La vuelta a clases… de los padres

Escolares


Se avecina la vuelta a clases luego de varios meses de relajo, rutinas flexibles y horarios para acostarse y levantarse tarde y, como padres, nos surgen una seria de interrogantes ¿cuál es la mejor estrategia para preparar a los niños para partir un nuevo año? ¿Cómo manejo la ansiedad del primer día de clases? ¿Cómo las y los oriento para que puedan desenvolverse bien al interior de la escuela, hacer nuevos amigos y aprovechar al máximo de aprender nuevas cosas?

Lo mismo ocurre al interior de la casa ¿cómo manejo las caras largas con sueño en las mañanas? ¿Cómo evito los berrinches por no querer levantarse o acostarse temprano? ¿Cómo establezco la rutina de hacer tareas?

Pero, ¿qué importancia tiene hacernos estas preguntas? No existe una receta única para una buena crianza, pero sí estrategias que tienen evidencia de promover, no sólo el bienestar infantil, sino también el de sus padres y madres. Por ello es fundamental que madres y padres se atrevan a hacer estas preguntas cotidianas sobre la crianza y que, por el otro lado, haya profesionales preparados para responder a estas interrogantes de manera efectiva.

Algunas ideas que pueden contribuir a comenzar mejor el año escolar son: preparar con tiempo las cosas necesarias para iniciar el año escolar (uniformes, útiles o traslados); comenzar gradualmente a adelantar los horarios de comida, de acostada y de levantada; revisar las expectativas: ¿estamos esperando que las y los hijos vayan felices desde el primer día a un lugar desconocido? Y si es conocido ¿será normal que vuelva cansado y algo malgenio después de tener tantas actividades nuevas e intensas?; darse un tiempo para los "regaloneos": para sus niños, que van a necesitar atención y contención estos días, y ¡para usted! que va a estar más cansado o cansada.

Desde Triple P (Programa de Parentalidad Positiva), buscamos empoderar a las familias y a las comunidades en la crianza positiva, capacitando a profesionales en diversas metodologías basadas en evidencia, que cuentan con más de 30 años de investigación. De esta forma, las familias pueden acceder a apoyo, dependiendo de sus necesidades, para aumentar sus competencias y la confianza en la crianza; involucrando a toda la comunidad para prevenir y tratar los problemas emocionales, sociales y de conducta propios de la infancia y adolescencia.

Cuando los niños crecen en un ambiente positivo, cariñoso, seguro, sin demasiados conflictos y con límites claros es más probable que tengan un buen desempeño en la escuela y en la vida en general. Como sociedad, si queremos criar niños sanos, debemos poner el foco en la crianza, normalizar el que padres y madres se atrevan a preguntar sobre sus desafíos de crianza y promover programas de prevención e intervención temprana como Triple P.

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