Cepa de campeones

El origen de la Generación Dorada se sitúa en 2007. Bielsa y Sampaoli le dieron forma y consistencia. Pizzi encabezó la nueva consagración en la Copa Centenario. Así se gestó el equipo más exitoso del fútbol chileno.




Harold Mayne-Nicholls revela, nueve años después, un diálogo previo a la llegada de Marcelo Bielsa a Chile. Para muchos, el arribo del rosarino marca al inicio de la denominada Generación Dorada del fútbol nacional. La que fue a dos Mundiales y que ya suma dos títulos: la Copa América del año pasado y la Centenario, que obtuvo el domingo.

El ex presidente de la ANFP cuenta que, antes de aceptar la conducción del proceso rumbo a Sudáfrica 2010, el rosarino había realizado un acabado diagnóstico. Fiel a su estilo, manejaba una amplia base de datos de jugadores de todas las categorías. "Trajo una hoja con 80 ó 100 nombres que podían llegar a Sudáfrica. Me preguntó por algunos y le di dos o tres nombres más. Cuando firmó, me dijo que teníamos seis o siete jugadores para llegar al Mundial. Me habló de 'Colocho' Iturra, de Osvaldo González y de un chico de Magallanes, del que no recuerdo su nombre", recuerda.

La apuesta era fuerte. Estaba fresco el recuerdo de la campaña de Colo Colo en la Sudamericana de 2006. Y, paralelamente, surgía la generación que logró el tercer lugar en el Mundial Sub 20 de 2007. Sin embargo, un conflicto motivó a Mayne-Nicholls a decidirse por el rosarino: el denominado Puerto Ordazo, en la Copa América de Venezuela, que incluyó graves actos de indisciplina y que terminó con una derrota 1-6 frente a Brasil y con duras sanciones para los involucrados: Jorge Valdivia, Reinaldo Navia, Rodrigo Tello, Pablo Contreras, Jorge Vargas y Álvaro Ormeño.

Casi en paralelo, la Sub 20 que dirigía José Sulantay comenzaba una campaña notable en el Mundial de Canadá, en el que obtuvo el tercer puesto. En ese plantel está la base del que luego, con Bielsa, y después con Sampaoli y Pizzi, alcanzaría la gloria: Arturo Vidal, Gary Medel, Alexis Sánchez, Mauricio Isla y Cristopher Toselli. Sin embargo, el bochornoso término de la semifinal frente a Argentina, que incluyó enfrentamientos con la policía canadiense, alertaria nuevamente de la necesidad de poner orden. "Era imperativo traer a alguien que hiciera un cambio violento.En ese momento todo el mundo pensaba en Borghi, por lo que había hecho en Colo Colo. Opté por Bielsa con la certeza de que el cambio se iba a dar", refueza Mayne-Nicholls.

El talento estaba. "Bielsa era justo el técnico que necesitaban estos muchachos. Ellos estaban preparados para asumir la responsabilidad. En mi caso, fue como plantar una semilla. Bielsa, después, hizo el cultivo y supo sacar adelante la cosecha. Sampaoli ajustó el molde. Bielsa siempre me decía que lo que le cautivó de Chile fue su vértigo y dinámica", relata Sulantay, el formador del grupo.

Mientras, Alfonso Garcés, captador de nueve de los 23 integrantes del plantel campeón también cree que la calidad siempre estuvo, pero asegura que lo que faltaba era confiar en los jugadores. "Los que llegan a lo más alto tienen un talento innato. Es suerte también. Es un proceso largo. Uno conoce a un chico a los nueve años y hay que esperar diez más para saber si la apuesta resultó o no", asegura.

Bielsa reubicó las piezas. Instauró la mítica ecuación 3-3-1-3, que se transformaría en objeto de culto, y logró su meta: la Roja llegó al Mundial, del que fue eliminado por Brasil en octavos. Se fue porque no compartía la nueva estructura politica de la ANFP. Llegó Borghi y fue una mala apuesta. Chile perdió el estilo y los resultados no le acompañaron: registró apenas un 46,9% de rendimiento. Fue despedido tras la caída por 1-3 frente a Serbia y varios nuevos episodios de mal comportamiento.

El 3 de diciembre de 2012, Jorge Sampaoli fue presentado como nuevo DT. Llegaba precedido de una gran campaña con la U: un tricampeonato, una Copa Chile y la Sudamericana 2011. Sin embargo, lo que más sedujo a la dirigencia de Sergio Jadue fue su parecido conceptual con Bielsa. Por esos días, el casildense se reflejaba en el rosarino, aunque más tarde se inclinaría hacia la ideología de Josep Guardiola.

Chile recuperó el vértigo, la velocidad y la contundencia. Y encontró en Charles Aránguiz y Eduardo Vargas nuevos actores fundamentales. Así, otra vez con la generación dorada como soporte, se encaminó hacia su segundo Mundial seguido: Brasil 2014. En el certamen global hizo historia otra vez: venció a España, el campeón vigente, cautivó al planeta y sólo se inclinó, por penales, en octavos, ante el anfitrión. El plantel se sintió en deuda y la pagó un año después, en el Nacional, donde obtuvo la Copa América.

Diferencias económicas abortaron el proceso. El 29 de enero, Juan Antonio Pizzi fue presentado en Quilín. No era la primera opción. Se había sondeado el retorno de Bielsa, a Eduardo Berizzo y Marcelo Gallardo, El ex DT de Valencia tuvo que convivir con la sombra de sus antecesores. Proponía una forma diferente de jugar. "Era difícil agregarle cosas ofensivamente, pero Chile se defendía sólo atacando. A veces hay que defender en tu terreno y él lo entendió. Los goles que le hicieron eran por fallas individuales. Se trabajó por zonas y en la separación de delanteros con defensas", dice Rodrigo Gómez, ex jugador y cercano a Pizzi.

Pese a un arranque con dudas, Macanudo encausó el rumbo. Y aunque la misión ahora es no descuidar el recambio, la historia todavía parece seguir escribiéndose.

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