Columna de Patricio Herrera: Claudia Sheinbaum: la primera presidenta de México
El 2 de junio pasado, un 60% de los mexicanos (36 millones de personas) sufragaron libremente y marcaron su preferencia para que, de manera inédita, en 200 años de vida republicana, los gobierne una mujer: Claudia Sheinbaum, profesional, científica y de una ascendente trayectoria política, la que además tuvo como su más cercana contendora electoral a otra mujer, Xóchitl Gálvez, apoyada por la alianza PAN, PRD y del PRI. Este último conocido por su hegemonía en el sistema político mexicano.
El triunfo de Sheinbaum reafirmó que México es de los pocos países en el continente que tiene continuidad ideológica en el traspaso de gobierno. La prolongación del proyecto político de MORENA —según sus detractores y los medios, en su mayoría capturado por intereses económicos— se atribuye al autoritarismo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) o a su mesianismo populista. Quienes hemos investigado la política mexicana podemos afirmar que han sido transversales los regímenes autoritarios y formas personalistas de conducción partidaria y gremial. Así ha sido el caso de gobernantes como Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz o Gustavo Díaz Ordaz.
Herencia de aciertos y opacidades
La mandataria electa heredará los aciertos y opacidades de un sexenio que realizó ajustes significativos. En lo institucional, la presidencia de AMLO generó confianza en el rol del Estado para atender las demandas ciudadanas.
A nivel económico, durante el sexenio se fortaleció su moneda, se incrementó la inversión en la industria manufacturera y logística, fortaleciendo el empleo formal. El salario mínimo tuvo un crecimiento nominal de un inédito 113% durante el sexenio, la inflación durante el periodo bordea un 27% y se incrementó el consumo en bienes y servicios.
En materia social, al menos 6 millones de personas salieron de la pobreza, se fortalecieron los programas para jubilados y tercera edad, las becas para estudiar, se implementaron programas de salud para sectores postergados, se atendieron necesidades de las comunidades indígenas, se mejoró la conectividad e infraestructura en las periferias urbanas y en zonas rurales. Sin embargo, su gran deuda fue la violencia descontrolada. En la actualidad, de las diez ciudades más peligrosas del mundo, México posee el récord de seis.
Desafíos inmediatos
En lo inmediato, Sheinbaum deberá ocuparse de atraer la inversión extranjera que se ha frenado en el último trimestre ante la inminente reforma judicial, propuesta por el saliente mandatario. También, dar certeza jurídica a inversores nacionales y extranjeros, con tal de seguir mejorando en formalización del empleo, la distribución equitativa del salario e inversión social. Otro desafío será revisar la deteriorada infraestructura crítica y, finalmente, enfrentar la creciente violencia de los cárteles del narcotráfico. Solo en septiembre en el estado de Sinaloa han muerto 121 personas y han desaparecido 164. Sumado a ello, crece el malestar en la ciudadanía por la falta de esclarecimiento de las muertes de los jóvenes de Ayotzinapa y los feminicidios siguen al alza.
Claudia Sheinbaum hoy ingresa a la historia como la primera mujer presidenta de México y seguro brillará con luces propias. Ojalá al concluir su sexenio la democracia mexicana sea más robusta y con equidad de género en las funciones públicas y privadas, en una vida política y económica gobernada por hombres.
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