Juan Ignacio Latorre, senador de Revolución Democrática: "Si el PC estuviera en el Senado tendríamos con ellos una relación más fluida"

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Juan Ignacio Latorre es el único senador del Frente Amplio.

Pese a que el parlamentario del Frente Amplio destaca su sintonía con los comunistas, señala que el Partido Socialista "es hoy el eje de la centroizquierda". Sobre la posibilidad de alcanzar acuerdos con el gobierno, sentencia que cualquier consenso está condicionado a una "reforma sustantiva" al Tribunal Constitucional.


Sentado junto a la oposición en la sala del Senado, Juan Ignacio Latorre escucha las intervenciones de cada uno de los parlamentarios. Y pese a que él no pide la palabra, no se levanta de la silla hasta que termine la sesión.

El senador de Revolución Democrática (RD) ha tenido un bajo perfil, pero un foco claro: sacar adelante el programa de gobierno del Frente Amplio y aportar desde la Cámara Alta, pese a ser el único frenteamplista del organismo.

¿Cómo ha sido su trabajo siendo el único parlamentario del Frente Amplio en la Cámara Alta?

A diferencia de mis compañeros que son 20 y pudieron estar en todas las comisiones , yo voy a poder estar solo en dos: Educación y Derechos Humanos. Y luego de que decidiéramos establecer administrativamente un comité mixto con el PS, me toca estar con bastante coordinación con los senadores socialistas, además de la bancada del Frente Amplio y la de Revolución Democrática. Entonces, tengo tres espacios permanentes de coordinación.

Pero su relación con el PS ¿es meramente administrativa?

Nosotros desde RD decidimos hacer el comité mixto primero como algo administrativo, pero también abriendo un diálogo político. En el sentido de que el PS es hoy el eje de la centroizquierda, un partido que tiene 19 diputados, siete senadores, es parte del tronco histórico de la izquierda. Si bien no comparto toda la política que ellos han llevado en estos años y soy muy crítico de muchas cosas, creo que hoy día en el escenario en que nos encontramos es muy importante abrir diálogos políticos con ellos.

Y si el PC hubiese llegado al Senado, ¿sería más cómoda una relación con ellos?

Sin duda que con el PC tenemos sintonía en muchas cosas. También es un partido histórico de la izquierda con el que nos interesa construir. Como anécdota: fui invitado a la Fiesta de los Abrazos y comunistas me dijeron que como no tenían ningún senador les interesaba tener vínculos conmigo. Yo, encantado de colaborar con ellos y, sin duda, si el PC estuviera en el Senado tendríamos con ellos una relación más fluida.

Usted ganó en Valparaíso sin ser el candidato del Jorge Sharp, que apoyaba a Octavio González. ¿Cómo es la relación con el edil?

Muy buena, y durante la campaña también lo fue. Mucha gente de las bases del Movimiento Autonomista votó por mí. El mismo Sharp, pese a tener apoyo público a Octavio, se sacó algunas fotos y videos conmigo de apoyo. Creo que es una persona que tiene un gran futuro político y le he dicho que en mí tiene un aliado, un interlocutor.

Se inició un debate interno para ver la relación entre los parlamentarios y los partidos del Frente Amplio. ¿Cuál cree que es la mejor forma?

No hemos establecido ningún protocolo por escrito, rígido, sino que más bien hemos buscado espacios de conversación y coordinación, pero sabiendo que hay autonomía. De todas maneras, desde el FA estamos preparando un congreso que sea fundacional en términos de participación, de derechos, deberes, del rol de los territorios y cada espacio del FA, de cómo tomar decisiones. Nos estamos preparando.

¿La mesa nacional debe tener la autoridad para visar las votaciones y discusiones legislativas más importantes?

Se ha hablado de que haya autonomía parlamentaria para votar en conciencia. No hay una orden de arriba, sino que más bien coordinación. Obviamente, todos tenemos el mandato de defender el programa del Frente Amplio. No hay un mandato de la mesa, por ahora, y dudo que haya. No le corresponde decir a la mesa nacional cómo votar a los parlamentarios.

Se ha hablado del riesgo de "parlamentarizar" el Frente Amplio. ¿Podría pasar?

