La otra fábrica que Iansa cerró y que lleva más de un año a la venta

El anuncio de cierre de la planta de Iansa en Linares no es el primero que hace la compañía en los últimos años. A principios de 2016 y tomando en cuenta las condiciones del mercado y la baja producción de remolacha en la zona, que es eminentemente frutícola y viñatera, la compañía tomó la decisión de cerrar la planta que funcionaba en Curicó.

Desde hace casi un año y medio que el terreno está a la venta y un gran cartel anuncia que, a través de Colliers Internacional, los interesados pueden adquirir sus 77,8 hectáreas. La decisión de vender, cuentan, se tomó para hacer un uso más eficiente de los recursos.

Desde Colliers aseguran que han percibido "un alto interés" por parte de empresas agroindustriales, logísticas y de transporte con la idea de hacer ahí nuevos desarrollos. Es que el terreno que incluye, entre otros, oficinas, galpones, bodegas y algunos derechos de agua, está avaluado en poco más de US$ 12 millones.

El paño no tiene límites de uso y sirve para proyectos comerciales, industriales, residenciales y agrícola. Sin embargo, hasta ahora, no ha logrado conseguir nuevo dueño.