Campos clínicos




SEÑOR DIRECTOR

Hemos conocido la última propuesta del Ministerio de Salud sobre esta materia y de su rechazo por diferentes instituciones médicas y por la Contraloría que, recientemente, no tomó razón de ella y la devolvió con observaciones.

Hace 30 años sobraban los campos clínicos para siete escuelas de medicina sin pago ni discriminación entre estatales y privadas. Hacia fines de los 80, la oferta educacional médica crece y el asignar un centro asistencial en forma exclusiva a una universidad se vio irrealizable a partir de los 2000. Se hicieron necesarios como campos clínicos los Cesfam y otros similares de dependencia municipal.

La lógica del mercado se instaló. No solo los estudiantes debían costear sus estudios contando con muy pocas becas, también los centros de salud empezaron a cobrar a las Ues. por acceder a los campos clínicos, buscando paliar sus déficits operacionales.

Instalada la gratuidad, aún sin ley, solo para una proporción de alumnos de algunos planteles, se conoció la propuesta del Ejecutivo de consumar una doble discriminación para los estudiantes vulnerables de instituciones que no participan de la gratuidad: un criterio de asignación de los campos clínicos sería el que la universidad adscriba a ella. Esto, aparte de ser injusto, contradice un valor de la medicina chilena: la educación médica es responsabilidad de todos. La única exigencia común debe ser calidad.

Por ello debe construirse junto al Colegio Médico y Facultades de Medicina una nueva propuesta que dé garantías y equidad a las partes, sumado a un sólido y confiable sistema de acreditación y una eficaz Superintendencia de Educación. Ésta es la responsabilidad insoslayable del Estado.

Octavio Enríquez L.

Presidente del Depto. de Formación y Acreditación del Colegio Médico de Chile 2008-2017Vicerrector Sede Concepción UNAB

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