Jorge Baradit Morales: "Un partido de la Selección es mucho más transversal que las fondas"
"Ese es un ejercicio mayor", advierte el autor de la trilogía Historia secreta de Chile cuando se le pregunta por el concepto de "chilenidad". Pero se lanza. Juega y hurguetea. Tal como en sus libros. Camina exorcizando timbres prefabricados. Fondas y chinganas, Manuel Rodríguez y Marcelo Bielsa. El "18". ¿Quiénes somos? Aquí va su ojeada.
"Uff, como que me da escalofríos", dice Jorge Baradit. La pregunta es irónica. Tiene que ver con los llamados millennials y otros cortes generacionales de última horneada. Bajo esa lógica pop, ¿existirán los chilenians? ¿Cómo celebrarían el 18?
Como sea, Baradit recoge el guante y sigue el chiste. "No comerían empanadas ni choripanes, que implican sufrimiento animal; el brebaje debería ser con aperol y leche de almendras, ojalá gluten free, libre de maltrato a minorías. Y que un porcentaje de las ganancias vaya a los refugios de animales callejeros no criados en caniles. Tampoco bailarían cueca, porque es una metáfora del dominio heteropatriarcal".
Y se ríe. De sí mismo y el cliché.
Jorge Marcos Baradit se mueve como pez en el agua en temas de chilenidad. No es sociólogo ni historiador. Al menos no formalmente, pero sus dos libros superventas Historia secreta de Chile, más el que este año se agregó a la trilogía, han hecho que muchos, tal vez los mismos "chilenians", vean con otros ojos nuestros 200 años de vida-país. El diseñador y escritor ha dejado a varias generaciones pensando y repensando eventos como las "apariciones" de Peñablanca en los 80, Arturo Prat y sus vínculos con el espiritismo y la impronta de Manuel Rodríguez.
¿Qué son para usted las Fiestas Patrias y lo que por ellas se entiende?
Más allá de si es correcto o no celebrar la Independencia en esta fecha, es buenísimo celebrar a tu país, a tu comunidad. Como celebrarle el cumpleaños a tu mamá, a la cordillera, a la cazuela. El arraigo por el suelo y la comunidad no es nacionalismo, es puro amor a lo que te vio crecer. Se vuelve nacionalismo estúpido cuando empiezas a pensar que eres mejor que los vecinos. Una de las gracias de Chile es que sus Fiestas Patrias coinciden con el equinoccio de primavera. Eso las convierte en una celebración de la vida, del viento, de la comida, de las flores y del renacimiento. Por eso, me parece que es una catarsis colectiva tan desatada. Una celebración pagana en toda su regla.
¿Es más "chileno" un partido de la Selección que una fonda?
Un partido de la selección chilena es mucho más transversal que una fonda. El error que ha cometido el Estado es normar "lo chileno" e intentar imponerlo de norte a sur. Así, septiembre se ha vuelto un poco "Chile celebrando las tradiciones de Colchagua". No somos una cultura única, por mucho que hayan querido inculcarnos eso. Somos una cadena de grupos de culturas muy ricas y diferentes, que celebran a su propia manera, desde el norte pampino hasta la Patagonia. La fonda no le dice mucho a un puntarenense. Más allá de todo juicio de valor, los símbolos más externos, como la bandera, el himno y la Selección, son de los pocos completamente transversales. Los más profundos siempre son más locales. Ahora, Chile técnicamente era solo la zona central durante la Independencia y hasta mucho después, de modo que no es raro que las Fiestas Patrias busquen identidad con ese tiempo geográfico y cultural.
Siguiendo la mitología patria que desmitifican sus libros, ¿se celebró siempre así el 18?
El Chile de la zona central mantenía fondas y chinganas todo el año. Esto que ahora entendemos como Fiestas Patrias era la manera en que el pueblo vivía su fiesta desde siempre. Era el carrete del fin de semana. Hay un cruce de tradiciones españolas e indígenas muy interesante en ello.
¿Le choca/impacta/sorprende que en todos los septiembre se pase tan rápido, de una semana a otra, de los DD.HH. a las fondas?
Para nada. Septiembre se ha convertido en el mes en que el país se da libertad para expresar sus alegrías y frustraciones históricas de manera ordenada, como somos nosotros, ordenaditos y disciplinados. Es el mes catarsis, como te decía, donde lloramos y celebramos, reafirmamos compromisos y esperanzas, exigimos justicia y dignidad. Septiembre es un gran rito nacional de múltiples significados republicanos y laicos. Primaveral, expansivo y desatado.
¿Cuál es, a su juicio, el personaje de la historia de Chile que mejor refleja el sentimiento patrio?
Tengo la impresión de que no se celebra a uno en particular. Es una fiesta desordenada, donde el espíritu líquido y vago de lo que entendemos por chilenidad se respira y se celebra de manera colectiva. Nos celebramos a nosotros mismos y aquello que vagamente entendemos por patria. Está bien que sea así. En nuestro país se acostumbra que las definiciones lleguen desde arriba, ordenadas y establecidas. Septiembre las subvierte, proponiendo un sentido difuso y chinganero, que nace de abajo, donde todo cabe y arrasa con cualquier chauvinismo institucional tieso.
¿En qué sentido?
Desde la fonda rock hasta la cueca brava, la cultura está viva y muta, no tiene dueños ni forma precisa. El horror a perder las tradiciones... las mata. Sobre los próceres, me inclino por Manuel Rodríguez. No pertenecía a la aristocracia, era mateo, pero no pudo terminar sus estudios por falta de plata. Como abogado trabajó ad honorem para gente pobre. Quiso hacer elecciones democráticas para elegir autoridades. Integró a la gente común a la guerra por la Independencia, trabajó con dueñas de casa, campesinos y artesanos en redes de espionaje y apoyo. Entendía que el proceso de independencia no tenía legitimidad si solo pasaba por un ejército y una elite diminuta, debía ser de todos.
¿Se puede definir "chilenidad"?
Ese es un ejercicio mayor. Es raro que los peces no sepan lo que es el agua. Uno no conoce aquello en lo que está inmerso. Lo único que sé es que las definiciones adolecen de coherencia. Más que un despeje conceptual, son acumulaciones y colisiones de fuerzas. Nuestros amores, nuestros dolores, nuestros colores, nuestras heridas, nuestras alegrías y temores son las expresiones actuales de algunas pocas constantes históricas que forjan un cierto carácter nacional. La adversidad, la carencia y la necesidad de ser disciplinados conlleva catarsis explosivas en momentos determinados. Podemos ser violentos. Pero no me atrevería a intentar un párrafo solo para explicarlo. No tengo la autoridad. Pero nos explicamos en las catástrofes, vivimos e incluso inventamos catástrofes para sentirnos vivos y chilenos, orgullosos en la adversidad. Somos volcánicos, contenidos y explosivos. Energía poderosa, pero cuando se consigue orientarla en la dirección correcta de manera apropiada, finalmente, eso es lo que hizo Marcelo Bielsa.
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