Marchas por la educación




Señor director:

Preocupa ver sectores que se esfuerzan por destruir la libertad en el sistema educativo. Buscan priorizar universidades estatales frente a privadas, arguyendo que en razón de su propiedad requieren más atención, dificultando el desarrollo de diversos proyectos educativos. Encontramos también un afán por fijar requisitos de existencia a los planteles que poco o nada tienen que ver con calidad, como la igualdad en el gobierno institucional, imponiendo modelos que las instituciones deberían establecer autónomamente.

Más aún, buscan que el financiamiento estatal vaya a las instituciones que cumplan estos requisitos, forzando la decisión de adaptarse a este programa y obligando a quienes no tengan los recursos suficientes a ir a planteles que no aseguran un buen estándar.

Calidad es una palabra que se extraña en este discurso, y debe ser el eje de las propuestas. No es posible que el financiamiento o distinciones vayan en razón de la propiedad o año de fundación de una institución, sino que debe existir un marco común donde se incentive el perfeccionamiento de los planes de formación. De la misma manera, las exigencias deben fijarse en aspectos que incidan efectivamente en la calidad, como el progreso de la investigación y docencia. Así también, debe asegurarse la libertad de los estudiantes de elegir dónde educarse, promoviendo que aquel que tenga las capacidades pueda optar por un proyecto acorde a su vocación.

Cuando los principios rectores de la discusión son calidad, libertad y justicia, contribuimos a construir un sistema educacional que importe un cambio en la vida de muchos chilenos y genere oportunidades para que sean las personas las artífices de su destino.

José Antonio Kast A.

Presidente Movimiento Gremial UC

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