Presidente de la CPC, Alfonso Swett y su propuesta para bajar el impuesto a las empresas: "En la medida en que el déficit fiscal se acerque al 1,7%, reduzcamos la tasa al 25%"

Imagen-Alfonso-Swett018-1023x573

El líder empresarial plantea que ellos "entienden" la decisión del gobierno de no bajar ese gravamen, pero pide que tome en cuenta que "estamos perdiendo competitividad tributaria". "Yo quiero asumir que simplificación es sinónimo de integración" del sistema impositivo, señala.


Cien días cumplió Sebastián Piñera como Presidente de la República. Y cien días está por cumplir Alfonso Swett en la presidencia de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), la máxima representación empresarial del país.

Tres meses que han sido intensos, y en los que, a su modo de ver, han ocurrido hechos positivos, como el crecimiento económico, y otros preocupantes, como la débil creación de empleos asalariados.

En términos de política pública, a Swett le sorprendió la decisión del gobierno de no reducir el impuesto a las empresas, tal como estaba consagrado en el programa.

Por eso, se atreve a hacer pública una propuesta que ya le comentó en privado al Ejecutivo: si la razón por la que no se disminuye el tributo corporativo es porque la situación fiscal que se encontraron al asumir era peor a la prevista, entonces -dice- habría que amarrar que en la medida en que se consiga mejorar la cifra de déficit estructural de gasto público, se vaya reduciendo la tasa de 27%.

La decisión que tomó el gobierno de no disminuir el impuesto a las empresas, ¿afecta las expectativas?

-Lo que hemos escuchado de parte de diferentes actores es que todos esperan que haya cambios importantes en Chile. En términos de expectativas, estas están en que volvamos a darle la importancia que requiere al crecimiento, entendiendo que no es la única variable. Venimos de una discusión bipolar: es crecimiento o es desigualdad. Pero la verdad es que el mundo es mucho más complejo. El crecimiento es importante y la desigualdad también.

Muchos países han entrado en lo que se llama la competencia tributaria. Lo que acaba de pasar en impuestos a las importaciones (aranceles) con China, lo que está pasando en Europa, Canadá y México. Estados Unidos bajó los impuestos del 39% al 21% y el Presidente Trump dijo que los iba a bajar más para darle mayor competitividad a la economía en términos tributarios. Incluso, Argentina, con desafíos en términos de déficit fiscal más grandes que Chile, está bajando sus impuestos corporativos.

Cuando estamos en un entorno en el que los países salen a competir en términos de impuestos y uno está sentado en un país que tiene 64 tratados que representan el 87,3% del PIB del mundo , ¿cómo compito? Estoy volviéndome menos competitivo por temas de impuestos. Por eso, el tema de la tasa es muy relevante.

Pero el gobierno decidió no bajarlo, aun cuando una de las promesa de campaña era impulsar una disminución de la tasa desde un 27% al 25%.

-Entendemos que el gobierno dice que su programa se basaba en el 1,7% de déficit fiscal estructural. Pero luego se encontraron con un 2,1% de déficit. Pero a nosotros nos gustaría decirle al gobierno lo siguiente: entendemos el argumento, pero hagamos que en la medida en que el déficit fiscal estructural se acerque a lo que dice el programa, vayamos reduciendo la tasa corporativa. Si esa es la razón de por qué no reducen la tasa del impuesto, seamos congruentes. Cuando el déficit baje de 2,1% a 1,9%, que bajen la tasa del 27% al 26%. Y si después baja al 1,7%, que la tasa del impuesto se reduzca al 25%, que es lo que está en el programa.

¿Esta idea se la han planteado al gobierno?

-Sí, se los hemos comentado.

¿Cuál fue la respuesta?

-Que lo van a pensar.

¿Fue un error del gobierno incumplir la promesa de bajar el impuesto a las empresas?

-No podemos juzgar errores. Ellos dieron una razón. Nosotros entendemos la razón, pero pedimos que ellos entiendan que estamos perdiendo competitividad tributaria.

¿Lo decepcionó esa decisión?

