Loreto Vallejos Dávíla (41)
Profesora de historia y coaching. Distrito 15, independiente electa por la Lista del Pueblo
Por qué. Es una de las delegadas de la Lista del Pueblo -aunque es una de las que se marginó cuando se armó el lío por la candidaturas presidenciales- que según comentan en la Convención ha contribuido a hacer fluir diálogo o ambiente entre constituyentes de distintas tiendas. En gran parte lo han notado por su labor como coordinadora, junto a Patricio Fernández, de la comisión de Comunicaciones, le toca departir casi a diario con los convencionales de Vamos por Chile Teresa Marinovic, Pollyana Rivera, Alfredo Moreno, Cristián Monckeberg y otros ocho convencionales de distintas listas. Eso sí, es uno de los grupos de trabajo menos ásperos de la asamblea.
Qué observan de ella. De lo que han visto, los más “políticos” recalcan que “viene de un mundo nada que ver” y los de la vereda opuesta que es firme pero da garantías. Algunos dicen que se le nota que se ha dedicado al coaching: suele llamarlos por sus nombres, sin formalidades y a veces distiende las intervenciones con alguna broma. Con Marinovic, pese a estar en las antípodas, se tratan bien y Vallejo ha abierto sesiones con un “Tere, tienes que decir nosotres y estamos listos”, y ella ha seguido el hilo contestando con “amigues” y “coordinadore”. Incluso hicieron dupla para algunas labores específicas.
Un episodio. Pese a esto, el ambiente pacífico de Comunicaciones se agitó un poco el jueves de la semana pasada (19), al día siguiente que una subcomisión de la comisión de Reglamento aprobara por 6 votos contra 5 mantuvo el quórum de 2/3. Como circularon en redes sociales láminas que denunciaban con nombres y fotos quienes habían votado qué, el constituyente Andrés Díaz pidió hacerse cargo ante un posible “juego de denuncias y de inquisición”, Vallejo reconoció “me hago cargo, porque yo compartí también esa publicación. Doy la cara y soy parte de ese grupo”. Hubo un debate sobre cómo tratar el caso durante el cual Marinovic la defendió, y después -según contó Fernández en una columna- cuando salieron a fumar Díaz le llevó un café.
En sus palabras. “Tenemos el derecho nosotros y nosotras de dar cuenta de las cosas en nuestras RRSS, la gente que votó por nosotros y nosotras también espera ciertas actitudes nuestras, es algo que vamos a defender. Podemos aprender todos y todas de esto”, dijo en esa ocasión. Pero también advirtió que “no creo que poner al paredón por una información que no es falsa, con la intención de hacer un punto político importante para nosotros (los 2/3) sea aquí materia de discusión casi ética. Es un límite que tenemos que también mirar”.
Bárbara Rebolledo Aguirre (48)
Periodista y presentadora de televisión. Distrito 17, Independiente en cupo de Evópoli.
Por qué. No viene de la política, no está acostumbrada a sus códigos -y según otros convencionales de Vamos por Chile- tampoco está muy interesada en entenderlos. Pese a ser conocida por su trabajo, no tiene agenda mediática o en redes sociales tan intensa como otros ni se trenza en trifulcas. Esas habilidades blandas de algún modo le han allanado contacto con constituyentes de la Lista del Pueblo (aunque algunas se han marginado de ésta) como Giovanna Grandón, que se sienta a dos puestos suyos; Rodrigo Rojas Vade y Elsa Labraña. Pero no ha llegado a tener la misma relación con convencionales comunistas. Integra la comisión de Participación Popular y Equidad Territorial.
Qué miran de ella. Entre algunos convencionales de derecha quieren creer que estos factores la dejan en una posición ventajosa para tejer redes con otras tribus políticas, que es lo que impulsan nombres como Hernán Larraín y Cristián Monckeberg, enemigos de atrincherarse en la minoría y que los ha ido distanciando de la UDI. Piensan que eso puede conducir a resultados cuando la Convención entre a la discusión de fondo. En algunas listas ideológicamente adversarias de la derecha, incluso en la del Pueblo, han contado antes que tienen buen trato con ella y que han departido fuera de la formalidad de las salas, en los patios o la salida de las sesiones. Rebolledo a veces se ha acercado con propuestas o cartas a esos grupos pidiendo antes de que hagan cuenta que no es ella, una convencional que pertenece al lote de derecha, la que la plantea.
Episodios. En la Convención recuerdan que al inicio Elsa Labraña convocó a los delegados del Distrito 17, incluyendo a Rebolledo y Alfredo Moreno, a un almuerzo en un restorán. Eso distendió y le permitió comenzar a conocer de cerca a los constituyentes de otras veredas. Comentaron y hasta bromearon respecto de visiones que no comparten, como el rol del Estado. Cuando se hizo la ceremonia ancestral de la Pawa para conmemorar el primer mes de trabajo, Rebolledo fue una de las escasas caras de los 37 delegados de derecha que participó, y no se hizo problemas en hacer la ronda mientras sonaba Víctor Jara, mezclarse con el resto bailando. Tampoco se retiró cuando se oyeron gritos pidiendo liberar a los presos de la revuelta.
