Descubren una especie de gorrión que ha traspasado las mismas canciones por más de mil años
Se trata del gorrión americano, capaz de aprender con precisión sus cantos en el 98% de las ocasiones, y que no elige sus tonadas al azar, sino que seleccionan las que están más extendidas entre sus semejantes.
Algunos pájaros son capaces de mantener tradiciones culturales con una estabilidad comparable a la de los seres humanos, a pesar de poseer cerebros mucho más pequeños, entre ellos un tipo de gorrión que lleva más de mil años cantando las mismas canciones, que han pasado de generación en generación.
El gorrión americano conocido como Melospiza georgiana, que habitan en las marismas del noreste de Estados Unidos, es capaz de aprender con precisión sus cantos en el 98% de las ocasiones, según un estudio publicado hoy en la revista Nature Communications realizado por investigadores de la Queen Mary University y el Imperial College de Londres
El análisis sugiere, además, que no eligen sus tonadas al azar entre aquellas que escuchan en su entorno, sino que seleccionan las que están más extendidas entre sus semejantes.
Se trata de una estrategia de aprendizaje que los investigadores conocen como "sesgo de conformidad", un modelo que tradicionalmente se había pensado que tan solo seguían los humanos.
Los gorriones americanos son capaces de filtrar las nuevas canciones que aparecen en su ambiente y mantienen tan solo aquellas que otros ejemplares han entonado durante cierto tiempo.
La combinación de su habilidad para aprender canciones con precisión, junto con ese sesgo de selección, ha llevado a que ciertos tipos de tonada hayan perdurado en la población de gorriones durante periodos de tiempo extraordinariamente largos.
"Es bien conocido que muchas especies de pájaros aprenden sus canciones a partir de otros miembros de su especie. Entre los humanos, ese tipo de aprendizaje permitió que amplias comunidades compartieran el mismo dialecto", señaló en un comunicado de la universidad Queen Mary el investigador Robert Lachlan.
"Nuestro estudio sugiere que el comportamiento cultural de los animales puede compararse con el de los humanos en algunos aspectos", agrega Lachlan.
Su estudio demuestra que "una especie de gorrión bastante humilde -no hay nada extraordinario en los gorriones americanos, subraya- puede generar tradiciones culturales estables", detalla el investigador.
Para alcanzar sus conclusiones, los autores del trabajo grabaron los repertorios musicales de 615 gorriones en seis grupos de población en el noreste de Estados Unidos.
Utilizaron más tarde modelos computacionales para medir la diversidad de las tonadas en cada una de las poblaciones, y finalmente aplicar un método estadístico para simular la evolución de esas tradiciones culturales.
"Esta es la primera vez que se han utilizado simuladores culturales para analizar el comportamiento de animales", asegura la universidad Queen Mary de Londres en su nota.
Lachlan detalla que su trabajo demuestra que se puede detectar un comportamiento cultural complejo, incluso en "ausencia de sofisticación cognitiva".
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