"Es de esperar que el diseño del nuevo Chile nos permita ejercer esa libertad madura y responsable y movilizarnos ya no contra algo, como prisioneros del pasado, sino a favor de algo, como protagonistas del futuro".
20 jul 2021 04:00 PM
Presidenta de Sistema B Chile
"Es de esperar que el diseño del nuevo Chile nos permita ejercer esa libertad madura y responsable y movilizarnos ya no contra algo, como prisioneros del pasado, sino a favor de algo, como protagonistas del futuro".
Es necesario abrazar un sistema para poder cambiarlo. Enfrentar estos cambios con la mente, el corazón o la voluntad cerrados, nos llevan a actuar desde la duda, el odio o el miedo.
"Para sortear las barreras ideológicas y la necesidad de bajar los ímpetus en nuestra conversación, los mismos autores plantean que se requiere una mayor cooperación que corte transversalmente las divisiones establecidas; mientras más, mejor".
En tiempos como éstos necesitamos liderazgos generosos, que estén a la altura de las circunstancias y se atrevan a negociar en forma honesta y actuar de manera decidida, aunque signifique dejar “algo sobre la mesa”.
Ojalá que se acabe la moda de encontrar todo malo y comprendamos que andar mal agestados, no nos hace necesariamente más heroicos ni combatientes.
Nada indica que las empresas que más crecen y más ganan, sean las mejores ni las que perduran.
En términos de resiliencia, esa capacidad de salir fortalecidos de una situación adversa, pudimos constatar que, tal como escribieron los grandes psiquiatras de la post- guerra, el poder de la narrativa y el propósito, la creatividad y la innovación, la conexión con los demás y la empatía, saber pedir ayuda y movilizarse para ayudar a otros efectivamente nos hacen más fuertes.
Se aceleraron los cambios más allá de lo que suponíamos posible; lo esperable, pasó a ser evidente y muchas recomendaciones se convirtieron en imperativos.
Si queremos ser más comunidad, necesitaremos a los que tienen miedo de cambiar todo y a los que temen que nada cambie, y la Constitución podría ser un mecanismo importantísimo, si bien no el único, para este fin.
Un amigo nos señalaba hace unos días que el amor -llevémoslo a nuestra convivencia- no es un sentimiento, es una decisión. Sabremos por experiencia cuánto se facilita dicha decisión, cuando la propician la amistad, los afectos y las ganas de colaborar.