Ambas son generaciones surgidas en plena era digital. Se trata de los Millennials y los llamados Centennials. Los primeros, nacidos en los años 80′ están entre los 26 y los 40 años, mientras que los Centennials o también conocida como Generación Z (Gen Z), aquella nacida entre los años 1996 y 2012, tiene entre 9 y 25 años.
Esa diferencia en los años en que nacieron no es solo una anécdota. De algún modo también marca su forma de ver la vida y los eventos bibliográficos que la delimitan. Lo muestran las películas que son representativas de cada una, como El viaje de Chihiro (2001), 500 días con ella (2009) o El eterno resplandor de una mente sin recuerdos (2004), para los Millennials, y lo que para la Generación Z se puede ver en cintas como A todos los chicos de los que me enamoré (2018) o Descendientes (2015), por nombrar algunas.
¿Pero qué diferencias muestran en Chile? ¿Dónde está la brecha generacional entre ambos grupos? Esa pregunta respondió el estudio Chilenografía, investigación cualitativa y cuantitativa que consideró un total de 1.000 entrevistas mensuales, realizado por La Vulca, agencia de consultoría especializada en lectura social, con el apoyo de la Facultad de Matemáticas UC.
En una época de crisis en distintos frentes, con procesos sociales que se han gatillado o acelerado, “los aspectos que diferencian a ambas generaciones comienzan a notarse cada vez más”, explica José Miguel Ventura autor de la Chilenografía y socio de La Vulca.
Bienestar y felicidad
Una de las áreas en las que esas divergencias se aprecia, está en qué sitúan como relevante en cuanto a bienestar personal y felicidad. Para los Millennials en Chile en ese punto incide más la familia, tanto nuclear como la extendida: el 64% lo declara, versus el 54% de los Gen Z.
Algo similar ocurre con la relación con los hijos, que se relata cómo más relevante para los nacidos en la década de los 80 y principios de los 90, con un 85% versus el 72% en los Gen Z. Lo mismo se da con la importancia a la casa (Millennials 63% y Gen Z 55%).
En el valor que se le da en el bienestar al trabajo se produce una diferencia importante, con 32% de los Millenials que lo admite como sustancial, y con solo un 17% de los Gen Z que lo ve del mismo modo. Esa brecha se ve además en la economía del hogar (Millennials 42% y Gen Z 27%).
“Todos aspectos propios de quienes están asumiendo responsabilidades familiares y laborales”, dice Ventura. Cifras que revelan cómo para los Millennials su definición como personas se basa más en los conceptos de familia, casa y trabajo.
Para los que componen la Gen Z en el bienestar y la felicidad pesan más la relación con las mascotas (14% de los Millennials lo declara, versus el 24% de los Gen Z), los amigos (Millennials, 13% y Gen Z, 23%) y la carrera que estudian o estudiaron (Millennials, 9% y Gen Z, 20%). “Esto resulta natural, considerando que la mayoría está aún en etapa de preparación para estas responsabilidades”, dice Ventura.
En salud mental y bienestar, Marcela Pérez de Arce, socióloga, encargada de la Chilenografia explica que hoy los Millennials y Generación Z están lidiando con el difícil escenario impuesto por la pandemia y la crisis económica, “pero los primeros parecen capear mejor estas olas, probablemente en base a la mayor estabilidad y herramientas personales que acompañan a la adultez”.
Los nacidos desde los ochenta son a su vez los que están menos satisfechos con su bienestar personal: 23% de los Millennials declara estar insatisfecho, versus el 18% de los Gen Z. Eso ocurre, dice Pérez de Arce en parte porque se sienten más en “modo de sobrevivencia”.
Esa insatisfacción con la vida, no se da de la misma manera con el trabajo. Es en ese espacio donde los Millennials se reconocen más contentos o satisfechos (46%, contra el 40% de los Gen Z). También con su salud física (48%, contra el 42% de los Gen Z) y mental (55%, contra el 47% entre los Gen Z), y más felices con la relación con sus hijos (85% a 77%).
La GenZ, en tanto, “pareciera estar sufriendo más con su salud mental, lo cual parece razonable, pensando que para ellos la dimensión social es, al mismo tiempo de primera importancia, pero la más restringida durante la pandemia”, resalta Pérez de Arce.
Ese grupo declara estar más ansiosos que los Millennials (58% de la Gen Z lo declara, versus el 51% de los Millennials). Al mismo tiempo, son quienes más dicen que han aumentado la cantidad de cosas que prefiere hacer solos (59% la Gen Z y 53% los Millennials).
