97 terremotos sobre 7° ha sufrido Chile en 200 años

Sólo en la Colonia, entre 1550 y 1751, según consigna el informe Hacia un Chile resiliente frente a desastres: una oportunidad, el país fue azotado por al menos siete grandes terremotos (1570, 1575, 1647, 1657, 1730 y 1751). Los españoles se quejaban no sólo de que el territorio carecía de oro y estaba asediado por los indígenas, sino también porque debían bregar contra los constantes movimientos telúricos.

Según el documento, sólo en sus poco más de 200 años de existencia republicana, el país ha soportado al menos 97 terremotos de magnitud 7° ó más, 18 de ellos considerados altamente destructivos.

Además, de acuerdo a los datos de The International Emergency Disaster Data Base mencionados en el estudio, desde 1810 a la fecha Chile ha sido afectado por al menos 19 inundaciones, 10 incendios mayores, nueve erupciones volcánicas, cuatro remociones de tierra y dos sequías.

El documento señala que Chile es el país más expuesto de la Ocde a desastres de origen natural, pues el 54% de la población y el 12,9% de su territorio está expuesto a tres o más tipos de amenazas naturales.

El informe también hace mención a las erupciones volcánicas. Sólo en el siglo XX se contabilizaron al menos 30, siendo la más relevante la erupción del Quizapú en 1932, cuyas cenizas llegaron hasta Montevideo. Es considerada la segunda erupción más violenta en la historia de Chile.

Cambio climático

El documento hace mención además de la influencia del cambio climático en estos desastres.

Por ejemplo, sostiene que durante toda la Colonia, que abarcó tres siglos, se produjeron 20 inundaciones producto de temporales de lluvia, y sólo en el siglo XX se contaron más de 80 temporales destructivos, producto de la cada vez más importante influencia del calentamiento global.

Del mismo modo, el trabajo señala que los incendios, tras la llegada de los españoles al territorio, en su mayoría fueron por acción humana, pero ya entrado el siglo XX, estos han si desplazados por los incendios forestales.

Sin embargo, todos estos desastres, dice el trabajo, han generado la articulación de una nueva institucionalidad. Por ejemplo, tras el terremoto de Valparaíso en 1906, se creó el Servicio Sismológico Nacional, o tras el terremoto de 1928 en Talca, se creó la Ley General de Urbanismo y de Construcciones y la Corfo para impulsar la economía luego del deastre natural.

La Onemi también fue creada bajo la misma lógica en el gobierno de Salvador Allende.