Así habría lucido un “vampiro” del siglo XVI según una reconstrucción facial en 3D

Así habría lucido un “vampiro” del siglo XVI según una reconstrucción facial en 3D

La mujer fue descubierta con un ladrillo en la boca debido a las creencias populares de la época. Sin embargo, un experto forense reavivó el caso para entender cómo llegó ese ladrillo allí.


El rostro de quien se creía era una vampira del siglo XVI, fue reconstruído gracias a un artista forense usando un software de reconstrucción facial en 3D. La mujer fue descubierta en una fosa común de Venecia con un ladrillo en la boca para evitar que le chupara la sangre a otras personas.

El cuerpo fue descubierto por primera vez en 2006 por el antropólogo forense italiano Matteo Borrini, que desenterró una fosa común de 1576 en la isla de Lazzaretto Nuovo en la laguna de Venecia. Se piensa que el extraño entierro es resultado de un ritual antiguo para matar a los vampiros.

Así habría lucido un “vampiro” del siglo XVI según una reconstrucción facial en 3D

En la Edad Media, Venecia fue azotada por diversas plagas que llevaron a la población a enterrar a miles de personas en fosas comunes como la que investigó el antropólogo italiano. Según las leyendas populares, los responsables de la expansión de la peste eran los vampiros. En tiempos de peste, estos fingían que estaban muertos y, una vez enterrados en las fosas comunes, extraían la sangre a los demás cadáveres. Después, cuando ya habían recuperado las fuerzas suficientes volvían a salir a la calle para seguir extendiendo la enfermedad y tener más víctimas a las que chupar la sangre.

La creencia en los vampiros surgió a raíz de la perturbadora descomposición que experimentaban los cuerpos de quienes morían a causa de la peste, a los que les seguía saliendo sangre por la boca a pesar de haber fallecido.

Durante las epidemias, los sepultureros a menudo volvían a abrir las fosas comunes para enterrar cadáveres frescos. Los excavadores veían entonces los cuerpos enterrados previamente, hinchados, con sangre saliendo de su boca y con un agujero inexplicable en la mortaja que cubría su cara, lo que sugería que se estaban dando un festín con la sangre de sus compañeros de tumba.

Foto: Cicero Moraes, OrtogOnline, 2024

Cuando Borrini encontró el cadáver, se dio cuenta que tenía un ladrillo en la boca y su conclusión fue que la mujer había sido exorcizada. En aquel entonces, National Geographic le encargó al antropólogo forense que reconstruyera el rostro de la mujer, dando como resultado un modelo de plastilina de la imagen de la mujer que luego se imprimió en 3D y se exhibió.

En estudios posteriores se descubrió que la mujer era de ascendencia europea y tenía alrededor de 61 años cuando falleció. Comía principalmente verduras y cereales, una dieta que sugiere que era de una clase social baja y se cree que fue enterrada con un ladrillo de piedra en la boca para evitar que infectara a otros, pero esa hipótesis aún no está del todo clara.

Algunos arqueólogos sugirieron que pudo haber sido colocado intencionalmente como parte de un ritual de entierro supersticioso para evitar que un presunto “vampiro” resucitara de entre los muertos. También se cree que un sepulturero pudo haber colocado una piedra entre los dientes del cadáver para evitar que el supuesto vampiro masticara su sudario e infectara a otros con la plaga. Otros argumentaron que el ladrillo podría haber terminado allí accidentalmente y que se necesitaba más evidencia para respaldar las afirmaciones de su colocación intencional.

Es por esto que el experto forense e ilustrador 3D brasileño Cícero Moraes reavivó el interés en el caso y decidió recrear el rostro y hacer una representación del ladrillo. Con el uso de tecnología de reconstrucción, Moraes investigó la posibilidad de que un ladrillo se alojara dentro de su boca mientras aún estaba viva sin dañar los dientes o la mandíbula.

Los científicos recrearon el cráneo utilizando medidas e imágenes del trabajo publicado del Dr. Borrini y fuentes en línea. Luego prepararon un “ladrillo” de espuma de poliestireno para determinar si se insertó dentro de su boca antes o después de la muerte. Esto les permitió evaluar la viabilidad de colocar un ladrillo post mortem sin provocar daños osteológicos.

“Se realizó una prueba con la muestra, introduciéndola en la cavidad bucal y analizando la deformación estructural de la piel, así como la rotación de la mandíbula”, explican Moraes y el equipo en su informe en la revista OrtogOnline .

Como conclusión determinó que sí podría haberse colocado un ladrillo dentro de su boca sin dañar los dientes o los tejidos blandos, especialmente si se hace antes de la aparición del rigor mortis, aunque aún no está claro si esto se hizo intencionalmente o no.

Moraes también realizó su propia reconstrucción facial utilizando una novedosa técnica de “deformación anatómica”, donde toman una tomografía computarizada de un individuo X y comienzan a deformarlo digitalmente para que coincida con los rasgos del esqueleto.

Foto: Cicero Moraes, OrtogOnline, 2024

Aunque Moraes logró una representación 3D realista, el Dr. Borrini y otros expertos en reconstrucción facial forense tuvieron sus críticas sobre el método utilizado. “El retrato propuesto por el señor Moraes está lejos de cualquier reconstrucción científica, considerando que nunca tuvo acceso a los restos originales, ni a una copia ni al modelo digital. Nunca compartí ningún dato con él”, le dijo el Dr. Borrini a StudyFinds.

“Además, el señor Moraes utilizó un ‘cráneo del donante virtual procedente de una tomografía computarizada, importado y ajustado para ajustarse a las referencias’. Esto no es ciencia ficción ni mala ciencia: no es ciencia en absoluto. Es como si alguien imprimiera una fotografía de la Luna desde el sitio web de la NASA, la pusiera en el suelo, la pisara y afirmara que caminó sobre la Luna”, agregó.

Borrini reclama que su reconstrucción sigue siendo la descripción científicamente más válida de la apariencia del individuo.

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