Paula Narváez, ministra vocera de Gobierno: "Claramente, Piñera no va a ser recordado por un gran aporte a Chile"

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La ministra, además, endurece sus críticas al ex presidente por el giro que tuvo en materia de gratuidad: dice que la "actitud camaleónica que tiene genera desconfianza" y que "su sector va a tener un problema muy grave".




Era una de las candidatas favoritas de los partidos oficialistas para sumarse como rostro a la campaña de Alejandro Guillier. Sin embargo, a diferencia de 2009, cuando la entonces vocera Carolina Tohá salió del gobierno para apoyar a Eduardo Frei, esta vez no habrá arribo de ministros a la candidatura del senador.

Aun así la vocera de Gobierno, Paula Narváez (PS), ha estado en el centro de la campaña y ha sido blanco de críticas desde la oposición. El viernes, diputados de Chile Vamos acudieron a Contraloría pidiendo un pronunciamiento sobre un supuesto "intervencionismo" de la portavoz por declaraciones en contra de Sebastián Piñera. Y ese mismo día, desde La Moneda, la ministra defendió el rol del gobierno y endureció el tono contra el ex mandatario.

¿Cómo ve el resultado de las elecciones del domingo pasado?

Lo que pasó vuelve a instalar, de alguna manera, la importancia de la democracia y del voto, porque, a pesar de que había todo un clima de conversaciones que señalaban una descripción de un país que no existía, fue contrarrestado por lo que los ciudadanos dijeron. Los ciudadanos plantearon que estaban fuertemente por continuar por un camino de transformaciones, por este país más inclusivo que estamos construyendo. Además, señalaron que era muy importante la renovación en la política.

¿Cuál va a ser el rol de los ministros y de la Presidenta Bachelet para la segunda vuelta?

Planteamos en 2014 un proyecto, y a lo que nos debemos es a esos compromisos. Entonces, no es que vayamos a hacer algo distinto. Vamos a continuar haciendo lo que hemos venido haciendo, que es gobernar hasta el último día, pero con el énfasis que ha tenido el gobierno de la Presidenta Bachelet que es ampliando libertades, garantizando derechos. Tenemos una agenda legislativa tremendamente intensa. Nos quedan temas pendientes que son esenciales para el sello que tiene el gobierno en materia de educación, por ejemplo. Tenemos que avanzar en la ley de educación superior, en la ley que fortalece las universidades estatales y en las leyes que garantizan derechos a niños y niñas; tenemos que avanzar en lo que se refiere a una transformación de nuestro sistema de pensiones. Eso, entre otras cosas, porque también están otros compromisos que tenemos de aquí al fin del mandato, como el envío de un proyecto que modifica el CAE y el envío de un proyecto de nueva Constitución.

CAE y pensiones tienen similitud con la agenda del candidato del oficialismo…

Claro, pero eso no es raro, porque tiene que ver con la sintonía que existe en un sector político.

Después de la reunión que tuvo esta semana con Bachelet, Guillier dijo que hablaron de una "coordinación" de la agenda…

Entendí que se habló de agenda legislativa, de los desafíos, pero no hemos alterado nuestro plan de tramitación.

Más allá de si la agenda legislativa está planificada de antes o no, ¿es importante que pueda servir también para que se vean las diferencias entre Piñera y Guillier?

Nosotros somos fieles a lo que representamos. Por lo tanto, en cada una de nuestras acciones se refleja lo que somos. Si llevamos adelante un proyecto de matrimonio igualitario, un proyecto que aumenta las pensiones en un 20%, otro que quiere sustituir el CAE y uno sobre nueva Constitución es porque somos eso. Las personas leen eso, pero no es porque tengamos una intencionalidad electoral con eso. Simplemente, estamos siendo consistentes con lo que somos. No hacerlo sería imperdonable.

¿Y no hacerlo en un minuto como este sería más imperdonable aún?

Es que no hay más minutos. Nos deben quedar cinco semanas legislativas. Entonces, cualquier cosa que hagamos la van a leer con terceras, cuartas y quintas intenciones.

Usted dice que la elección refleja una mayoría de votantes a favor de las transformaciones, pero no hay claridad de que esas personas que tienen una ideología progresista vayan a votar por Guillier en segunda vuelta. ¿Ve posible que el electorado del Frente Amplio se sume?