En sus palabras. “Si voy a defender una idea, primero necesito que quien me escucha me crea; si no me he mirado a los ojos con nadie, no puedo pedirle que me crea”. ¿Qué tan de derecha es? “Soy una persona que por deformación profesional toda la vida he sido neutral y objetiva. Creo en las libertadas personales y en ese sentido me identifico con Evópoli, pero sobre todo no creo en el rol del Estado como único garante del desarrollo social, y esa es la gran diferencia con la izquierda, que ve en al Estado capaz de resolver todo. Pero no milito en Evópoli y dudo que lo haga”. ¿La espanta un gobierno de izquierda en alianza con el Partido Comunista? “Sí, por supuesto. El próximo gobierno va a a necesitar recurrir a préstamos internacionales y no imagino a ninguna potencia europea ni menos a Estados Unidos, nuestro principal socio. Nos quedarían como factores de préstamo Rusia y China. Y me preocupa que le debamos plata a Rusia”.
Ricardo Montero Allende (38)
Abogado. Distrito 18, militante del Partido Socialista electo en la Lista del Apruebo.
Por qué. El Colectivo Socialista no tiene jefes ni capitanes, pero ahí recalcan que Montero coordina y orienta a este grupo de 16 integrantes (eran 15 y se les sumó Trinidad Castillo) que se precia de tener independencia de las directrices del PS, de ánimo colectivo, y que en su decalaración de principios tiene como uno de sus objetivos “poner fin al modelo neoliberal y al carácter subsidiario de nuestro Estado” en la nueva Constitución. El grupo dialoga seguido con sus pares del Frente Amplio -por un carril bien distinto al Colectivo del Apruebo-, y por eso a él se le percibe como articulador de posibles acuerdos. Está en la crucial y muy política Comisión de Reglamento.
Qué dicen de él. Entre sus compañeros de colectivo y conocidos suyos aseveran que su rol guía se explica porque es de los más políticos del grupo. Montero se formó en parte bajo la extinta era de la Nueva Mayoría, como jefe de gabinete de Jorge Burgos -quien mantiene contacto con él- cuando éste era ministro del Interior y de Defensa de Michelle Bachelet, Parte II, y también de Mario Fernández en esa última cartera. Algunos recuerdan que entonces militaba en Revolución Democrática y que renunció estando ahí, pero él sostiene que no, porque entonces era un movimiento: lo dejó cuando RD comenzó a renegar de su papel en el gobierno (antes de irse) porque estaba convencido de seguir en el Ejecutivo. Después entró al PS. En su colectivo narran que Montero ha tejido redes con el FA, con Independientes No Neutrales, la Lista del Pueblo y el Partido Comunista.
Momento estratégico. En su colectivo dicen que tenían garantizada una de las vicepresidencias a las que se amplió la mesa (el constituyente Pedro Muñoz) luego que -como fuerza organizada- apoyaran a Jaime Bassa para secundar a la presidenta Elisa Loncón. Montero, cuando se amplió la directiva, fue de la idea de no aislar ni excluir a la derecha; prefirió integrarlos tanto bajo la óptica de que es mejor tener canales abiertos. También para hacerlos corresponsables, se leyó en su día. Pese a las suspicacias que hay en la Convención a veces respecto a quién cruza fronteras y hacia dónde para conversar (algo que suele repetirse, el temor a “quemar” a alguien), entre los delegados narran que el abogado PS mantiene diálogo sin complejos con Hernán Larraín Matte (Evópoli), Cristián Monckeberg (RN), el vicepresidente Rodrigo Álvarez (UDI) y Ruggero Cozzi (RN).
Qué dice él. “Conversamos con el arco completo. Tenemos una declaración de principios, y esa es la base de nuestra definición política. Tenemos afinidad natural con todas aquellas fuerzas que esté por transformaciones profundas; si la derecha se quiere sumar a éstas, bienvenidos, pero nosotros definimos un conjunto de cosas que nos son importantes, y bajo esas condiciones el diálogo está siempre abierto. Actuamos permanentemente como colectivo y quizá por eso somos una fuerza más predecible”.
Paulina Veloso Muñoz (33)
Licenciada en Derecho. Distrito 21, militante de Renovación Nacional electa en Vamos por Chile.
Por qué. En una derecha que de arrinconada ha pasado a medio fracturada por las diferencias entre la facción RN-Evópoli que quiere salir del rincón y el resto, le colocan fichas a ella por sus ideas e historia. Veloso es hija de un pescador artesanal de Lota -históricamente de izquierda- que devino en comerciante ferretero, y tiene algunos parientes filo DC y PS. En su partido es apegada a la facción de Mario Desbordes (trabajó en su fallida campaña) y por ende de Monckeberg. Su nexo con ese subconjunto de Vamos por Chile la puso en una bocacalle cuando chocaron con la UDI en la pugna por la vicepresidencia de la Convención que quedó en manos de Álvarez y eso trajo consecuencias hasta hoy.
