Sergio Valdés: "En Chile todo es un desastre"
El rugbista con mejor currículum del país analiza desde Francia el momento que vive la selección chilena.
Es difícil que Sergio Valdés (38) deje de estar al tanto de lo que ocurre en Chile. Se radicó desde 2001 en Francia, donde llegó junto al pilar Sebastián Gajardo para probar suerte en un país con una de las ligas más importantes del mundo, el Top 14. Jugó en Aurillac, Racing Metro, Auch y Pau, entre los más destacados.
Se estableció en San Juan de Luz, al lado de Bayona, donde por la cercanía ha conformado una verdadera colonia junto al resto de los chilenos que militan en el rugby galo, todos en el País Vasco francés. Las principales figuras de la selección nacional, Pablo Huete, Ramón Ayarza (ambos del Bayonne) y Francisco de la Fuente (del Stade Bagnerais), son visita recurrente en la casa del mejor segunda línea en la historia de Chile.
¿Ya es entrenador?
Sí. Después de mi retiro en Agen me vine a San Juan de Luz a hacer el curso de entrenador y también a jugar. Llegué a un equipo de nivel más bajo, de la Federal 2, a un nivel que me permitía jugar mas relajado, sin ir al gimnasio, jugando por gusto. El año pasado revalidé mi título de entrenador y fui coach de los forwards.
Usted también fue parte del cuerpo técnico de Chile el año pasado.
Estuve trabajando junto a la Selección el año pasado, en el Americas Rugby Championship, después de que se fue el entrenador australiano (Paul Healy). Ayudé al staff técnico en la parte del sistema de juego y en el análisis. Fue algo súper interesante, porque este es mi país y esta es mi pasión. Fue súper gratificante, aunque muy corto.
¿Qué sensación le dejó esa experiencia?
Por un lado, una buena sensación, porque se ve que hay jugadores para este campeonato, que tienen ganas. Pero otra mala, porque la parte organizacional de la Federación no ha cambiado nada desde hace 20 años. Creo que mi primer partido por la selección adulta lo jugué a los 17 o 18 años, y hoy tengo 38 y los problemas siguen siendo los mismos. Es bastante frustrante ver como en Chile las cosas en el alto rendimiento no avanzan. No veo cómo avanzará el rugby en Chile sin un cambio de mentalidad.
¿Piensa entrenar en algún momento a Los Cóndores?
Yo quise ser entrenador para trabajar en la Federación como entrenador o en cualquier puesto, en realidad. Como soy ingeniero comercial, quería desarrollar el rugby chileno de otra forma, pero lamentablemente Chile en estos momentos no me da la solvencia económica para mí y mi familia. Decidí que no seguiría como entrenador después de mi viaje en Chile, en realidad. Vi que todo era un desastre y que la cosa no tenía futuro, así que decidí que haría un MBA en negocios en Londres o Niza.
¿Se acaba su carrera como entrenador?
Es que mi meta como coach era estar en la Federación, no tenía otra. Cuando vi que era imposible, preferí dejar de hacerlo. Vi que en Chile hay muchas cosas mal, que siempre están las mismas peleas de siempre y siguen estando los mismos. Así, la cosa no avanza y no quieren cambiar nada tampoco. Es bastante frustrante. Independientemente de que esté yo o no, veo que la cosa no tiene mucho futuro así como está. Es lamentable, porque veo a Pablo Huete, a Ramón Ayarza y a Francisco de la Fuente todo lo que se esfuerzan y que, a pesar de que hayan pasado 20 años, ellos tienen hoy los mismos problemas que tenía yo.
¿Cuáles son los problemas que sufre Chile?
Para mí, el problema principal tiene que ver con la plata, los auspicios. Sobre todo en tener a la gente que vaya a buscar la plata, porque eso no está hoy en Chile. Hoy, la Federación tiene contratados a una secretaria, a un gerente, pero nadie más. Hoy no hay una persona encargada de buscar financiamiento para la Selección, eso lo hace la gente del directorio, contra quienes no tengo ningún problema, pero no pueden hacerlo de buena forma, porque también tienen sus trabajos aparte.
¿Es muy amateur el rugby nacional?
Hay jugadores motivados y con buenas condiciones, pero lamentablemente si a ellos no se les dan las condiciones para que puedan jugar a un nivel bueno, que ya no es el mismo desde hace 20 años, será imposible avanzar. Chile tiene un súper buen equipo, un buen grupo. Está los chicos que juegan acá, también están Matías Cabrera y Sergio de la Fuente, pero no jugaron por problemas de la Federación.
Jugadores de buen nivel están prefiriendo actuar por otros países, como Sebastián Kalm, que lo hará por Estados Unidos.
Tengo la suerte y trato de hablar a todos los jugadores que intentan internacionalizar su carrera. Él me contactó hace un año y me contó su problema, hablé con él un par de veces, tratando de ayudarle acá con algún club. Quería jugar afuera, porque veía que Chile no iba para ningún lado. Ahora, que quiera jugar por Estados Unidos es su tema; eso pasa porque en Chile no hay una buena organización. Encuentro ridículo que jugadores como él no puedan jugar por su país.
¿Le parece una decisión válida?
Yo no lo puedo juzgar, es su decisión. Si me preguntas a mí, yo no lo hubiera hecho, pero él está en su derecho y esto es quizás lo que representa para muchos jugadores la selección nacional, quizás muchos prefieren jugar en un Mundial que jugar por Chile. No puedo decir si es válida o no su decisión, pero creo que este es el reflejo de que estamos un poco perdidos como Federación.
¿Qué diferencias tiene el rugby chileno del uruguayo?
Yo sería el más feliz del mundo si Chile le gana a Uruguay, hubiese sido una sorpresa, pero se puede lograr. El nivel que hay que tener para ganarle a ese tipo de equipos no es tan alto. Para mí, si juegan los 15 mejores jugadores del país, pero los mejores, contra los 15 mejores de Uruguay, la diferencia no es grande. Lo que sí nos diferencia es la cantidad de partidos, la gente que tienen alrededor y los entrenamientos que tienen… Es tan simple como eso. El mayor ejemplo de eso es que tenemos a Pablo y a Ramón jugando el Top 14 francés.
¿Qué es lo positivo que aún mantiene Chile?
Lo bueno que tiene Chile son sus jugadores. Esta generación tiene buenos elementos, pero aún hay un par de puestos claves en que hay que encontrar quién pueda jugar, pero después, qué hacer con estos buenos jugadores, es otra pregunta.
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