Keanu Reeves termina la filmación de su película Knock Knock en Chile
El actor habla con La Tercera del proyecto con Eli Roth y Nicolás López: "Entusiasma lo que hacen".
"Me siento mal", dice Eli Roth, el director de Hostel, el actor de Bastardos sin gloria, el hollywoodense que se asoció con el chileno Nicolás López en la productora Sobras, que hace películas en nuestro país y se casa a fin de año con la actriz nacional Lorenza Izzo. Roth, en el departamento donde vive cuando está armando películas en Santiago -unas tres al año, con el sistema de producción compulsivo que han apodado Chilewood-, está sentado junto al protagonista de su última película, Knock Knock, que terminó el rodaje el día anterior, luego de tres intensas semanas. "Me siento mal porque su impresión de Chile es Chicureo, de noche, comiendo almuerzo a las 3 de la mañana", dice Roth.
"Me gusta Chile, seguro", dice educadamente el actor en cuestión, Keanu Reeves. De pocas palabras, es su segunda visita a Santiago; la primera fue en 2009, invitado por Leonardo Farkas, quien estaba viendo la posibilidad de financiarle una película.
"No he tenido la posibilidad de viajar mucho, de todas maneras quiero volver a Chile y a Santiago, conocí a gente muy amable, a artistas con talento", dice Reeves, quien se va "en un par de días" y esta tarde fría, viene de ir a comprar un pastel en una esquina de Providencia. "Voy a tratar de salir y ver algo de la ciudad estos días", dice Reeves. "Igual, generalmente cuando filmas es así, llevas una vida aislada".
Pero, para alguien que vive en Los Angeles, la ciudad de los papparazzi, debe ser agradable poder estar en una ciudad tranquila, donde puede salir a comprar un pastel a la esquina. ¿o no? "Mi vida en realidad no es tan loca", contesta, simplemente, el actor.
Keanu Reeves, 49 años, Ted en Bill & Ted bogus journey, Johnny Utah en Punto de quiebre, Jack en Máxima Velocidad, Kevin Lomax en El abogado del diablo, Neo de Matrix, y un enorme montón de otros papeles en una carrera hollywoodense que comenzó en los 80, es una cara reconocible del cine, pero en los últimos años pareciera haber tomado un camino a ratos paralelo. El año pasado, tras pasar 11 meses filmando en China, hizo su debut como director en El poder del Tai Chi, una cinta de artes marciales. Y está el desvío hollywoodense que lo trajo aquí, a Providencia, a filmar bajo el sistema chilewoodense.
Toc, toc
"Somos una productora que se mueve por la fe", bromea Nicolás López, sentado a la mesa con su socio Roth y su socio Reeves, ya que el actor entró al proyecto Knock knock como productor ejecutivo. Esta es la tercera película en la alianza que pretende hacer cintas en Chile, pensadas para mercados masivos extranjeros; las primeras dos fueron Aftershock, que se estrena el 12 de junio en nuestro país, y The Green Inferno. Ambas sangrientas, el sello de Roth. Lo de la fe en Knock knock, explica López, fue porque en seis meses pasaron de ver la película Death Game (1977), decidir hacer un remake, reescribirla, ver en el camino el tema de los derechos, sumar una compañía de distribución de importancia como Voltage, conseguir elenco, Lorenza Izzo, Ignacia Allamand, la cubano-española Ana de Armas, y un protagonista, Keanu Reeves, el primero de tamaño mundial para esta nueva vida de la productora Sobras.
La cinta es sobre un hombre casado, padre de familia, que se queda solo en casa y le abre la puerta a dos jóvenes que le piden ayuda. Un thriller sicológico intenso y "enfermo", prometen los realizadores, y "mi película menos sangrienta", dice Roth, quien añade: "Pero cambiamos la sangre por Keanu, así que quedó equilibrado".
"Las dos jóvenes lo seducen. Al otro día no se van de la casa, y terminan atrapándolo, diciendo que son menores de edad", dice Reeves, sobre por qué le interesó el personaje. "Así que hay temas interesantes de poder, de venganza. Lo que me encantaba de este guión era la idea de la tentación, del precio que pagas por ella".
Reeves se entusiasmó con el guión, conversó con Roth y decidió venirse a filmar. ¿Qué piensa del sistema de producción que Sobras ha implementado? "En términos de armar una película, es fantástico, siempre estoy entusiasmado de poder viajar, trabajar con diferentes artistas, con diferentes géneros. Pero además pasar el tiempo con Eli y Nicolás y ver lo que hacen es muy cool, poder hacer películas enteras en esta casa. Entusiasma lo que hacen aquí", cuenta.
Usted ha sido testigo de los cambios en Hollywood en las últimas décadas. ¿Qué opina sobre las películas que hoy se hacen ahí?
"Es difícil para mí resumir Hollywood en una sola idea. En cuanto a las películas que hacen, cada estudio tiene su personalidad, y de afuera puede verse como que están más interesados en superproducciones. Pero hay algunos estudios que están enfocados en directores: Spike Jonze hace películas. Hablaría de lo que pasa alrededor de Hollywood, Sobras es un ejemplo, puedes hablar más de pequeños estudios, cine independiente".
"Lo que cambió", resume Nicolás López, "es que después de la crisis económica cambió el modelo de financiamiento y se abrieron a más maneras de hacer películas. Y ahora se puede filmar como Hollywood, no estando en Hollywood".
Reeves lo sabe: no por nada es un actor buscando a tientas el camino del autor, después de haber filmado por un año en China. ¿Le gustaría, luego de toda esa inversión de tiempo, de estos viajes lejos del epicentro del cine popcorn, volver a dirigir?
"Sí, absolutamente", dice él. "Si hace una película de Sobras", interviene Eli Roth, "serían sólo dos semanas de su vida".
Pero si lo hacen trabajar de nuevo 15 horas diarias, sin dormir y sin comida, difícil.
"Sería un placer", dice Reeves, sonriendo.
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