Histórico

Chile: Alianza del Pacífico y Mercosur

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CON EL VOTO Brexit, y dado el tono de la época electoral en los Estados Unidos -en la que ambos candidatos se han distanciado del Acuerdo Trans-Pacífico (TPP por sus siglas en inglés), no cabe la menor duda de que el invierno 2016 tendrá implicaciones globales significativas.  Sin embargo, mientras algunos en Europa y los Estados Unidos cuestionan y niegan los beneficios de la integración, muchos en América Latina los acogen. Con el mayor número de tratados de libre comercio de América Latina, Chile entiende los beneficios de una mayor apertura comercial, y posiciona al país como un líder natural de la convergencia Alianza del Pacifico-Mercosur.

La Alianza del Pacífico sostuvo su XI cumbre presidencial y firmó un acuerdo de asociación con Canadá. Chile, quien recibió la presidencia pro-témpore de la Alianza a principios de julio, ha sido una voz ferviente de integración regional desde los primeros días del bloque. En dicha cumbre, Chile reiteró su compromiso con el bloque y el potencial que representa. Las palabras de la Presidente Bachelet no son nuevas, pero, en el actual contexto de incertidumbre global, son una bocanada de aire fresco.

 Establecida en el 2011 como un acuerdo de integración profunda entre los cuatro países miembros, la Alianza fue por mucho tiempo una iniciativa de la que pocos habían oído hablar, y pocos los que creían en ella. A pesar de esto, en tan solo cinco años, la Alianza del Pacífico ya ha obtenido importantes logros - algo poco común en la amalgama de iniciativas burocráticas regionales latinoamericanas, y aún más impresionante cuando se piensa en la respuesta negativa y el escepticismo que rodea hoy al TPP.

 Chile ha venido abogando por una relación más cercana con Mercosur desde hace ya un tiempo. Con la reunión entre el Presidente Macri de Argentina y el Presidente Peña Nieto de México, en la que ambos reiteraron la urgencia de una mayor convergencia entre ambos bloques, y firmaron un tratado de libre comercio más robusto, ahora es el momento para que Chile siga empujando esa visión-sin duda ambiciosa- pero no contradictoria a las políticas de las últimas administraciones chilenas. Por otro lado, después de años de mentalidades proteccionistas, los países del Mercosur se han mostrado más que receptivos a la invitación de la Alianza del Pacífico.

 Como resalta el último reporte del Atlantic Council, "La Alianza del Pacífico 2.0: Próximos pasos para la integración", los presidentes deberán continuar la integración de la Alianza, y encontrar maneras de potenciar  la participación  de los países observadores, sobre todo de la región Asia-Pacífico.  A principios de julio, la Presidenta Michelle Bachelet resaltó el acercamiento a esta región como un pilar de la presidencia pro-témpore de Chile.

 Chile se ha mostrado firme desde el principio en su compromiso hacia la Alianza del Pacifico. Su visión a largo plazo sobre la importancia estratégica de una mayor convergencia con el bloque Mercosur, marca la pauta sobre el nuevo rumbo de la región. Estas acciones son sumamente valiosas, sobre todo en un momento cuando el mundo se mueve en la dirección opuesta.  Y ahora, bajo el liderazgo de Chile, los países de la Alianza comprenden que para navegar el incierto y difícil mundo de hoy es posible encontrar fuerza en la unión, especialmente al negociar con otros bloques y regiones.

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