Columna de Alejandra Muñoz: El Plan Transbay: Una transformación urbana integral

Alejandra Muñoz USS

En Chile, la necesidad de generar integración social es fundamental para mejorar la calidad de vida no solo de quienes habitan las viviendas, sino también de la ciudad en su conjunto. La integración social no solo brinda un hogar digno a familias de escasos recursos, sino que también fomenta una economía local más robusta y enriquece los espacios públicos, creando entornos urbanos inclusivos y vibrantes. Un ejemplo inspirador de cómo esto puede lograrse es el Plan Transbay en San Francisco, Estados Unidos.

Este proyecto es una ambiciosa iniciativa de reurbanización, rehabilitación y revitalización que abarca 16 hectáreas céntricas de la ciudad californiana. Esta área, antiguamente ocupada por una autopista y la antigua Terminal Transbay, sufrió daños significativos debido al terremoto de 1989. El proyecto se divide en dos sectores principales, siendo la zona sur la destinada al desarrollo de nuevas comunidades residenciales de uso mixto y alta densidad en terrenos públicos.

Una vez completado, el Plan Transbay proporcionará 3.800 viviendas, de las cuales el 36% (1.400) serán viviendas de bajo costo. Además, incluirá 1,4 hectáreas de parques y espacios abiertos, y 74.000 metros cuadrados para oficinas y comercios. Estas viviendas asequibles se destinarán al arriendo de familias de escasos recursos y a la compra de primera vivienda para familias de ingresos bajos y medios, integrando social y económicamente a diversos grupos poblacionales.

Esta iniciativa es un ejemplo inspirador de cómo recuperar suelos urbanos degradados para reactivar la ciudad y promover la integración social y sustentable de familias de escasos recursos. El proyecto no solo mejora la calidad de vida de los residentes, sino que también estimula la economía local, incrementa los servicios disponibles y enriquece los espacios públicos. Así, este modelo asoma como una referencia para proyectos de reurbanización y revitalización urbana en Chile y América Latina, un plan que puede inspirar a nuestras ciudades a implementar soluciones similares para abordar los desafíos de vivienda, inclusión social y desarrollo económico sostenible.

En Santiago, por ejemplo, existen áreas como el sector de Estación Central y sus alrededores, donde la aplicación de principios similares podría transformar espacios degradados en comunidades vibrantes y multifuncionales, beneficiando tanto a los residentes como a la ciudad en su conjunto. La experiencia de San Francisco demuestra que es posible transformar áreas deterioradas en comunidades prósperas y sostenibles, y en Chile, estamos en una posición ideal para aprender de estos ejemplos y adaptar estas prácticas a nuestras propias necesidades y contextos urbanos.

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