Ese es un poder que tienen los ciudadanos y ciudadanas y que ellos tendrán que aquilatar. En eso somos tremendamente respetuosos, y ahí está el desafío que tienen los candidatos de poder transmitirle a ese electorado cuáles son sus ideas, pero en esta segunda etapa está en juego, justamente, el continuar en un camino de transformaciones o retroceder. Y nosotros creemos que Alejandro Guillier representa el camino de la profundización y la proyección de estas transformaciones. Esperamos que la ciudadanía vea y valore eso.

¿No cree que el apoyo que recibió el Frente Amplio es un castigo a la Nueva Mayoría?

Creo que lo que pasó, tanto con la Nueva Mayoría como con las personas que fueron elegidas del Frente Amplio, es que el mensaje que subyace es el mismo. Es un fuerte mensaje de renovación en la política, más que de las ideas, porque en las ideas hay muchísimas coincidencias entre el Frente Amplio y la Nueva Mayoría. Puede que tengamos diferencias en los ritmos, en cómo se llevan adelante. Las personas elegidas son, en general, no solo rostros nuevos sino que propuestas nuevas. Aquí se transformó el escenario político. Y en eso Sebastián Piñera queda atrapado en el pasado, con él, con su personaje. Él forma parte, digamos, de la transición. Él es una figura política del pasado. Alejandro Guillier es una figura política del presente y del futuro.

¿Qué significa para usted que ganara Piñera?

Nosotros creemos que él representa un orden restaurador de un modelo distinto de país, un modelo donde el esfuerzo personal es mucho más gravitante. Sin desmerecer el esfuerzo personal, creemos que tiene que haber una sociedad y un Estado que acoge, que genere oportunidades, que apoya en momentos difíciles, que garantiza derechos básicos. El modelo de la derecha es distinto. Además, es tremendamente conservador desde el punto de vista valórico. Nosotros estamos ampliando libertades y ellos están retrocediendo en libertades. Y esto no solo lo digo yo, lo dicen ellos mismos. Es decir, hace algunos días un senador de RN decía "si tuviéramos mayoría, derogaríamos la ley de despenalización del aborto en tres causales". Aquí hay una confrontación de dos visiones de país. Un eventual triunfo de Sebastián Piñera significa un retroceso.

Después de que la derecha llevó la gratuidad al Tribunal Constitucional y de que ese sector se opuso, en las últimas horas vemos que Piñera dice que avanzará en gratuidad en un eventual gobierno suyo. ¿Qué le provoca eso?

Es de un aprovechamiento político increíble y denota cierto oportunismo. Tú tendrías que pensar que él va a tener que tomar las banderas del gobierno de la Presidenta Bachelet que durante muchísimo tiempo descalificó y denostó. Esta actitud no refleja responsabilidad política para lo que él piensa. Esto es tremendamente inconsistente con lo que él ha dicho y con lo que su sector ha dicho y ha hecho. Vivimos amenazados por cuál es la actitud de Chile Vamos en el Congreso en todo lo que significa transformaciones en materia de educación, específicamente en gratuidad, y hoy, para conseguir más votos, él dice "bueno, estoy disponible para avanzar en gratuidad en función del crecimiento económico". ¡Que se lea el proyecto de ley! El proyecto establece responsablemente cómo se va avanzando hacia la gratuidad universal. ¿Por qué todo este tiempo nos estuvo negando la sal y el agua? Resulta, de verdad, incomprensible. La explicación que uno se da es que es oportunismo electoral puro y duro.

¿Qué efectos puede tener esto?

Yo no sé si uno puede gobernar un país de acuerdo a los vaivenes de las circunstancias. Los grandes líderes se miden por la capacidad de sostener y mantener sus convicciones hasta el final, que es lo que hizo la Presidenta Bachelet a pesar de todo lo adverso. Siempre dijimos que lo nuestro se trataba de principios y convicciones, no de oportunismo electoral, que es exactamente lo que ha hecho Piñera en estos días. Así no se conducen los países. Uno podría entenderlo de un candidato con menos experiencia. Pero estamos hablando de Sebastián Piñera, que ha sido senador, candidato muchas veces y que fue Presidente de la República. Tu esperas solidez. No es creíble. Su sector va a tener un problema muy grave.

¿Cuál?

Dentro de su sector hay quienes son consistentemente de derecha y que, por lo tanto, tienen claramente una sola visión, y les va a costar mucho un retroceso en sus propios dichos. Ellos tendrán que justificar por qué votaron distinto y ahora votan así. Aquí sí que no pueden decir que hay una visión de país que sea consistente con lo que están diciendo. No la hay. Ellos creen en otra cosa, que la educación es un bien de consumo. Ellos no creen en la educación como un derecho social. Entonces, ellos están en un problema en este minuto.