-Como empresarios tenemos que ser ante todo racionales, abiertos. Nosotros entendemos la razón.

Pero esa baja era un anhelo del empresariado…

-Sí, pero nosotros no operamos por anhelos, emociones ni decepciones. Operamos por racionalidad y realismo. Por eso la palabra no es decepción. Nos sorprendió.

Yo me enteré en la cuenta pública.

El hecho de que no se haya cumplido con esta promesa, ¿cree que abre la puerta a que no se cumplan otras propuestas, como la integración total del sistema tributario? El gobierno ha comenzado a hablar más de "simplificación"...

-Creemos claramente en la integración. Lo que a nosotros nos interesa no es una simplificación, sino que una integración del sistema. Los números demuestran que históricamente el 73% de las utilidades de las empresas se han reinvertido.

Si uno evalúa la reforma tributaria del exministro Arenas, ¿qué nos dice? Nos dijo que iba a recaudar el 3% del PIB, pero nos deja un país con un endeudamiento al doble. O sea, no recaudó, gastó y pasamos de US$ 35 mil millones de deuda pública a US$ 69 mil millones. Nos dijo que al segundo año íbamos a estar creciendo al 5% y crecimos 1,7%. Y nos dice que hay que matar el FUT. Y si uno mira los datos, se da cuenta que el FUT no eran más de US$ 200 millones. Esto no fue económico, conceptual o numérico. Esto fue ideológico.

Lo que más nos preocupa es lo que han sufrido las pequeñas y medianas empresas. Con esta reforma gastan más en abogados y en contadores, y ninguno de ellos sabe qué hacer. Esos costos para una pyme son terribles.

¿Usted ha escuchado al ministro Larraín hablar de simplificación?

-Yo quiero asumir que simplificación es un sinónimo de integración. Creo en la integración y creemos que en esa integración lo que hay que hacer es fortalecer el tema antielusión.

Se ha dicho que la integración tendría un costo de unos US$ 300 millones y esos recursos hay que sacarlos de alguna parte…

-Un punto de crecimiento del PIB son US$ 600 millones de recaudación. Tenemos que crecer vía inversión e inclusión laboral. Eso fue lo que no entendió el exministro Arenas, que no hay mejor recaudador de impuestos que el crecimiento.

En cuanto al impuesto a las personas, ¿en los rangos altos mantendría la tasa en 35% o volvería a 40%?

-Los impuestos a las personas tienen dos miradas. Una que me preocupa mucho que es que según la última cifra del INE tenemos 8.378.338 ocupados. Y resulta que hay 7.300.000 personas que pagan cero impuesto. Tenemos un problema de base. No existe ningún país al que nos comparemos en la Ocde en que los impuestos a las personas recauden tan poco. Ese es un problema real. Cuando se habla de impuesto a las personas, lo primero que hay que preocuparse es de la base.

Sobre el impuesto a las personas, lo que nosotros creemos es lo siguiente. Pongamos este ejemplo: si tú eres una persona que vas a hacer un posgrado en una gran universidad extranjera, al volver a Chile a nosotros desde el empresariado nos gustaría motivarte a que seas emprendedor. Pero si yo te digo: si tú te pones a trabajar en una buena empresa vas a pagar 35%, y si te pones a emprender vas a pagar 44,5%... Si haces tu análisis tributario, hoy no estamos fomentando el emprendimiento. El impuesto a las personas tiene que ser equitativo entre emprender y ocuparte.

¿Y qué propone para emparejar esa cancha?

-Nivelamos: o bajamos uno y subimos otro. Les dejo la pega de la creatividad a los que hacen los proyectos.

Aprendizajes por Maersk

¿Se ve una reactivación real de proyectos? ¿Llegaron los "tiempos mejores" para el empresariado?

-Los tiempos no llegan, se hacen. Y en eso tenemos que trabajar unidos. Me impresionó mucho cuando Diego Hernández me dijo que hoy era más barato y más rápido abrir una mina y operarla en Arkansas que en Chile. En el sector agrícola, si planto arándanos en Perú saco el doble de kilos por la mitad de costos. Tenemos que entender que tenemos un problema de competitividad tremendo.

