Por falta de apoyo y riesgo de disidencias: partidos frenan reforma a sistema político impulsada por senadores

Parlamentarios de RN se resistieron a la iniciativa, mientras que en tiendas del oficialismo consideraron apresurada la arremetida liderada por el senador Alfonso De Urresti. "Hay que hacer un trabajo prelegislativo relevante y si eso hace que se demore la reforma algunos días más, lo hará, pero lo importante es hacerlo bien”, dijo el presidente de RN, Rodrigo Galilea.


Ya no fue este martes y probablemente tampoco será hoy. Si bien esta semana el presidente de la comisión de Constitución del Senado, Alfonso De Urresti, tenía planeado presentar una moción para reformar el sistema político, la reacción adversa que generó en algunas colectividades obligó a poner una pausa a la iniciativa.

La idea de cambiar el sistema partidista y electoral había cobrado fuerza ante una seguidilla de episodios que daban cuenta de la fragmentación del Congreso. Eso complicaba la búsqueda de acuerdos y dejaba a los principales bloques a merced de grupos no alineados, independientes y díscolos, quienes se estaban transformando en los dirimentes de las principales decisiones legislativas.

Este fenómeno hizo crisis en la pasada elección de la presidencia de la Cámara de Diputados. En esa ocasión, los votos de Gaspar Rivas (ex PDG), Francisco Pulgar (independiente) y Carlos Bianchi (independiente), además de algunas ausencias, terminaron siendo decisivos a cambio de obtener cuotas de poder en la corporación. El apoyo que brindaron estos legisladores para que la diputada Karol Cariola (PC) fuera elegida en la presidencia, derivó en que Rivas terminara convertido en vicepresidente de la Cámara y Bianchi fuera levantado como nuevo presidente de la estratégica Comisión de Hacienda.

El plan del parlamentario socialista era presentar una propuesta que incluyera la firma de cinco senadores, tanto del oficialismo como de la oposición, idealmente presidentes de partidos, jefes de bancadas o bien integrantes de la mencionada Comisión de Constitución de la Cámara Alta.

Esta propuesta, que venía precedida de una conversación técnica entre juristas y profesionales que fueron parte de la pasada Comisión Experta del último proceso constituyente, iba a contar inicialmente con la firma de Luz Ebensperger (jefa de bancada de la UDI), Rodrigo Galilea (presidente de Renovación Nacional), Jaime Quintana (presidente del PPD) y del presidente de la Cámara Alta, José García Ruminot (Renovación Nacional), además del mismo De Urresti (PS).

La reforma promovida por el senador socialista se hacía cargo de dos puntos: 1) establecer un umbral mínimo del 5% de los votos válidamente emitidos a nivel nacional para que un partido pueda optar a escaños en el Congreso y 2) castigar con la pérdida del escaño a los parlamentarios que renuncien a la colectividad con la que fueron elegidos.

Sin embargo, el primero en poner en suspenso su firma fue el senador Quintana (PPD), debido al riesgo de desmarque desde sus propias filas y de otras tiendas oficialistas y opositoras.

El senador Galilea (RN), en cuya colectividad se estaba levantando una peligrosa disidencia, especialmente entre sus diputados, también pidió más tiempo. “Existe un consenso bastante grande que las reformas políticas son necesarias para tener una mejor calidad de democracia en el país, particularmente en el funcionamiento del Congreso en su relación con el Ejecutivo”, dijo el presidente de RN.

Galilea agregó: “Queremos ingresarla cuando tengamos bien analizadas las posibilidades de éxito y hasta qué profundidad tienen que ser para que tengan éxito. Sería un paso falso muy grande entrar y que esto no sea aprobado. Hay que hacer un trabajo prelegislativo relevante y si eso hace que se demore la reforma algunos días más, lo hará, pero lo importante es hacerlo bien”.

La senadora Ebensperger (UDI), por su parte, si bien no retiró su firma, señaló que “estamos trabajando en un proyecto”, dando a entender que la moción no estaba lista, pues aún estaba en una fase de “borrador”.

En todo caso, en la UDI es donde más convencimiento hay para impulsar la reforma, pero también en el gremialismo entienden que deben esperar los tiempos y las conversaciones internas de las otras fuerzas políticas.

La senadora y presidenta del PS, Paulina Vodanovic, si bien no le quitó el piso a De Urresti, señaló que “como partido no hemos revisado qué reformas al sistema político queremos impulsar. Sí entendemos que hay una necesidad para evitar la dispersión y el discolaje. Vamos a hacer una reunión de mesa y de comisión política”.

Vodanovic añadió que este trabajo, sin embargo, no implica desatender las urgencias ciudadanas en materia de seguridad, salud y pensiones.

El senador Daniel Núñez (PC), en representación de su bancada, comentó que estaban de acuerdo en modernizar el sistema político, pero dijo que discrepaban del umbral que fijaría la reforma para acceder a un escaño parlamentario. “Estamos abiertos, pero una reforma al sistema político tiene que ser para más democracia, no para menos, ni precarizarla. Lamentablemente no hemos sido parte del debate que ha impulsado el senador De Urresti”, señaló el legislador comunista.

El diputado y presidente de Convergencia Social, Diego Ibáñez, señaló que “no conozco la propuesta”. No obstante, agregó que “el senador De Urresti puede presentar su proyecto de ley y nosotros estamos trabajando con los partidos una reflexión colectiva, que en su momento vamos a comunicar y tramitar”.

En una postura, incluso, más crítica se manifestó el diputado y presidente de Acción Humanista, Tomás Hirsch, quien indicó que “no me gusta la propuesta” del senador De Urresti, “pero hasta donde entiendo no representa la voz del PS y eso me acaba de aclarar la presidenta del PS y senadora, Paulina Vodanovic”.

Y agregó Hirsch: “Esta propuesta va en la dirección contraria de lo que necesitamos fortalecer como país para permitir que la ciudadanía tenga más espacios de participación y no restringirlos”.

La presidenta de la Federación Regionalista Verde Social, Flavia Torrealba, expresó que el proyecto “no resuelve los problemas que está enfrentando el sistema político, sino que genera nuevos problemas. Parece que busca salvar a algunos partidos que hoy están en declinación”.

Frente a este cuadro, hasta el cierre de esta edición, los autores de la iniciativa estaban evaluando postergar su ingreso a la secretaría.

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