Cuando la sicóloga social estadounidense Rosanna Guadagno empezó a estudiar el efecto de los emails en las relaciones sociales, a inicios de la década del 2000, hacía su posdoctorado en la sede de Santa Bárbara de la Universidad de California. En ese tiempo, los correos electrónicos eran vistos como una moda. "Inicialmente comencé a investigarlos para comprender si la persuasión interpersonal por email sería similar a la persuasión cara a cara o escrita en un papel", recuerda, justamente por correo electrónico, la actual directora del Information Warfare Working Group, equipo multidisciplinario de académicos de la Universidad de Stanford para abordar la guerra de información en internet. Además, es investigadora del Peace Innovation Lab, centro que estudia campos como el comportamiento, la innovación, ciencias de la computación, las tecnologías sociales y las finanzas.
Guadagno trabaja en tres áreas de investigación: influencia social y persuasión, comportamiento social y comunicación mediada, y roles de género.
Veinte años después de que partió con el estudio del e-mail, ¿cómo ve el estado de las relaciones sociales en un mundo hiperconectado?
Esta era de hiperconexión tiene sus pros y contras. Me encanta cómo las redes sociales permiten que las personas se contacten con otros de una manera que simplemente no sería posible sin la tecnología. Por ejemplo, alguien puede tuitear a sus actores favoritos (y algunas veces obtener una respuesta), buscar la ayuda de otros a una escala masiva y encontrar nuevas parejas de manera similar. Pero también tiene muchos aspectos negativos. Por ejemplo, gran parte de nuestro discurso online puede ser cruel, desagradable y centrarse en la propagación de creencias falsas respaldadas por información incorrecta. Además, está este enfoque de verse bien y obtener "Me gusta" y retuits, que también empuja a las personas a priorizar la apariencia: eso ha demostrado ser perjudicial para la interacción humana.
En este contexto, ¿cómo deberían cambiar las relaciones sociales en el futuro?
Creo que se volverán cada vez más disruptivas y caóticas a medida que las personas sigan consumiendo noticias falsas y otros contenidos en línea.
¿Tenemos que preocuparnos?
Creo que cada vez que hay un gran cambio tecnológico, cambia la naturaleza de la interacción humana. Sin embargo, la gran cantidad de noticias falsas que se difunden en línea es algo tan rápido que afecta las creencias básicas de las personas sobre el mundo. Mientras las compañías de tecnología ganen dinero por viralizar contenidos y por el tiempo en que la gente use sus productos, no sé cuándo podrá cambiar esto. Por lo tanto, y respondiendo a tu pregunta, me preocupa la interacción social humana en el entorno informativo de hoy, me preocupa el futuro.
En términos prácticos, ¿qué aspectos de nuestra vida cotidiana podrían cambiar?
Una cosa que ya ha cambiado es donde las personas reciben sus noticias. La gente está recibiendo más noticias que nunca por las redes sociales y esto hace que sea difícil verificar la información. Esto también está cambiando el papel de los medios tradicionales, ya que se vuelven menos importantes como fuentes de información objetiva. Además, los mismos medios tradicionales a menudo amplifican las afirmaciones falsas hechas en las redes sociales por personas que son fuentes de baja credibilidad.
¿Este escenario cambiará las relaciones de género?
Creo que uno de los aspectos más interesantes de las redes sociales es que permiten que las personas encuentren a otras personas parecidas a ellas que no son fáciles de identificar por apariencia o ubicación geográfica. Respecto del género, hemos visto un cambio cultural hacia la aceptación de diferentes modelos de género y sexualidad. En Estados Unidos la aceptación a las personas trans y no binarias ha crecido a medida que nos damos cuenta de lo común que es su presencia. Esto también ayudó a que el movimiento #metoo fuera efectivo, ya que las personas se dieron cuenta de que la mayoría de las mujeres que conocían habían sido acosadas o agredidas sexualmente por alguien en sus vidas. Si bien existen todos los aspectos positivos, la evidencia también indica que las mujeres y las adolescentes tienen más probabilidades de desarrollar una baja autoestima debido a que la imagen se centra en las redes sociales y la tendencia de las personas a publicar solo los aspectos positivos de sus vidas junto con las imágenes intervenidas, mostrando a las personas en su mejor momento.
En términos de relaciones de pareja, ¿qué efectos tendrán plataformas como Tinder?
La investigación sobre estas aplicaciones indican que las estrategias de selección online de pareja son similares a las utilizadas por las personas durante mucho tiempo en la era anterior a que existieran internet y las aplicaciones. Acá la pregunta clave es si las personas son honestas sobre quiénes son y qué buscan en una pareja. En estas aplicaciones, es más fácil ser deshonesto en la forma en que te presentas y eso hace que sea más difícil para los que sí son honestos encontrar una pareja con ideas afines. También hay una gran diferencia de género, porque las mujeres consiguen muchos más contactos en estas aplicaciones que los hombres, por lo que a ellos generalmente les cuesta más encontrar aquí a alguien.