Pedro Cayuqueo: "El día que tengamos un presidente de origen mapuche, Chile se reconciliará con su historia"
En Esa ruca llamada Chile, su tercer libro, reúne más de 50 crónicas en las que rescata historias de sus ancestros y se refiere al presente de su pueblo.
"Soy un mapuche originalmente puro", dice el periodista Pedro Cayuqueo Millaqueo (38). Un mapuche que no tiene reparos en recomendar libros en inglés, vestir ropa de marca, colaborar en revista Caras o The Clinic o publicar sus artículos en el periódico británico The Independent o en El Siglo, del Partido Comunista.
Considerado una voz influyente y reconocida dentro del mundo mapuche, la labor de Cayuqueo es reflexionar desde la contingencia y, a la vez, recordar el pasado de sus ancestros y de su pueblo.
Director del diario digital Mapuche Times y del sitio de noticias Azkintuwe, que lleva 14 años, en sus crónicas Cayuqueo recuerda que alguna vez existió una bancada de parlamentarios mapuches en el Congreso. Que a inicios de los 70 el cineasta Raúl Ruiz viajó con Salvador Allende al sur de Chile a registrar los diálogos entre loncos y el ex presidente. Que Francisco Huenchumilla como intendente de La Araucanía se ha convertido "en un ícono contracultural". Que se podría hacer una selección de futbolistas de origen indígena con Jean Beausejour Coliqueo, Francisco Huaiquipán, Gonzalo Fierro Caniullán y Marcelo Salas Melinao, entre otros.
Son algunas historias que Pedro Cayuqueo reúne en más de 50 crónicas de su nuevo libro, Esa ruca llamada Chile, editado por Catalonia. Los textos provienen de diferentes medios escritos, entre ellos La Tercera. El volumen es una continuación de su publicación anterior, Solo por ser indios (2012), y será presentado a fines de septiembre en Nueva York, en la Cumbre Mundial de Pueblos Indígenas que organiza la ONU. Y a fines de octubre tendrá su lanzamiento en la Feria del Libro de Santiago.
La agenda está copada para Cayuqueo. Además de sus tareas como periodista, es vicepresidente de la Corporación Enama, que reúne a profesionales mapuches. "Pareciera ser que la imagen del mapuche rural y campesino está cambiando hacia el mapuche urbano inserto en el siglo XXI", dice al teléfono desde Temuco.
Modelo de Estado
Egresado de periodismo de la U. de La Frontera, el año pasado recibió el Premio al Periodismo Iberoamericano Samuel Chavkin, otorgado por el North American Congress on Latin America y la U. de Nueva York. Su bibliografía, que se completa con los reportajes reunidos en La voz de los lonkos (2013), es materia de consulta en bibliotecas de universidades como Columbia y Harvard.
¿Qué siginifica ser una voz indígena influyente y reconocida?
Es un compromiso para amplificar demandas y propuestas que muchas veces dirigentes no pueden difundir. En Chile se hace mucho periodismo con parte policial. Mi labor es de un comunicador que tiene tribuna en algunos medios y no tengo ninguna intención de reemplazar la voz de los dirigentes.
En la portada de Esa ruca llamada Chile la bandera mapuche reemplaza a la chilena en la entrada del Palacio de La Moneda...
Es un deseo y una aspiración, pero también una provocación y emplazamiento a un modelo de Estado donde nosotros no somos invitados a formar parte. Una paradoja de la democracia. El día que tengamos un presidente de origen mapuche, Chile se reconciliará con su historia. Será una señal de cambio cultural, como lo fue en Estados Unidos la llegada de Barack Obama.
Ha escrito que los mapuches son tema "sólo cuando algo se quema".
El conflicto no puede reducirse a los hechos de violencia. Una comprensión más cabal de los antecedentes históricos, culturales y económicos que tiene el conflicto permitiría un abordaje más serio. El gobierno sólo actúa con la estrategia de represión y contención: los malos son los que protestan y los buenos son los que aceptan los subsidios. En tanto, la violencia que existe es real, pero es acotada a ciertos territorios. La violencia es el fracaso y la negligencia de los políticos y dirigentes mapuches.
¿Qué opina de la consulta indígena que lleva adelante el Consejo de la Cultura?
El convenio 169 de la OIT establece un estándar mínimo de conversación. Yo soy optimista porque es un aprendizaje para el Estado y las propias comunidades. Pero sé que ha sido cuestionado por algunos sectores mapuches porque tiene deficiencias. ¿Por qué hay aspectos que están sujetos a los arbitrios del sistema de impacto ambiental y no de la Conadi? En cuanto a la reforma educacional, me interesan más los cambios de contenido educativo que enarbolar la bandera de la gratuidad. Por ejemplo, siguen usando en los colegios textos del historiador Sergio Villalobos. Y ya sabemos que él tiene una manera ideologizada de ver Chile propia del siglo XIX. Es un señor de otra época.
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