Iglesia: el contraste de la despedida entre Goic y Valenzuela
El prelado de Rancagua leyó una declaración en la sede del obispado. Su par de Talca envió una carta.
"En algún momento voy a hablar, pero hoy no". Eso respondió el obispo Alejandro Goic al ser consultado por La Tercera si le dolía el hecho de que la aceptación de su renuncia se comunicara junto con la del obispo de Talca, Horacio Valenzuela, ligado a Fernando Karadima.
Ante la insistencia, y una vez finalizada la conferencia de prensa, Goic, el prelado saliente de Rancagua, señaló: "No voy a hablar más. En las Escrituras se dice: hay tiempo de callar y tiempo de hablar. Hoy le toca hablar a él (obispo Fernando Ramos, quien asumirá la diócesis como administrador apostólico). Yo hice la declaración que hice, ahí expreso mis sentimientos".
Los escenarios de hoy, sin embargo, eran muy diferentes. Ambos obispos fueron informados con días de anticipación respecto de la decisión papal. La Diócesis de Rancagua está cuestionada y atraviesa días complejos, tras la suspensión de 14 sacerdotes por conductas impropias (uno de ellos por un supuesto abuso a un menor), quienes también son indagados penalmente por la fiscalía, incluso en un número mayor y por el presunto delito de abusos.
No obstante, Goic presentó su renuncia hace tres años, cuando cumplió la edad tope para un prelado: 75. Y hoy, durante todo el día, recibió visitas en su casa -ubicada junto al obispa- do-, llamados telefónicos y muestras de apoyo. También citó a una conferencia de prensa en la sede de la diócesis, a la que asistió junto al obispo Ramos, quien lo reemplazará. En Talca, en cambio, el prelado Horacio Valenzuela (64) solo dejó una carta, sin dar indicios de su paradero. En la diócesis dicen no haberlo visto desde hace días, pero trascendió que está en Santiago.
Despedidas
En su carta pública, que leyó hoy, Goic dijo que "le he expresado a monseñor Ramos que estoy a su plena disposición para ayudar en todo lo que contribuya a esclarecer la verdad respecto de las situaciones que involucran a sacerdotes de Rancagua. Nunca he eludido los desafíos que se me han propuesto ni tampoco las responsabilidades. Mi deber es cooperar en todo aquello que el administrador apostólico requiera, para que desde la Iglesia diocesana ofrezcamos a la comunidad y a la opinión pública las respuestas que con razón nos piden".
También entregó elogios a Fernando Ramos. Y sobre la "hora de la despedida", agregó que "las dolorosas circunstancias que vive la Iglesia diocesana le imprimen un sabor amargo a este momento, un momento que siempre había esperado poder asumir con la humildad de quien se va a colaborar desde un servicio sencillo mientras la salud lo permita. Pero, lamentablemente, no es así".
En Talca, en tanto, se difundió una carta enviada por el obispo Valenzuela. No hubo conferencia de prensa ni despedida: "Quisiera sincera y humildemente a todos pedirles que me puedan perdonar tantas deficiencias y limitaciones que el Señor conoce. Les pido también perdón a quienes causé algún sufrimiento y no traté bien; a quienes presté poca atención y no les di un buen testimonio de Cristo y su Evangelio; por todo lo que no concluí, por lo que no hice o hice mal, les pido su perdón y comprensión", dijo.
En el obispado confirmaron que el prelado no visitaba estas dependencias desde hace al menos dos semanas.
Al mediodía llegó al Obispado de Talca el nuevo administrador apostólico, el obispo Galo Fernández, quien señaló, respecto de la salida de Valenzuela, que "me enteré el lunes de esta decisión; mi primera tarea será escuchar, para luego caminar junto a la Iglesia de Talca".
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.