Más de la mitad de la población chilena es considerada económicamente vulnerable según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), lo que implica que uno de cada dos individuos no tiene los fondos necesarios para enfrentar períodos de menores ingresos.
En la última versión de su informe "¿Cómo va la vida?", el organismo reveló que un 52,65% de los chilenos está dentro de esta categoría, lo que significa que, a pesar de estar actualmente por encima de la línea de la pobreza, corren el riesgo de caer en la pobreza porque no cuentan con los recursos financieros suficientes para protegerse contra una pérdida de ingresos por tres meses. La Ocde define la línea de la pobreza como un 50% del ingreso mediano del país.
El dato nacional es el quinto más elevado del grupo, después de Letonia (62,22%), Grecia (55,36%), Eslovaquia (54,09%) y Nueva Zelanda (53,2%).
La cifra "es decidora de la baja capacidad de ahorro que tienen las familias y por cierto el lugar en el ranking refleja nuestra situación de desarrollo relativo respecto de los países de la Ocde", comentó David Bravo, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales (CEEL) de la U. Católica.
Además, un 22,19% de la población es pobre por ingreso y por activos, es decir, tienen un ingreso por debajo del 50% del ingreso mediano y su riqueza financiera líquida es menor a 25% del ingreso de la línea de la pobreza. Mientras, apenas un 2,7% de las personas que ganan menos de la mitad del sueldo mediano tiene una riqueza financiera suficiente para enfrentar un shock negativo en el ingreso.
Con todo, el documento reveló que un 77,5% de la población nacional es pobre o económicamente vulnerable, la segunda mayor tasa dentro del bloque después de Letonia (84,19%).
Los datos "muestran que nuestro país no debe dar por superado el tema de la pobreza y que ha sido correcto el foco en ampliar la mirada para examinar nuestra realidad, así como en subir los estándares con los que nos queremos medir hacia adelante", aseveró Bravo.
Medición cuestionable
Para Osvaldo Larrañaga, director de la escuela de gobierno de la UC, la cifra no es tan relevante, ya que "no es una medida que los países hayan adoptado oficialmente ni estén pensando en hacerlo. Incluso para la Ocde es una medida que están recién introduciendo y no parece estar suficiente madura".
A su juicio, la medición es discutible por tres motivos: que la riqueza líquida no incluye activos durables como vehículos y similares, que se pueden vender en caso de necesidad; que la seguridad social provee ingresos cuando las personas están desempleadas o con licencia de salud; y por último, que existen redes de apoyo familiares que se activan cuando un hogar tiene problemas económicos.
Aún así, el economista reconoció que "es cierto que en el país hay un grupo numeroso de la población que se califica como 'vulnerable', en el sentido que sus ingresos están por sobre la línea de pobreza, pero estos ingresos no son suficientes en nivel o permanencia en el tiempo para dar seguridad económica".
Si bien no hay una definición establecida para este conjunto, algunos expertos se refieren a este segmento como la clase media emergente.
Dudas que también planteó el ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, quien aseguró que "no sabemos sabemos cómo está hecho este estudio de la Ocde", y que les interesaría poder conocer la metodología para complementar diagnósticos.
En este sentido, insistió que "en Chile estudiamos la pobreza, más allá de la insuficiencia de ingresos", y que si bien se requiere más información sobre la metodología usada por la Ocde, "la vulnerabilidad económica de la población informada por Ocde parece coherente con los altos niveles de desigualdad exhibidos por el país".
Alta vulnerabilidad
Por su parte, Claudia Sanhueza, directora del magíster de políticas públicas de la Universidad Diego Portales y experta en esta materia, señaló que la tasa de casi 53% "es una cifra bastante alta y la realidad local es perfectamente compatible con esto". La especialista precisó que datos de las Encuestas Casen 1996, 2001 y 2006 ya habían mostrado que cerca de un 34% de la población ha estado alguna vez bajo la línea de la pobreza, lo que refleja que "tenemos un problema de vulnerabilidad".
En cuanto a la elevada proporción de gente pobre o económicamente vulnerable (casi 80%), Sanhueza manifestó que esto "se explica porque la riqueza está muy mal distribuida y el gasto social no es alto. Por una parte los hogares tienen una alta carga del gasto en educación, salud, vivienda y, por otra, no ahorran". Desde su punto de vista, la única manera de abordar esta situación es a través de un mayor gasto en seguridad social financiado con mayores impuestos a la riqueza.
Por su parte, Bravo complementó que la tarea pendiente es alinear las políticas públicas hacia los nuevos indicadores de bienestar que abarcan más que sólo el ingreso.