Constanza Michelson
"Y es que mujer no es el opuesto rosado o morado a hombre. Hombre es el universal, la medida del diseño del mundo (desde el diseño de los airbags hasta los campos de refugiados, dice Caroline Criado en La mujer invisible), mientras que mujer es lo diverso, es la interrupción de esa verdad. Por eso que su reivindicación viene de la mano de tantos otros grupos oprimidos, incluidas la de hombres que tampoco calzan con el hombre."
Así como es posible que, en menos de un año de pandemia, sean varios laboratorios los que hayan desarrollado una vacuna, a la vez es perfectamente posible que tamaña hazaña vaya acompañada de un “catastrófico fracaso moral”, como declaró hace algunos días la OMS.
El escritor y académico canadiense participó recientemente en un encuentro virtual organizado por la Fundación Saber Futuro. Allí discutió algunos de los temas que lo han hecho conocido a través de ensayos y libros: los peligros en la economía política de la inteligencia artificial y el desarrollo digital, además del potencial de estas mismas herramientas para guiar la ruta hacia una sociedad “postrabajo” en la que el tiempo libre modifique la forma de vivir.
"Las generaciones parecen eslabones sueltos. A veces parece que entre la juventud y la adultez no hay distancia psicológica, como si nadie quisiera ser adulto. Quizás porque se asocia a algo demasiado definitivo o a sostener una autoridad siempre cuestionable".
"Según el sociólogo Michel Wieviorka lo contrario a la violencia, no es la paz sino el conflicto. Al menos si definimos a la violencia como ruptura, como fin de la discusión, el conflicto entonces, queda del lado de la tensión entre las partes, pero al fin y al cabo, hay reconocimiento mutuo de las partes".
Las crisis políticas en el mundo y la pandemia del coronavirus han mantenido al elogiado y controvertido pensador esloveno como un protagonista de la discusión intelectual en el último tiempo. En esta entrevista, el filósofo, reconocido como un férreo crítico del sistema capitalista y sus principios, plantea que el proceso social y político que ha vivido Chile en los últimos meses tiene resonancias globales. “Nuestra vieja sociedad ya está muerta, simplemente hay quienes no lo saben y tenemos que recordárselos, hacer que miren hacia abajo y vean el abismo bajo sus pies”, asegura.
"La relación al lenguaje es una forma de ser y estar en el mundo. Es nuestro aliento, el ritmo singular en que devolvemos el aire al mundo. Es misterioso cómo algunas palabras nos interpelan, como si las escucháramos por primera vez; palabras que generan placer, extrañamiento, desplazamientos e interrupciones de lo que se ha vuelto estereotipado".
"Quiero decir que lo que importa no son los decires, sino la relación a lo dicho: puede que lleguemos a Marte y seamos buenos, pero podría ser que ya no traicionemos porque tampoco hagamos promesas, y que la violencia sea justamente la incapacidad de pensarla".
"En Chile, como en el resto del continente, estamos atravesados por una matriz colonial, que ubica lo deseable y al saber en el imaginario europeo, en la rubiedad, en el experto del Hemisferio Norte".
"Los objetos domésticos son cada vez más decorativos, pero no se aman. Tienen una lindura que nada tiene que ver con placer ni el regazo que un objeto puede dar, porque los objetos se han vuelto cosas, mercancías".
El escritor y analista político español Esteban Hernández plantea que la crisis sanitaria encontró a los intelectuales y expertos en un estado de hibernación. “Estamos en un sistema muy anquilosado, porque la mayor parte de la gente que está dirigiendo las cosas, técnicos, expertos, tiende a reproducir esquemas mentales e ideas que son los que tenía hace dos o tres años”, señala el autor, quien además es jefe de la sección de opinión del diario El Confidencial.