Esta semana, a raíz del cierre de la planta de Maersk, Bernardo Larraín dijo que Chile estaba dejando de ser competitivo para atraer inversión, pero también para retenerla. ¿Está de acuerdo?

-Estoy de acuerdo. En el caso de Maersk hay que ser cuidadosos, porque si solo hacemos juicios no vamos a tener aprendizajes. Lo que ha ocurrido hasta ahora es que todos se echan la culpa entre todos. Hay que hacer una reflexión profunda con estos temas. Detrás del cierre hay razones de oferta y demanda, de proveedores y también hay temas laborales.

No puede volver a pasar el traer la inversión industrial más grande del último tiempo y que a los pocos años se vaya dejando a 1.209 familias en un drama.

El gobierno del Presidente Piñera creó una oficina para destrabar grandes proyectos, ¿no debieran preocuparse también del seguimiento a estas inversiones?

-Esa es una de las mayores cuentas que hay que pasarle al señor Bitran. El mandato de Corfo es emprendimiento e innovación. Ese mandato fue descuidado.

Nosotros no solo tenemos que generar empresas en un día, tenemos que asegurarnos de que puedan crecer. Todo se abandonó por esta obsesión por SQM y los clusters.

Agenda legislativa

¿Está de acuerdo con el senador Carlos Montes y su crítica respecto a que estamos en medio de una "sequía legislativa"?

-Tengo una visión distinta. Creo que este país tuvo una hemorragia legislativa, donde llegamos a tener un proyecto diario. Este país pensó que todo se solucionaba con leyes y no se preocupó de las fiscalizaciones o de los incentivos. Venimos acostumbrados a una cantidad enorme de proyectos. Pero yo prefiero que las cosas se hagan bien, a bien rápido. Hay una enorme diferencia.

Pero la crítica se refiere a que el gobierno viene entrando y hay quienes esperaban que llegara con proyectos de ley listos para ser ingresados al Congreso o al menos avanzados…

-Yo también. En lo que sí tiene razón el senador Montes es que él esperaba proyectos antes y en eso tiene razón.

¿Cuál es su evaluación de los primeros 100 días de este gobierno?

-Si uno mira cifras de este gobierno, en el trimestre febrero, marzo y abril el Imacec arroja un crecimiento de 4,8%. Claramente en estos tres meses hemos tenido un crecimiento al que no estábamos acostumbrados. En materia económica hay buenos números, lo que se suma a que después de cuatro años de caída en la inversión, ya estamos viendo una recuperación y estamos proyectando un aumento de la inversión de 4% a final de año.

Lo que nos tiene preocupados es que en el mismo trimestre febrero, marzo, abril el empleo creció solo 2,1%. Más preocupante aún es que seguimos generando empleos que incrementan la desigualdad. El 59% de los empleos generados durante el gobierno de la Nueva Mayoría fueron empleos amplificadores de desigualdad, porque eran empleos de cuenta propia que ganan la mitad que un asalariado. Mientras un asalariado gana $ 573 mil, un cuenta propia gana $ 287 mil. Cuando uno mira ese 2,1% se pregunta qué pasó con la cuenta propia, que es el empleo informal. El empleo informal crece 4,1% y nuestra mayor preocupación tiene que ver con el asalariado, que solo creció 0,6%.

¿Por qué pese a que la economía crece el empleo no lo hace al mismo ritmo y, además, lo que crece es el empleo informal?

-Por una razón muy simple: tenemos un Código Laboral machista, industrial y no inclusivo. Es machista porque ha sometido a muchas mujeres en Chile a tener que elegir entre un trabajo o cuidar a la familia, donde el concepto de corresponsabilidad es imposible. Y no existe porque tenemos un código que es del año 1931.

Estamos hablando de la época de la segunda revolución industrial. Y por eso digo que es industrial, porque es producto de esa revolución. Hoy día tenemos un millón de mujeres que podrían salir a obtener un empleo y no lo pueden obtener. Además, no es inclusivo con los adultos mayores, con las mujeres ni con los jóvenes.

