Crítica de cine: Drama

Conectarse con las emociones. Encontrar el yo real en el dolor. Explorar los límites. Al alero de Artaud, un profesor de teatro insta a sus alumnos a descubrirse al comienzo de Drama, ópera prima de Matías Lira. Tres de los estudiantes son Mateo, María y Angel (Eusebio Arenas, Isidora Urrejola y Diego Ruiz), quienes provistos de la desinhibición que la empresa requiere, salen a drogarse, "poncear" o a prostituirse en el Parque Forestal. El que lleva la batuta es Mateo, acosado por el fantasma de su madre, actriz que vio por última vez de niño en una función de Romeo y Julieta. La generación de climas, la idea de buscarse y encontrarse y el ajuste de cuentas con la figura paterna y la dictadura miltar son los ejes de este nuevo estreno chileno. Sin embargo, cabe hacer extensivo al filme el reproche de engrupido que Angel le formula a Matías. Cuando los estudiantes asumen sucesivamente un rol del que se despojan para pasar al que viene, se entra a un juego donde la idea misma de personaje se degrada. ¿Dónde está su verdad, qué viene después?
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