Qué es el impuesto para solteros que deben pagar las personas que viven solas
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Los hogares unipersonales han ido en aumento. La gente se casa más tarde, las tasas de divorcio siguen siendo altas y el envejecimiento de la población implica que más personas viven solas. Y esto tiene un "impuesto".
¿Has oído hablar del “impuesto para solteros”? Si decides hacerlo por tu cuenta, también puedes tener una carga financiera oculta de la que quizás no estés al tanto.
Obviamente, no se trata de un impuesto oficial que se paga a alguien en particular. Simplemente se refiere a los costos más altos que enfrentan las personas solteras en comparación con las parejas o las familias.
¿Qué es el impuesto para solteros que deben pagar las personas que viven solas?
Los hogares unipersonales han ido en aumento. La gente se casa más tarde, las tasas de divorcio siguen siendo altas y el envejecimiento de la población implica que más personas viven solas en la vejez. Muchas personas también toman la decisión consciente de permanecer solteras, considerándolo un signo de independencia y empoderamiento.
Esto es parte de una tendencia global, con el aumento de la soltería en Europa, América del Norte y Asia.
Entonces, ¿cómo funciona el impuesto a los solteros? ¿Es peor para algunos grupos que para otros? ¿Qué podemos hacer al respecto, si es que podemos hacer algo?
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¿Por qué estar soltero cuesta más?
Uno de los principales factores que impulsan el impuesto a las personas solteras es la imposibilidad de dividir los gastos cotidianos importantes. Por ejemplo, una persona soltera que alquila un apartamento de una habitación tiene que asumir el costo total, mientras que una pareja que lo comparte puede dividir el arriendo.
Las personas solteras a menudo pierden los ahorros que generan las compras de alimentos al por mayor, ya que los hogares más grandes consumen más y pueden aprovechar mejor estas ofertas.
Los costos fijos de una casa, como las facturas de electricidad, agua e Internet, no suelen aumentar mucho cuando se agrega uno o dos usuarios adicionales. Vivir solo significa pagar más.
Todos estos son ejemplos de cómo las parejas se benefician de las economías de escala (la ventaja de costos que resulta de compartir gastos fijos o semifijos) simplemente por vivir juntos.
Mis cálculos, basados en los datos más recientes de la Oficina Australiana de Estadísticas (ABS), muestran que los solteros gastan aproximadamente un 3% más por persona en bienes y servicios en comparación con las parejas.
En comparación con las parejas con hijos, los padres solteros gastan aproximadamente un 19% más por persona. Si bien existen mecanismos de apoyo gubernamentales, como el subsidio para el cuidado de los niños, muchos padres solteros los consideran insuficientes, especialmente si trabajan en horarios irregulares.
Más allá de lo esencial
El impuesto a los solteros se extiende más allá de nuestras “necesidades esenciales” y abarca los costos de viaje, socialización y entretenimiento.
Los viajeros solitarios, por ejemplo, pueden encontrarse con algo llamado “suplemento individual“, un cargo adicional que se cobra por utilizar un alojamiento o producto de viaje diseñado para dos personas.
Los servicios de streaming como Netflix y Spotify ofrecen planes familiares a precios ligeramente más altos que los individuales, lo que los hace más rentables para hogares más grandes.
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Un fenómeno global
Los informes procedentes de todo el mundo pintan un panorama similar.
En Estados Unidos, una investigación del mercado inmobiliario Zillow descubrió que las personas solteras pagan en promedio US$7.000 más al año por la vivienda, en comparación con quienes comparten un apartamento de dos habitaciones.
En Europa, el aumento del costo de vida y la limitación de los apoyos gubernamentales ponen a los solteros en desventaja. Y en Canadá, los solteros dicen sentir los efectos del aumento de los precios de los alquileres y de los alimentos.
Los sistemas tributarios de muchos países pueden amplificar la carga financiera de estar soltero, al favorecer a las parejas y a las familias.
En Estados Unidos, por ejemplo, las políticas fiscales destinadas a aliviar la pobreza a menudo excluyen a los adultos sin hijos, causándoles una pobreza desproporcionada.
El Crédito Tributario por Ingresos del Trabajo (EITC) reduce las obligaciones tributarias al brindar créditos reembolsables a los trabajadores de bajos ingresos. Ha tenido algunos beneficios significativos para las familias, pero ofrece un apoyo mínimo a las personas solteras sin hijos.
Como sostiene la economista Patricia Apps, las políticas fiscales y de transferencias a menudo no tienen en cuenta las complejidades de la distribución del ingreso de los hogares.
Estos sistemas favorecen las estructuras familiares tradicionales al ofrecer beneficios como compensaciones para los cónyuges o exenciones impositivas conjuntas sobre la renta, pero las personas solas y los hogares monoparentales soportan una carga financiera desproporcionada.
¿Quiénes son los más afectados?
El impuesto a los solteros afecta desproporcionadamente a las mujeres, que tienen más probabilidades de vivir solas que los hombres.
Esto puede agravar las presiones financieras existentes, como la brecha salarial de género, las pausas profesionales y las expectativas sociales que dejan a las personas con menores ahorros para la jubilación.
Para las mujeres mayores, el impuesto a los solteros añade otra capa de dificultad para mantener la seguridad financiera.
Y puede exacerbar seriamente las presiones financieras de las madres solteras. Muchas dependen de los pagos de manutención de los hijos, que a menudo son inconsistentes o ineficientes, lo que las deja en situación de vulnerabilidad financiera.
Trabajar a tiempo parcial o en roles ocasionales debido a responsabilidades de cuidado limita aún más su potencial de ingresos.
Los hombres solteros también enfrentan desafíos particulares, ya que pueden carecer del mismo acceso a subsidios familiares y flexibilidad laboral. Los hombres solteros también pueden enfrentar expectativas sociales que los llevan a gastar más en citas o socializar.
Es alarmante que los hombres estén desproporcionadamente representados entre la población sin hogar, representando el 55,9% de las personas sin hogar, y los hombres solteros tienen un mayor riesgo de muerte prematura.
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Reconocimiento creciente
Si bien el impuesto a los solteros pone de relieve grandes desigualdades sistémicas, hay señales de que el tema está recibiendo más atención.
Algunos grupos de defensa están presionando para obtener mejores protecciones financieras y reformas en la manutención infantil para las madres solteras.
De manera similar, los esfuerzos para abordar el problema de las personas sin hogar han cobrado impulso, y se ha prestado mayor atención a la defensa y los servicios para hombres solteros que enfrentan inseguridad habitacional.
También existe la posibilidad de diseñar sistemas tributarios que reduzcan estas desigualdades. Los sistemas tributarios que traten a los individuos como unidades económicas, en lugar de basar los beneficios en las estructuras familiares, podrían mitigar el impuesto a los solteros y crear un sistema más justo para todos.
*Alicia Bubb, profesora de investigación y docencia, Universidad RMIT
**Sarah Sinclair, profesora Titular de Economía, Universidad RMIT
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