Karol Cariola: "Quienes quieran desconocer el rol del PC se van a estar pegando contra una pared"
La parlamentaria aborda los primeros meses del gobierno de Piñera y asegura que el Ejecutivo ha demostrado que "no estaba preparado para gobernar". Asimismo, llama a sus exsocios de la Nueva Mayoría a "no caer en la trampa del anticomunismo".
¿Cómo evalúa el proceso de instalación del gobierno?
Ha quedado claro que este gobierno partió con grandes anuncios y generó grandes expectativas que poco a poco se han ido diluyendo y la ciudadanía así lo percibe. Y lo que ha quedado absolutamente reflejado en la acción política del gobierno es que esos anuncios estaban vacíos de contenido, que no tienen sustento. Lo que han demostrado es que el gobierno no estaba preparado para gobernar.
¿En qué se ha expresado eso?
Es impresionante la capacidad que tiene el gobierno de responsabilizar a la oposición de sus propias incapacidades. Lo que hemos visto es que La Moneda ha puesto su principal esfuerzo en poner de acuerdo a su coalición. Y tratando de tapar las propias diferencias de su sector ahora responsabilizan a la oposición. La sequía legislativa es una realidad. Un gobierno desarrolla una propuesta y eso se tiene que materializar con leyes, con acciones y eso no se ha visto.
El gobierno los ha acusado de obstrucción legislativa y algunos han apuntado a Blumel.
Blumel es el ícono de la expresión de vacío del gobierno. Él va al Parlamento, pero rehúye sostener reuniones con los parlamentarios (...); da la impresión de que es un ministro que se anda escondiendo, mientras menos lo veamos y menos tenga que pronunciarse sobre los temas, mejor. Esa es la demostración de que no tiene mucho que decir, porque la línea política del Ejecutivo no tiene una orientación clara. Y eso se nota.
Hace algunas semanas, el senador Chahuán decía: "Hemos tenido suerte", porque la oposición no está cohesionada. ¿Lo comparte?
Está absolutamente claro que hay varias oposiciones. En el país, en este minuto, no hay una sola oposición. Y cada una está elaborando su propia estrategia y, a veces, lo que queda es la impresión de que hay una competencia de quién llega más rápido a tomar una iniciativa contra el gobierno, más que la existencia de una coordinación coherente. Y así ni el gobierno avanza ni la oposición avanza.
¿Cómo ha visto al Frente Amplio?
El Frente Amplio, como cualquier espacio nuevo, está aprendiendo de este proceso. Es distinto tener dos parlamentarios que no marcan mayormente la diferencia en las votaciones a tener 20. Ahí ya no es tan fácil levantar un discurso con una mirada crítica sin que eso se sustente en una acción política que va a tener consecuencias. Yo tengo harta esperanza, veo que hay hartos compañeros que se han dado cuenta de la necesidad de construir más colectivamente. Es cierto que en un principio llegaron un poco más soberbios y eso es una realidad.
¿Fue un error la premura del bloque para acusar constitucionalmente a Santelices?
La principal bofetada que se pegó el Frente Amplio en este sentido fue precisamente encontrarse con lo que significó la decisión que ellos tomaron, por sí solos, de acusar constitucionalmente al ministro. Ahí se dieron cuenta de que sí necesitaban de otras fuerzas para sustentarlo. Y como PC tomamos la decisión de hacer un gesto concreto, a pesar de saber desde un principio que no íbamos a tener la fuerza de llevar hasta el final la acusación. Esperamos que esas señales puedan ser leídas. Estas son las experiencias que nos van a permitir ir constituyendo una oposición coordinada.
¿Y eso puede tener una expresión en lo electoral?
Es evidente que el no acuerdo electoral de las fuerzas de oposición va a significar darle un triunfo rotundo a la derecha a lo largo del país y, con eso, consolidar su proyecto presidencial, además del control de los gobiernos regionales y los municipios.
¿Y cómo se logra esa unidad?
Este es un momento muy determinante para dejar de lado las pequeñeces de los egos y poner en el centro el futuro de este país, porque de lo contrario el retroceso va a ser inmenso, y yo creo que ya estamos retrocediendo suficiente como para, además, regalarles y entregarles en bandeja lo que va a ser la fuerza local y los gobiernos regionales.
Sin embargo, tanto desde la DC como desde el PPD han marcado una distancia importante con los comunistas.
Aquí nadie va a obligar a nadie a reunirse ni a hacer alianza con nadie, pero el PC, le guste a quien le guste, es una fuerza de la izquierda que tiene representación parlamentaria, que tiene representación política, que fue el partido más grande en la última reinscripción de partidos políticos y, por lo tanto, quienes quieran desconocer el rol del PC se van a estar pegando contra una pared, porque el PC existe y va a seguir existiendo.
El nuevo presidente del PPD planteó que con el PC podría darse solo un acuerdo electoral ¿Cómo ve esa fórmula?
Con el PPD y con el PS, al menos en el plano parlamentario, tenemos un acuerdo y ese acuerdo se ha sustentado en varias iniciativas, de hecho, hemos realizado ya tres seminarios en distintas materias para discutir los puntos comunes, no solo en el plano de números electorales, sino de contenido político. Y yo no creo que el presidente de un partido pueda borrar con el codo lo que se ha venido escribiendo con la mano. Nosotros como PC estamos dispuestos a conversar y, evidentemente, nos interesa construir una alianza electoral. Pero haría un llamado de alerta a nuestros posibles aliados a no caer en la trampa del anticomunismo y de aislar a un partido que tiene toda la legitimidad.
¿A qué lo atribuye?
Creo que responde más bien a ciertas impulsividades puntuales de algunas de las personas que se han puesto a la cabeza de estos proyectos. Y lo peor que puede hacer la DC y el PPD es buscar la responsabilidad en el exterior, sino que en ellos mismos, porque finalmente, si intentan responsabilizar al PC de sus problemas, de sus fracasos o de sus retrocesos, se van a equivocar.
¿Un camino propio de la DC puede ir llevando a que el partido vaya desapareciendo?
Sí, yo creo que fue un tremendo error el haber tomado un camino propio, eso le entregó una ventaja a la derecha, entre otras cosas, para obtener el triunfo de Piñera. Pero todos tenemos derecho a equivocarnos. Creo que sigue habiendo en ellos una mayoría política que está decidiendo quedarse en la centroizquierda y eso implica tener que dialogar, acordar e incluso pactar con actores que van desde el PC a la DC, pasando por el Frente Amplio. Y, por lo tanto, frente a esa realidad, si en algunos no está esa disposición tendremos que asumir que construiremos fuerza con los que la tengan. Pero nosotros como PC no estamos dispuestos a quedarnos al margen, no lo vamos a hacer, por más que algunos quieran conseguir eso.
¿Y eso puede abrir una alianza con el Frente Amplio o el PRO?
Absolutamente. Nosotros llevamos varios meses conversando con el Frente Amplio, con sus distintos partidos, también con el PRO, con el PS hemos fortalecido nuestro vínculo político de alianzas. Ahí hay un trabajo y esfuerzos comunes muy potentes que yo creo que va a ser muy difícil de romper, porque tanto los socialistas como nosotros entendemos la importancia de la constitución de un frente de izquierda. Y quienes valoran la democracia y valoran el rol histórico que ha jugado el PC en su defensa, también entienden que buscar un aislamiento de esta organización es un atentado, precisamente, hacia la historia de nuestra democracia. Los que intenten esa vía van a fracasar.b
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