Una generación que cuenta con muchas alternativas de entretenimiento y conexión en el día a día. Pero eso no siempre es una ventaja, aclara Pérez de Arce: “Se sienten más abrumados por tener tantas opciones para elegir o decidir en su vida cotidiana”. Mientras el 33% de los Millennials admite que eso los agobia, el porcentaje sube a 44% en los Gen Z. Además de lo anterior, se suma que los Gen Z se sienten mucho más juzgados que los Millennials, tanto por sus familias como por la sociedad.
Dimensión ciudadana
El estudio revela que los Millennials parecen estar más en sintonía con la dimensión ciudadana. Están más más felices con la relación con su país que la Gen Z (32% a 24%). En esa felicidad, explica Ventura, les influye más la relación con su barrio (32% a 24%) y su ciudad (34% a 28%).
En cuanto a su círculo cercano, los Millennials perciben más empatía de parte de su familia (63%, versus el 55% de los Gen Z). La Gen Z, en tanto, que reconocen más empatía de parte de sus amigos (57% lo declara, versus el 50% de los Millennials). “Pero, probablemente por su edad, aún no se sienten tan vinculados a la vida más ciudadana”, acota Ventura.
¿Tienen puntos en común? El aspecto en que las generaciones coinciden, indica el estudio, es en la visión crítica respecto a las marcas: en ambos segmentos, alrededor de un 80% opina que las marcas o empresas no logran conectar con lo que le preocupa a la sociedad, y alrededor de un 75% piensa que éstas tampoco intentan comprender a sus clientes o sus consumidores.
“En tiempos donde las formas de comprar y vender están cambiando de manera radical, un 85% opina que las marcas o empresas entran en contacto con sus clientes solo cuando estos tienen problemas”, señala Ventura.
Con todo, se observan algunas diferencias, destaca el estudio. Esas se ven principalmente en cómo la Gen Z parece estar más enfocada en aspectos más prácticos y en la atención a la hora de comprar, especialmente en la atención previa a la compra (52% de los Millennials lo considera importante, versus un 58% de la Gen Z), el servicio durante la venta (64% los Millennials y 70% la Gen Z) y el servicio de instalación (66% los Millennials y 71% la Gen Z).
Pero tal vez las diferencias más notorias entre ambas generaciones se encuentran en la forma en que se relacionan con las marcas y cuáles le dan valor. En la investigación al preguntárseles de forma abierta y espontánea cuáles aportaban a su felicidad, de las 20 más mencionadas por la Gen Z, 14 eran relacionadas con la tecnología (Samsung, Youtube, Netflix, Apple, entre otras), y ninguna marca de telecomunicaciones.
Consultados sobre el mismo tema los Millennials mencionaron sólo a tres marcas tecnológicas entre los 20 primeros lugares (Samsung, Netflix y Mercado Libre), junto con tres de telecomunicaciones (Claro, Movistar, Wom).
“Un fenómeno similar se repite al preguntárseles por marcas que aporten a su bienestar personal, o que estén presentes positivamente en su día a día”, dice Ventura. La Gen Z parece conocer y recordar muchas más marcas en este ámbito que la generación que les sigue en edad, con un rol menor de las marcas de telecomunicaciones.
Ambos grupos, además, abordan la tecnología de manera diferente. Para los Centennialls, auténticos nativos digitales, la tecnología no es un elemento de consumo sino una herramienta que les facilita el acceso a la comunicación, al intercambio, a la educación y al entretenimiento.
Tienen en ese sentido una actitud mucho más práctica. Por ejemplo, al preguntarles por marcas que les facilitan la vida, entre los primeros 20 lugares aparecen cuatro menciones a las apps de delivery y transporte, y tres de telecomunicaciones, mientras que, entre los Millennials, no aparece ninguna de delivery o transporte, pero sí cuatro menciones a telecomunicaciones.
Aunque las diferencias entre Millennials y Gen Z parecieran estar en buena medida basadas en sus diferentes etapas en el ciclo de vida, Ventura recalca que sí pareciera haber una brecha en lo que respecta a la relación con las marcas: “Los jóvenes no sólo se manejan más y mejor en el ámbito de la tecnología, sino que también parecen tener un sentido más pragmático de la relación con las marcas, lo que pone desafíos claros y concretos para el marketing post pandemia”.