Ex embajador durante el gobierno de Clinton: "Rusia y China están usando su poder para promover su interés nacionalista"
En entrevista con La Tercera, Shearer asegura que Rusia y China "están alterando el orden mundial".
Para Derek Shearer, ex embajador de EE.UU. en Finlandia durante la administración de Bill Clinton y actual director del Centro McKinnon para Asuntos Mundiales del Occidental College en Los Ángeles, hoy se está asistiendo a "un regreso a la Política de los Grandes Poderes", en alusión al rol que China y Rusia están ejerciendo en el orden mundial, según dice en esta entrevista con La Tercera.
Según The New York Times, el orden posterior a la Segunda Guerra está siendo atacado por los mismos poderes que lo construyeron. ¿Cuáles son los principales actores que hoy atentan contra ese orden?
Rusia y China son potencias nacionalistas en ascenso en el siglo XXI, que afirman su influencia económica y militar tanto cerca de sus fronteras como más allá. Es por eso que lo llamo un regreso a la Política de los Grandes Poderes. Esto no debería ser sorprendente. Con el fin de la Guerra Fría, tanto Rusia como China se abrieron al mundo económicamente. Ambos están utilizando un renovado poder militar y económico para ejercer influencia y promover su interés nacionalista tanto en sus regiones como en todo el mundo. Por ejemplo, Rusia en Medio Oriente o la inversión china en América Latina y África. Dado que los Grandes Poderes son potencias nucleares con inmensos arsenales de destrucción masiva, esto puede ser muy peligroso, especialmente con líderes a cargo que no son estadistas.
¿Cuál es el objetivo de Rusia y China?
Ambos están alterando el orden mundial. Rusia y China son países grandes con personas inteligentes, amplios recursos y larga historia. Ambos sienten agravios por el siglo XX. Para China, fue un siglo de humillación por las potencias occidentales y Japón. Para Rusia, fue la desaparición de la Unión Soviética y la "derrota" de la Guerra Fría. Nadie que entienda la historia debería sorprenderse de que a medida que estos grandes países vuelvan a ponerse de pie, estén ejerciendo influencia y buscando objetivos nacionalistas. La pregunta es: ¿puede el sistema internacional acomodarlos de una manera pacífica que conduzca a la prosperidad global mutua en lugar de conflictos, y quizás la guerra? Este fue el objetivo de la administración Clinton de la cual fui parte, y hasta cierto punto, de la administración Obama. Sin embargo, no de la administración de George W. Bush, que cometió errores cruciales como tratar a Rusia como una nación "perdedora", derogar el Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM), invadir unilateralmente Irak y desestabilizar Medio Oriente, ignorar la inestabilidad financiera en la economía internacional, etc. Pero la administración de Trump es incluso peor.
Al respecto, la politóloga en Universidad Libre de Bruselas, Amandine Crespy, dijo a The New York Times que "EE.UU. ahora es visto como una fuerza desestabilizadora" dentro mundial.
¿Comparte ese análisis?
Estados Unidos bajo el gobierno "America First" de Trump ahora es una fuerza desestabilizadora, y ciertamente no es un líder de los países democráticos aliados. En el frente económico, la salida de Trump del TPP ha dejado el liderazgo económico en Asia a China. Su renuencia a criticar las acciones de Vladimir Putin y su alabanza a los líderes nacionalistas de derecha en Europa ha debilitado la alianza occidental. La pregunta es: ¿qué tan profundo será el daño? Depende de si Trump permanece o no en el cargo durante sus cuatro años o si es expulsado por la investigación de Robert Mueller u otros escándalos.
Usted ha dicho que, con su "America First", "Trump está debilitando a Estados Unidos en un momento crucial". A su juicio, ¿cuáles han sido los principales errores de la administración norteamericana?
Los principales errores son que el Partido Republicano apoyó a Trump en primer lugar, lo cual es vergonzoso. Su campaña se basó en apelaciones raciales y antiinmigrantes. Sus ataques contra sus oponentes, en la prensa (fake news) y en los tribunales son vergonzosos, debilitan a la República y dañan el "soft power" de EE.UU. en el extranjero. Sus políticas económicas "America First" perjudican a los trabajadores estadounidenses, no los ayudan, y debilitan nuestras relaciones con aliados clave como Canadá, México, la UE y países de Asia. Los liderazgos de países de nivel medio como Chile son importantes, pero no son suficientes. Es crucial que EE.UU. vuelva a su papel de líder internacional que comprende el sistema global y considera la estabilidad y la prosperidad globales, no solo el interés nacional. ¿Eso sucederá? Veremos. Por ahora, los tiempos son peligrosos.
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