Crítica de cine: Cuentos que no son cuento
Por razones no del todo evidentes, Adam Sandler se convirtió, hace algo más de una década en rostro favorito de la comedia hollywoodense (El cantante de bodas, Un papá genial). Y aunque ha hecho visible su interés en productos más desafiantes, como la notable Embriagado de amor, lo suyo parecen ser las risas que surgen -cuando surgen- de su rostro perplejo.
Ahora llega como el hijo del dueño de un hotel, que de adulto es un empleaducho en la cadena fundada por su padre. Pero algo puede cambiarlo todo: los cuentos que les inventa a sus sobrinos, y que estos terminan de armar, parecen desarrollarse en la vida real. Una fábula sobre sueños aspiracionales que muestra retazos de comedia impredecible, lo que tiene su gracia. Pero también se aletarga y adocena con gran facilidad, lo que en este género es fatal.
Dirección: Adam Shankman.
Con: Adam Sandler, Keri Russell, Guy Pearce.
Duración: 99 minutos.
Género: Comedia.
Producción: EEUU, 2008.
Calificación: Todo espectador.
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