Lo que más me entristece al atestiguar mi creciente e inexorable deterioro físico es que ya no puedo correr. Me he olvidado de correr, ya no sé cómo hacerlo. Mi cuerpo de mamut pesa tanto, y mis músculos se han vuelto tan flácidos, y mis reservas de vigor y energía han declinado tanto que, aun cuando lo intento, ya no puedo correr. Mis últimas tentativas de correr han resultado en unos fracasos tan bochornosos que me he propuesto no seguir haciendo el ridículo.
15 feb 2025 09:15 PM