SQM: "Julio Ponce Lerou fue tremendamente imprudente...Bitran, un irresponsable"

Swett también está a punto de celebrar los 100 días desde que asumió la dirección del empresariado. Dice que han sido meses muy intensos, que tiene un muy buen equipo de trabajo y que los presidentes de las distintas ramas son "extraordinarios".

Eso sí, asegura que no se esperaba el nivel de intensidad que ha debido enfrentar: llega todos los días antes de las 8 de la mañana a la oficina.

Pero está satisfecho con el trabajo hecho hasta ahora y con el aporte que están haciendo al desarrollo de políticas públicas.

Para su mandato se propusieron tres ejes de trabajo -futuro, presente y pasado- en los que han circunscrito todos los esfuerzos del organismo gremial.

En el eje del futuro el foco ha estado en el comité digital. "Hoy (jueves) le entregamos una propuesta de educación digital al ministro de Educación. Además, hicimos un compromiso de participar en el desarrollo. No podemos ser espectadores, tenemos que ser colaboradores", cuenta.

En la Agenda del presente han estado abocados a las reformas en el tema tributario y de pensiones. "Logramos formar la única mesa transversal en pensiones y logramos acordar siete principios en este tema. Se los presentamos a los senadores de oposición y estuvieron de acuerdo. Les dijimos que había que poner el foco en la rentabilidad de los fondos, en que una persona pueda trabajar más años, incorporamos el principio de la solidaridad y generosidad", agrega.

Y en lo que se refiere al eje del pasado, el foco está en crear una cultura de integridad empresarial. "Queremos que esta cultura logre que cada vez que una persona tome una decisión en una empresa se pregunte cómo afecta al otro. A los que dependen de mí, a los que están arriba, a mis proveedores, a mis consumidores.

Tenemos que entender que la empresa no parte en la venta y termina en la utilidad, sino que en la sociedad. Eso es lo que marca estas tres agendas", cuenta. Según Swett, el objetivo debe ser "construir una mejor sociedad". Y agrega: "Con esto estamos diciendo que vamos a poner al centro a la persona y a la sociedad".

En este contexto, ¿qué le parece lo que se generó con el caso SQM: primero, el directorio define contratar a Julio Ponce como asesor de la empresa, se produce un gran revuelo público y, finalmente, el viernes se decide revertir la decisión?

-Dijimos claramente como CPC que esto no nos gustaba. Sabíamos que esto iba a traer muchas complejidades y problemas. Pero también entendemos que las empresas son autónomas para elegir sus directores y sus asesores. Por lo tanto, lo que vimos aquí fue una imprudencia gigantesca. Una imprudencia en la que perdieron todos.

Pero así como lo menos que podemos decir de Julio Ponce es que fue tremendamente imprudente, también hay que decir que Bitran fue un irresponsable. Él firmó un contrato y tiene que decir, de una vez por todas, que hizo mal la pega. Tenemos que entender que en un estado de derecho lo que manda son las reglas y los contratos, y no lo que él se imaginó o lo que negoció en el living de su casa versus lo que están firmando los abogados.

¿Usted habló de este tema con Alberto Salas, expresidente de la CPC, y hoy presidente de SQM?

-Hemos hablado con él, le transmitimos lo mismo que estoy diciendo públicamente. Lo que Alberto nos ha dicho lo conservamos en privado.

¿Cuándo fue la última vez que se reunió con Salas?

-El lunes recién pasado.

¿Qué le pareció la decisión anunciada el viernes por Alberto Salas de que Julio Ponce finalmente no será asesor de la compañía?

-Es una decisión positiva. Hoy día valoramos esa decisión y el rol que haya cumplido Alberto Salas en que esto sucediera.

¿Eso permitirá cerrar este capítulo para SQM?

-Se cierra un capítulo, pero no un libro, porque quedan muchos frentes abiertos en la Fiscalía Nacional Económica, entre otros, un recurso de protección.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.