Es una preocupación que tenemos todos, tanto los que estamos en el Parlamento como los que están fuera. Nuestro desafío como proyecto colectivo va más allá. Es muy relevante que nos vaya bien a los parlamentarios, pero sin duda que algo muy importante es la territorialización o el vínculo con los movimientos sociales.

El debate por demanda marítima es uno de los temas que generan más diferencias. Usted dijo que están por buscar una "salida a la mediterraneidad de Bolivia". ¿Se les debe dar una salida soberana al mar?

Lo que aparece en nuestro programa, que todavía es muy general, es que estamos de acuerdo con que se puedan buscar distintas fórmulas para que Bolivia, en un contexto de negociación y con Perú, tenga una salida al mar. Con soberanía, sin soberanía, por dónde o la fórmula concreta, ahí nosotros no nos casamos con una postura. Hay que construir las condiciones para esa negociación, pero dado al contexto, de que estamos en La Haya, no es momento de ponerse creativos y plantear la fórmula.

También ha comentado que Evo Morales es un líder importante para la izquierda latinoamericana. ¿Usted valora su gestión?

La valoración de Evo y el proceso boliviano van más allá de La Haya. Ha sido súper importante el movimiento del socialismo que han construido allá, el indigenismo, la participación de los pueblos indígenas, entre otras cosas, son muy valorables. También tiene sus contradicciones, tienen sus sombras, pero el proceso boliviano ha sido un referente para la izquierda latinoamericana.

¿Y Nicolás Maduro también es un líder importante para la región?

Maduro no es un referente para mí, no lo considero como un líder importante para la región. Era mucho mayor la altura política de Chávez y creo que a Maduro se le fue de las manos el proceso y ha contribuido a la crisis en Venezuela más que a la solución de los problemas. Es una democracia en crisis la situación de Venezuela.

Esta semana, el Minsal decidió modificar el protocolo de aborto en tres causales. ¿Cree que el gobierno viene con "aplanadora", como han señalado algunos en su bloque?

Se han utilizado distintas expresiones, términos más, términos menos. Hay una intención y una voluntad política del gobierno de una ofensiva conservadora y neoliberal. Viene una derecha dura, a diferencia de los que creen que viene una derecha social y dialogante. Vienen con la intención de revertir muchas de las cosas que se avanzaron en el proceso de Bachelet o con las movilizaciones sociales. Y como no tienen los votos en el Parlamento, van a buscar distintos mecanismos por la vía administrativa y siempre con el refugio del Tribunal Constitucional (TC).

¿Cree que dentro de los acuerdos nacionales que busca el gobierno se debe incluir una reformulación del TC?

Absolutamente. Estoy de acuerdo con esa exigencia, creo que hoy llegó la hora de reformar el TC. Hay piso sobre el cual discutir, porque hay dos proyectos que están en el Parlamento, uno les podría poner urgencia a esos proyectos y buscar acuerdos nacionales. Si el gobierno realmente quiere llegar a acuerdos nacionales con la oposición, el piso mínimo es discutir el rol del TC y, a su vez, reponer las discusiones que el tribunal se echó al bolsillo.

¿Se deberían condicionar los otros acuerdos nacionales con esta reformulación del TC?

Hoy yo condicionaría cualquier acuerdo nacional a una reforma al TC, una reforma sustantiva.

Cree que existen las condiciones para generar esos acuerdos nacionales que plantea el gobierno?

Por lo menos, de parte mía hay disposición al diálogo, hay disposición a participar y sentarse a la mesa. Las condiciones están, pero es aquí donde la iniciativa la tiene el gobierno, entonces dependerá de si efectivamente quieren llegar a acuerdos amplios o más bien quieren cocinar acuerdos con pocos actores y a puertas cerradas.

Si usted fuese convocado para las comisiones que busca instalar el gobierno, ¿participaría?

Yo no tengo ningún problema. Entiendo que son comisiones de trabajo prelegislativo y creo que es muy sano enterarse de primera fuente, con los actores sobre la mesa, sobre qué es lo que quieren hacer. Eso no significa condicionar un voto en el Parlamento.

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