Moisés Naím, intelectual y analista venezolano: "La mayoría de los secretarios no tiene experiencia"
En entrevista con La Tercera, el columnista afirma que pese a la cercanía entre Trump y Putin, habrá "fricciones inevitables".
El "temor" y la "incertidumbre" frente a lo que será la gestión de Donald Trump marcaron la pauta en el Foro Económico Mundial de Davos. Lo dice Moisés Naím, quien participó en la cita anual en la ciudad suiza. En esta entrevista con La Tercera el intelectual venezolano y analista del Carnegie Endowment for International Peace aborda el escenario que se abre con el arribo del nuevo inquilino a la Casa Blanca.
¿Qué opinión percibió sobre Trump en Davos? ¿De temor?
Hay temor. El consenso de Davos este año es que nunca había habido una reunión en la cual hubiera tal incertidumbre, en el sentido de que nadie tiene claro qué es lo que él va a hacer realmente, qué es lo que va a poder hacer realmente y cuáles son las consecuencias, las reacciones del resto del mundo.
Tras las elecciones, usted dijo que "la falta de equipo era el desafío más relevante" para Trump. A la luz de las designaciones para su gabinete, ¿mantiene esa opinión?
Creo que sus nombramientos confirman lo que yo anticipé. La mayoría de sus nombramientos no tiene experiencia alguna en los sectores en los que están siendo designados. El mismo Ben Carson dijo que no sabía nada de cómo manejar una organización grande, ni mucho menos sobre la Secretaria de Vivienda (para el que fue designado). El secretario de Energía (Rick Perry), cuando fue precandidato presidencial, proponía hacer desaparecer esa secretaría. En fin, cada uno de los secretarios que ha nombrado o no tienen experiencia alguna en su área o han tenido una experiencia confrontacional y negativa. Todos van a entrar confrontando a una burocracia que se siente amenazada, hostigada y despreciada por el nuevo equipo de gobierno.
Durante la campaña, Trump fue crítico de Wall Street. Pero hoy varios hombres de negocios integran su gabinete. ¿Esto podría dar señales de cómo será su gestión?
Pues no lo sabemos. Lo que sabemos es que se ha rodeado de gente que conoce del mundo de los negocios, él se siente cómodo con ellos. La verdad es que no sabemos. Eso es parte de la incertidumbre, de que no se sabe exactamente cuán estable va a ser el equipo.
Y respecto a la gran presencia de militares en el gabinete, ¿le produce algún grado de temor?
Sí. Afortunadamente uno de ellos, el secretario de Defensa (general James Mattis) es percibido como alguien que puede contrarrestar y compensar las ideas más peligrosas y radicales que tiene Trump. Está en contra, por ejemplo, del uso de la tortura, está en contra de una actitud benevolente con Rusia. Ha sido mucho más cauteloso en términos de no apoyar la idea de que la OTAN es una organización que hay que desmantelar.
En las audiencias en el Senado varios de los designados para el gabinete marcaron distancia de Trump. A su juicio, ¿era sólo una estrategia para asegurar la confirmación en el cargo o podrían ser señales de futuros conflictos?
Creo que son ambas cosas. Pienso que lo más destacado de las audiencias fueron dos cosas. Los designados muchas veces adoptaron y defendieron posiciones que están en contra de las del Presidente. Y lo otro es la conducta de algunos de los senadores del Partido Republicano, John McCain, Lindsey Graham y especialmente Marco Rubio. Rubio acusó de manera muy agresiva al candidato a secretario de Estado (Rex Tillerson) para que reconociera que Vladimir Putin es un criminal de guerra. Eso manda una señal clara, que es que Trump no va a tener en el Congreso un apoyo monolítico, automático y seguro de la bancada republicana.
En una entrevista con The Times y Bild Trump elogió al Brexit, criticó a Angela Merkel y lanzó duros dardos contra la OTAN. ¿Es pesimista sobre el futuro de la relación entre EE.UU. y la UE?
Es difícil ser optimista, porque Trump ha dicho explícitamente, ha mostrado su desprecio por el proyecto de la UE, por la OTAN. En esa entrevista a Trump le preguntaron por Merkel y Putin, cuál de los dos era su principal aliado, y dijo que podría trabajar con todos. Estamos hablando de la canciller de Alemania, uno de los países aliados más importantes de EE.UU. Y, en el caso de Putin, estamos hablando del dictador de un petroestado y lo pone al mismo nivel. Eso es muy revelador.
Tras las acusaciones de hackeo ruso en la campaña electoral de EE.UU., ¿cómo vislumbra la relación entre Putin y Trump?
Primero quiero decir que no hay duda aparentemente de que Trump llega a la Presidencia con un empujón del Kremlin y otro de James Comey, el director del FBI. En marzo pasado publiqué un artículo en La Tercera donde digo que el gran elector de las elecciones que iban a ocurrir en noviembre sería Comey.
¿Y qué puede decir de la relación entre Rusia y EE.UU.?
La relación tiene fricciones estructurales. Puede haber mucha buena voluntad, ser amigos y tener una relación cómoda, pero hay dinámicas que van a hacer que haya fricciones inevitables.
El Presidente chino Xi Jinping, que sorprendió en Davos con su defensa de la globalización, ya se estaría preparando para una eventual guerra comercial con EE.UU., según analistas. ¿Ve muy complicada la relación bilateral?
Sí, se ve complicada. Estuve presente cuando Xi dio su discurso en Davos, que tuvo un enorme impacto positivo entre los asistentes. Una de sus frases fue que nunca hay ganadores en una guerra comercial y otra es que nunca hay que echarle la culpa de todos los males a la globalización. Es decir, todas las cosas que debería estar diciendo el Presidente de EE.UU. las dijo el secretario general del Partido Comunista de China y Presidente de ese país.
¿Cree que con Trump se inicia un nuevo orden mundial?
Creo que vamos a entrar en una época en donde van a cambiar muchas cosas y no veo a Trump como la causa. Veo a Trump como el síntoma y la manifestación de tendencias nuevas en la política, en la economía internacional, tendencias que aún no entendemos bien.
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