Daniel Matamala
Un crimen tan brutal como este, cometido contra servidores públicos en el Día del Carabinero, es un desafío al Estado de Chile en su conjunto. Ante él, se debe enfatizar que la sociedad chilena está unida, y que tiene la voluntad y la capacidad para desplegarse en la zona sin vacilaciones.
La teoría de la conspiración de Jadue es especialmente débil. El argumento del “año electoral” no se sostiene. El próximo año sin elecciones es 2026. ¿La Fiscalía debe irse de vacaciones hasta esa fecha?
Esa forma de pensar es ciega y peligrosa para el propio empresariado. Los chilenos rechazan la violencia que marcó el estallido, y están defraudados porque el sistema no dio solución a los problemas planteados. Pero no han olvidado ni resignado las demandas sociales que lo gatillaron.
Es llamativo que un proyecto político tan crítico del poder cuando otros lo ejercen, resulte ser tan autocomplaciente cuando son ellos los que están al mando.
Mientras los profesionales investigan, a los políticos les corresponde hacer su pega: despachar una Ley de Inteligencia que lleva seis años en trámite, crear el Ministerio de Seguridad y aprobar las aún pendientes reglas del uso de la fuerza.
Vivimos en un mundo cada vez más caótico e impredecible. Los problemas son complejos, y las soluciones, lentas. En este páramo, los hombres fuertes dan una ilusión de control: de que hay alguien a cargo, tomando decisiones rápidas y efectivas.