Antofagasta y Tarapacá lideran índices de felicidad en el país
Ambas regiones reportan los más altos niveles de calidad y satisfacción con la vida. Contrariamente, el Maule y Aysén muestran los índices más bajos.
Hace unos días, el Ministerio de Salud publicó en la web los resultados regionales de la Tercera Encuesta de Calidad de Vida y Salud (Encavi) 2015-2016, instrumento que consultó a más de siete mil personas de 164 comunas a lo largo de todo el país sobre los principales índices de satisfacción personal.
Los resultados muestran que las regiones de Antofagasta y de Tarapacá registran los índices más altos de felicidad en el país y, por el contrario, la Región del Maule registra los niveles más bajos.
Consultados por la satisfacción con la vida en este momento (nota de 1 a 10), las personas de estas dos regiones del norte son las que mejor se evalúan, obteniendo un promedio de 8,3, muy por encima del promedio nacional, que llegó a 7,6.
A la hora de calificar la calidad de vida, el 77,6% de la población en Tarapacá dice que es buena o muy buena, mientras que Antofagasta también lidera menciones como satisfacción con su salud, la calidad de su sueño y su vida sexual (ver infografía).
Wenceslao Unanue, académico de la U. Adolfo Ibáñez y director del Instituto del Bienestar, señala que cuando se pregunta por felicidad, el momento en que se hace la pregunta es clave. "La felicidad se define como un estado de alegría o placer, otros lo definen como plenitud o estado de autorrealización, depende lo que las personas tengan en mente", explica.
Respecto de los índices que presenta la Región de Antofagasta, Unanue señala que tiene relación con los buenos ingresos en el momento de realización de la encuesta producto del boom minero del norte del país. El clima y los días soleados también podrían explicar que en las regiones más al norte del país las personas se sientan más satisfechas con su vida. "En general, cuando se pregunta por la satisfacción con la vida, las personas hacen una visión global y eso después se correlaciona bien con las preguntas", como ocurre con Antofagasta y la Región del Maule, que muestran los peores niveles de satisfacción con la vida y la salud.
Mala nota en El Maule
Magdalena Browne, socióloga, directora de la Dirección de Estudios Sociales de la U. Católica, señala que una de las preguntas que mejor engloba la percepción de felicidad o bienestar subjetivo es la que indica la evaluación con una nota de uno a siete qué tan bien se siente en su vida en general.
Pregunta que se ha realizado en las distintas Encavi, lo que permite ver, por ejemplo, cómo la Región del Maule presenta un estancamiento en este índice. El promedio del año 2000 fue de 5,2 y durante 2006, llego a 5,6, cifra que se mantuvo en la medición 2015-2016.
"La situación del Maule ha sido observada en versiones anteriores de la encuesta Casen en una batería de indicadores y siempre lo económico es una de las cifras más bajas en cuanto a percepción de bienestar respecto del resto del país", sostiene Browne.
Es así como en la pregunta "¿qué tan bien se siente con la cantidad de dinero que entra en el hogar?", el promedio nacional es de 5,1 y en el Maule el promedio regional baja a 4,2, "lo que representa diferencias estadísticamente significativas en relación al total nacional", explica Browne.
En una escala del 1 al 10, la Región del Maule también pone la segunda nota más baja de las regiones (7,3), el porcentaje más bajo al responder qué tan feliz es (78,3%) y el peor porcentaje de percepción de calidad de vida (43,1%). Además, es la región que menos satisfecha está.
En el caso de Antofagasta, la socióloga destaca que una hipótesis es que el sistema de condiciones materiales puede estar afectando en los mejores índices a nivel nacional. "Sin embargo, esta muestra es de 2016 y en la actualidad puede haber cambios, porque las condiciones se han modificado", resalta.
Magallanes, dice la socióloga, destaca porque pese a ser una muestras pequeña, "habla de un comportamiento distinto, en este caso al alza, y es interesante porque muestra que hay percepciones que se construyen de distinta forma, pese a estar aislada", indica.
Unanue también llama la atención por la fecha en la que se hace la encuesta (noviembre 2015- enero 2016). Es una época cercana a la Navidad, el verano y las vacaciones, fechas en las que las personas tienen otro ánimo y eso puede también influir en las respuestas.
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