue durante esa misma época que la familia Dib, proveniente de inmigrantes sirios y libaneses, compró este recinto histórico luego de que la propia corporación del colegio lo pusiera en venta. La venta, eso sí, tuvo de por medio una promesa específica que le tributaba al Proyecto Rehabilitación ex Colegio Alemán de Valparaíso: restaurar la infraestructura del lugar para convertirlo en un centro cultural que tuviera el llamado “Museo del Inmigrante”.
Nada de esto frenó las motivaciones de Eduardo Dib y su familia para adquirir este gran conjunto de edificios. Él, dice ahora, nunca perdió de vista su historia personal y el compromiso que siente hacia la historia de los inmigrantes y la ciudad. “Había más interesados en comprarla, pero les presentamos a los alemanes lo que queríamos hacer con el proyecto y se entusiasmaron”, cuenta. Además, enfatiza en que la gran novedad del proyecto, aparte del centro cultural, es quiénes están involucrados: “Es el proyecto cultural privado más grande en el país. Generalmente vienen de entes públicos”.
La idea del proyecto, explicado por el propio Dib, tiene que ver con tres ideas claves: la reconstrucción de las dependencias; la restauración que traiga de vuelta lo patrimonial “en todo su esplendor”, y el museo en torno a la historia de la inmigración. “Queríamos que fuera un lugar que eduque cómo llegaron los inmigrantes a esta ciudad y su aporte para que se convirtiera en lo que es hoy”.
“Es un homenaje a quienes nos trajeron acá. Hemos estado trabajando siete años en el proyecto, y la verdad es que esperamos que tenga un gran alcance”, cierra sobre el nuevo espacio el propio Eduardo Dib.
El futuro centro cultural dispondrá de alrededor de 5.000 metros cuadrados, de los cuales 1.800 serán ocupados de forma permanente para la exposición de la historia de los inmigrantes. Pablo Rosen, arquitecto y jefe del proyecto del centro cultural, explica que la idea es contar los inicios, el viaje, llegada y cómo se insertaron en la ciudad. “El recorrido irá entrelazado con el edificio, porque la muestra más importante son las dependencias por sí mismas”. Además, habrá más salas disponibles para futuras exposiciones temporales, y habrá oferta gastronómica y ferias de oficio relacionadas a las distintas nacionalidades que llegaron a residir en la ciudad puerto.
La restauración del inmueble comenzó en mayo de 2023, donde se trabajó en el teatro, el salón ‘alemán’, que es principal, además de la reconstrucción de la obra gruesa, que incluía intervenir sectores para nuevos usos. En paralelo se trabajó la museografía. Incluso antes, en 2022, ya se había demolido el sector que da a la calle Almirante Montt, debido a que por su deterioro se había convertido en un riesgo.
Actualmente la construcción del teatro ya está terminada y ya se tiene listo un 15% de la instalación museográfica. Las obras que aún siguen en curso son las de restauración de los recintos más antiguos, donde se encuentran interviniendo refuerzos estructurales para adaptarlo a la normativa actual. En tal sentido, el arquitecto Rosen dice que el tercer trimestre deberían estar esas obras listas y “de aquí a fin de 2024 todo funcionando. Nuestro objetivo es lograr hacer la inauguración del centro cultural a fin de este año”.
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