Los conflictos de interés de Trump una vez que asuma la Casa Blanca
Su abogado explicó que el magnate tendrá un fideicomiso ciego que será administrado por sus hijos. Los expertos advierten que con esto no se soluciona el conflicto de interés, tanto a nivel nacional como internacional.
¿Qué hará Donald Trump con su fortuna una vez que asuma la Presidencia? Esa es una de las preguntas que más ha rondado en Estados Unidos desde que el magnate ganara las elecciones el martes. Durante la campaña, el mandatario electo no fue muy claro con el destino de su riqueza, sin embargo, en una entrevista a su abogado, Michael Cohen, hecha por la cadena CNN, se reveló que se abriría un fideicomiso ciego que sería administrado por sus hijos.
La ley Federal requiere que los Presidentes revelen sus pertenencias financieras y de bienes raíces, pero no lo obliga a él ni al Vicepresidente, tampoco a los representantes y senadores a vender sus activos una vez que asumen el cargo. En el Capitolio, por ejemplo, los legisladores no pueden votar una ley que directamente afecte sus inversiones.
El caso de Trump es complejo, ocupa el puesto 156 en el listado elaborado por la revista Forbes y su fortuna asciende a US$ 3.700 millones, según esa misma publicación. Se estima que es propietario de 17 canchas de golf, 15 hoteles y decenas de edificios residenciales. Su imperio de bienes raíces está ubicado fundamentalmente en Estados Unidos, pero también se extiende a países como Corea del Sur y Turquía. La Organización Trump no negocia acciones en la bolsa de valores, y por lo tanto la mayoría de sus actividades está vedada a una auditoría.
Los expertos critican que hasta ahora no haya dado a conocer su declaración de impuestos, por lo que no se tiene claridad sobre sus bienes. Investigaciones realizadas por la revista Newsweek y el diario The New York Times revelaron que Trump tiene una deuda con el Banco de China, que es administrado por el gobierno de ese país, lo que puede ser riesgoso si su administración negocia algún acuerdo con el gigante asiático.
La prensa también reportó relaciones financieras con personas próximas al Presidente de Rusia, Vladimir Putin. "Para que quede registrado, tengo CERO inversiones en Rusia", expresó Trump en la red social Twitter en julio pasado.
Pero el potencial de conflictos de interés con sus negocios no se limitan para Trump a países como Rusia. De acuerdo con el diario The Wall Street Journal, desde 1998 Trump ya ha recibido alrededor de US$ 2.500 millones del Deutsche Bank.
En la actualidad, reguladores estadounidenses están en negociaciones con ese banco alemán por la aplicación de una multimillonaria multa a raíz de su papel en la crisis financiera de 2008.
Las declaraciones del abogado de Trump de que el fideicomiso sería administrado por sus hijos desató, inmediatamente, las alarmas de los expertos, quienes advirtieron que su plan no lo libera del conflicto de interés. "Eso no hace nada en ese sentido, no es un fideicomiso ciego calificado; lo que hace es congelar el tiempo cuando es Presidente, mientras sus hijos administran sus negocios, eso dice lo que va a hacer", explica a La Tercera, Kenneth Gross, abogado que ha asesorado varios candidatos respecto de la regulación y la actividad política.
"Tus hijos no califican"
Gross afirma que cuando una persona pone su riqueza en un fideicomiso ciego se rige bajo las reglas de la Agencia de Etica del Gobierno, que establece que el contrato sea manejado por un administrador independiente. Eso fue lo que usaron los ex Presidentes Ronald Reagan, George H. Bush, Bill Clinton y George W. Bush. "Tus hijos no califican como un administrador independiente. De hecho, no hay diferencia entre los intereses de tus hijos y tus intereses. Así que no es realmente un fideicomiso ciego, no cumple los estándares", añade.
Según la agencia France Presse, el ex primer ministro, Silvio Berlusconi, después de su elección en 1994, confió la administración de su imperio de medios de comunicación a un fideicomiso bajo control de su familia. Pero no logró evitar críticas por conflictos de interés. Por el contrario, Barack Obama, no usó un fideicomiso. La mayoría de sus activos se invirtieron en bonos y letras del Tesoro de Estados Unidos, fondos de inversión y planes de ahorro para la educación de sus hijas, que no son activos que supongan un conflicto de interés. Buena parte de su fortuna -estimada en unos US$ 7 millones- proviene originalmente de las ventas de sus libros, que han sido best sellers con alcance planetario.
Gross advierte que si Trump sigue adelante con el fideicomiso, éste no será ciego, debido a que por definición y de acuerdo a la ley él tiene conocimiento de los activos que tiene. "Así, si eres dueño del Empire State, por ejemplo, y lo pones en un fideicomiso ciego, no te vas a olvidar que eres dueño de eso. Si se vende, el administrador te puede notificar que no eres dueño de eso. En el caso de Trump son muchos activos. Es dueño como de unas 500 empresas", explica. "El podría considerar renegociar la deuda con un banco que no presente los conflictos del Banco de China. Esto no creo que pueda hacerlo de un día para otro. Otras propiedades como los campos de golf, los hoteles, eso es más difícil, no se pueden vender fácilmente para convertirlos en efectivo. Así que eso tomará tiempo. Si estuviera en su posición estaría priorizando los activos que probablemente provoquen más conflicto", dice.b
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