Temprano descuelgue. Ese revuelto pero resuelto domingo 4 julio, cuando se dio por inaugurada la Convención, la derecha se comenzó a desgranar de a poco cuando sus 37 delegados no se cuadraron detrás de la propuesta candidatura a presidente de Harry Jürgensen. En la segunda votación Veloso votó por Patricia Politzer junto a los también RN Roberto Vega y Luciano Silva, y el independiente Evópoli Bernardo de la Maza, con la salvedad que éste había avisado. Ella consideraba que Jürgensen no era la mejor opción. En RN aseguran que eso le costó después reclamos de otros convencionales y también en su zona por estimar que había sido una traición. Después ha trabajado políticamente aliada con Monckeberg y Cozzi, y ha tejido algo -dicen- con delegados opositores como Luis Barceló (D21, Independiente en cupo PPD de la Lista del Apruebo) y JavierFuchslocher (D21, Independientes no Neutrales).
Reyerta decisiva. Por lejos, la riña RN+Evópoli versus la UDI por la vicepresidencia de la Convención cuando se amplió la mesa directiva, y que para algunos en el sector dejó a Veloso como un símbolo que ha traído coletazos. Como se recordará, hubo una pugna cuando la facción gremialista prefirió apoyar a Rodrigo Álvarez a ese cargo y no a Veloso, y el otro bando de Vamos por Chile terminó emigrando y apoyando a Lorena Céspedes, de Independientes No Neutrales. Veloso acusó públicamente que la UDI la había vetado, y que eso se debía a su atrincheramiento. El exministro UDI negó haberlo hecho y que tenían derecho a integrar la mesa. El asunto es que en el bando de RN afirman tajantes que la “pasada de máquina” y todo eso los decidió a alejarse de sus hasta entonces socios. Que por eso sacaron la autocrítica carta en que dijeron que “muchas veces no hemos sido capaces de entender la mirada de los pueblos originarios ni hacernos cargo de las lecciones que nos ha dejado la historia”, la que no firmó ningún UDI. Y que seguirán tomando más medidas así.
Según ella. “El futuro del sector en la Convención no depende de que los 37 votemos en bloque constantemente, porque podemos seguir siendo irrelevantes como lo fuimos en la votación de la presidencia y vicepresidente, el primer día, cuando la izquierda y la extrema izquierda se unieron y eligieron a Jaime Bassa. Consideramos importante salir de la trinchera y hacer nuevas propuestas. Con la UDI hemos conversado algunos temas, pero a veces uno ve que tienen sus decisiones tomadas”.
Lorena Céspedes Fernández (47)
Profesora de Física y Robótica. Distrito 23, Independientes No Neutrales.
Por qué. Su labor en una de las vicepresidencias adjuntas de la testera, en parte a consecuencia del episodio Veloso, le ha ocupado en la instalación final de la Convención (luego de los líos del inicio), que pueden parecer ceñidas a lo procedimental, pero son esenciales e implican estar en permanente contacto con delegados de todas las listas. Y eso mismo le ha despejado espacios de diálogo que ha ocupado y sigue decidida a hacerlo.
¿Inadvertida? Se define sin pretensiones políticas y de bajo perfil, pero probablemente la mayoría la ubique. Desde su cargo le toca ocuparse de un sinfín de cuestiones operativas centradas en la comunicación interna y externa de la Constituyente. Algunas meramente administrativas, como hacerles saber disponibilidad de tests PCR y almuerzos. Otras, como canalizar inscripciones de asesores y visitas, o atender necesidades de comisiones, o relativas al manejo de asignaciones. También hacer saber del cumplimiento de declaraciones de patrimonio e intereses, entregar material relativo a la Ley de Lobby y su aplicación. Y además las comunicaciones externas, mantener enlace con la Segpres, y otros. Conversa con delegados desde la UDI hasta el PC y la Lista del Pueblo, pero no solo sobre estos esenciales para la marcha de la asamblea.
Redes. Céspedes ha dicho más de una vez que está por empujar el diálogo y entre con quienes ha tenido acercamientos políticos se cuentan convencionales del Colectivo Socialista, ha trabajado algunas enmiendas con gente de RN, y ha propiciado iniciativas de los movimientos sociales y de la LdP. Tuvo 27 patrocinios -seis más de los necesarios- para la vicepresidencia, entre LdP, FA, PL, RN y otros. Eso sí, sus más cercanos son los otros 10 integrantes del colectivo INN, que se precia de tener un rol de puente y sus convicciones son de izquierda.
Qué dice. “Tenemos una tremenda responsabilidad en poner todas nuestras capacidades. En mi caso, propiciar un diálogo constante entre personas que piensan distinto y construir confianzas. Esta Convención implica un proceso de todos los 155, de trabajar y conocerse para proyectar lo que vamos a hacer de octubre en adelante”.