Haití, somos todos
HAITÍ, ES el segundo país en declarar su independencia en las Américas y a lo largo de su historia, ha enfrentado una serie de tragedias, enfrentamientos y tensiones. Las condiciones sociales, políticas y culturales -que tan estrechamente indicamos aquí- no son el resultado de un pueblo incapaz de tomar en sus manos su destino y darle un giro a su suerte. La esclavitud como base de la economía colonial, la explotación irracional de sus recursos, las múltiples agresiones que históricamente recibió el pueblo haitiano, dan como resultado un cuadro complejo en lo político, económico, ambiental, educacional, así como en muchas otras variables, todo lo que caracteriza el proceso histórico de conformación de la nación caribeña.
Por lo mismo, sentimos que las Américas tienen una deuda moral y solidaria con los haitianos. De alguna manera, la recurrida frase "somos todos", se debería materializar en este caso: "Haití somos todos". El Haití golpeado por terremotos, los huracanes y la tragedia muchas veces repetida.
Chile, junto a muchos otros países coopera con Haití. Lo hacemos como una forma de responsabilizarnos con lo que ocurre en el territorio al cual estamos ligados: América Latina y el Caribe. La cooperación internacional en este sentido, debe continuar y nuestro país está comprometido con ello. Nos asiste la convicción y la decisión, por ello hemos propuesto esta línea de acción en los foros regionales más recientes.
Desde esta perspectiva regional es de gran importancia que los países tengan una posición común respecto de las acciones que se deben llevar a cabo, según las necesidades del país caribeño. En la Cumbre Celac de 2013, se aprobó la Resolución de cooperación especial, tomando en cuenta las prioridades temáticas definidas por el gobierno haitiano: medioambiente, energía, educación, empleo, gobernanza, salud, agricultura e infraestructura.
A través de la Agci, nuestro país desarrolla diversos proyectos en Haití, enfocados principalmente en apoyo a la primera infancia. Uno de ellos, es la reconstrucción de la Escuela República de Chile, que beneficia a casi 500 niñas de Puerto Príncipe y que reunió voluntades de diversos sectores, tanto públicos como privados.
Además, se avanza en otros proyectos relacionados con la formación de capital humano, la creación de infraestructura para agua potable y mejoramiento al acceso de medicamentos de calidad en los establecimientos de salud a nivel local. Por otro lado, a través del Fondo Chile se ejecutan proyectos en materia de desarrollo rural, desarrollo para la primera infancia y fomento de la lactancia materna para prevenir la desnutrición infantil en menores de dos años.
La migración es un fenómeno ya instalado. De hecho, en la actualidad nuestro país recibe un importante flujo de migrantes haitianos. Si bien no es la forma ideal en la que pensamos la cooperación internacional chilena, creemos fundamentalmente en la creación de capacidades en los hombres y mujeres de Haití, capacidades que pueden transformarse en estímulos para la mejora global de las condiciones de su país. Sin embargo, este fenómeno nos desafía como sociedad, particularmente por lo que implica en materia de la transformación de Chile, al tener que convertirnos en una sociedad pluricultural.
La cooperación chilena en Haití, no es un proyecto aislado. Mantenemos un compromiso estrecho y sólido que pretendemos sostener en el tiempo, sumándonos al esfuerzo de una América Latina y un Caribe que entiende que nadie puede quedar atrás.
Haití somos todos.
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