Sabemos que esto surge de una presión de Manuel José Ossandón, que arrastra a más de 370 mil electores. ¿Pero no cree que también pudiera haber detrás un acercamiento simbólico a la figura de Bachelet?

Claro, es que él fracasó. Lo que pasó en la primera vuelta es que, a pesar de ese 36%, Piñera fracasó en su estrategia de denostar al gobierno, de incluso descalificarlo. Eso fracasó el 19, porque se dio cuenta de que el país quería una cosa distinta. Él tiene esta actitud camaleónica, de transformarse en función de las circunstancias, y quisiera aparecer ahora mucho más ligado al liderazgo que refleja la Presidenta Bachelet. Pero eso es imposible, porque Piñera está en las antípodas de Michelle Bachelet. Esa actitud camaleónica que tiene genera desconfianza.

Usted dice que, a diferencia de Piñera, Guillier es una figura de presente y futuro. En su comando hay un debate sobre la importancia, justamente, de la "renovación" versus la vieja guardia de la Concertación. ¿Usted con qué se queda?

Son dicotomías completamente falsas, porque la historia se construye en espiral, no se construye borrando sino que integrando. Si estamos parados aquí en el punto en el que estamos es porque hubo otros antes.

Hay algunos que consideran que lo importante es la renovación de ahora y no lo que se hizo atrás…

Cualquier figura reduccionista no sirve en política. No hay una renovación de cero, porque eso no existe. Veo líderes muy jóvenes que son capaces de hacer un reconocimiento a la historia. Es como que dijéramos que estamos acá sin reconocer la nacionalización del cobre que se hizo en el gobierno del presidente Allende, o la reforma agraria desde Frei Montalva en adelante.

Usted menciona a Allende y Frei Montalva con dos medidas por las que son recordados. ¿Por qué elemento cree que va a ser recordado el gobierno de Piñera?

El ex presidente Piñera tuvo un gobierno de continuidad, un gobierno de administración. Él no le propuso al país una idea específica de transformación, de cambio. Claramente, no va a ser recordado por un gran aporte a Chile, porque, en realidad, lo que hizo fue administrar lo que ya traíamos. Quiso instalarse como un quinto gobierno de la Concertación. Algunos lo recuerdan por el posnatal de seis meses, pero era una moción parlamentaria del ex senador (Mariano) Ruiz-Esquide, entre otros. Quiso plantear el tema de los empleos, pero resulta que le tocó convivir con un precio del cobre altísimo y con un ciclo económico expansivo.

¿Por qué cree que una candidatura que se planteaba, según los propios dirigentes de la oposición, como para ganar en primera vuelta, llega a un resultado menor al esperado?

La soberbia de los diagnósticos puede nublar la capacidad de leer con un poco más de humildad y realismo lo que pasa en la sociedad chilena.

Guillier, tres semanas antes de la elección, apuntó al "antipiñerismo" en el país. ¿Usted cree que hay un antipiñerismo fuerte en Chile?

Lo que creo es que Piñera, en su trayectoria política, tuvo la oportunidad de actuar como un estadista, y él tomó una decisión distinta.

En el PS y el PPD querían que usted dejara su cargo para integrarse a la campaña de Guillier. ¿Por qué no va a salir ningún ministro?

Eso está completamente despejado. Nunca estuvo sobre la mesa. Yo soy ministra vocera del gobierno de la Presidenta Bachelet, y eso será hasta que ella lo decida.

Antes uno veía cómo salían ministros para las campañas…

Las cosas cambian. Cada proceso electoral es diferente.

¿Y por qué era necesario en otras campañas y en esta no?

Bueno, eso puede analizarse ex post, pero el gobierno tiene su rol, los ministros estamos todos dedicados a sacar adelante esta tarea y el comando ha resuelto una cosa distinta.

O sea, fue el comando el que no quiso que ningún ministro saliera para integrarse a la campaña...

Es que nunca estuvo sobre la mesa. No es que quiso o no quiso, porque para querer hay que preguntar, y no sé si esa conversación existió en alguna parte. Creo que es más bien especulativo lo que ha sucedido en torno a ese tema.

¿No hubiera sido una buena señal que algunos se incorporaran al comando?

Me parece una estupenda señal lo que ha pasado ahora, porque creo que se han hecho cargo con el liderazgo de algunos bien consolidados y otros emergentes.

¿Tiene que ver con mostrar una renovación y caras nuevas?

Es probable. Es una mezcla de experiencia la decisión que han tomado, me da la impresión, y con liderazgos nuevos. Pero nosotros no formamos parte de esas decisiones, ni nos corresponde.

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