Facebook y regulación de noticias falsas




Facebook, una de las compañías más valiosas del mundo, anunció una serie de cambios en sus políticas internas de modo de combatir el fenómeno de la proliferación de noticias falsas. Ello tras la polémica que se instaló en EE.UU. luego de la supuesta injerencia de Rusia en la campaña presidencial de 2016 y medidas como las que recientemente implementó el gobierno alemán que obliga a los sitios web a bajar, en menos de 24 horas, noticias falsas o que inciten al odio.

Evidentemente, la difusión de noticias falsas no ayuda a la correcta toma de decisiones, por lo que es algo que debe ser abordado. Sin embargo, existe un límite muy difuso entre veracidad y control informativo. Si múltiples empresas compiten por entregar información, son los propios consumidores quienes darán sustentabilidad en el tiempo a aquellos canales informativos que sean valiosos para las audiencias. Sin embargo, las "externalidades de red" como la que generan plataformas como Facebook, donde entre más usuarios utilizan la plataforma más útil se convierte para cada uno de ellos, llevan a la concentración de proveedores.

En este escenario, si el hecho de que los gobiernos tengan el poder de vetar ciertos contenidos es cuestionable por las implicancias que ello puede tener sobre la democracia, parece más complejo aún que esas decisiones pasen por un puñado de empresas. Es por ello que no deben descartarse regulaciones en estos mercados, pero cuidando que los instrumentos utilizados promuevan la competencia e innovación, sin lesionar la libertad de expresión.

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