El cuerpo humano es un conjunto de órganos y sistemas con un número infinito de procesos biológicos entrelazados y que, cuando presentan alguna alteración, pueden tener efectos en múltiples áreas.
Por este motivo, en el área de la Odontología, las investigaciones se centran hoy en el impacto potencial que podrían tener las enfermedades orales en la salud sistémica. Se ha manifestado que “La boca es la ventana a la salud del cuerpo “, pudiendo mostrar signos de enfermedades generales, infecciones y deficiencias nutricionales, entre otras patologías.
Diversos estudios relacionan signos orales, como la presencia de caries, número de piezas dentarias perdidas, salud oral e infecciones periodontales, con patologías sistémicas como la diabetes, hipertensión, síndrome metabólico, obesidad, enfermedades pulmonares y cardiovasculares, entre otras. Lo anterior evidencia la importancia de la detección y tratamiento de enfermedades orales asociadas a la medicina general.
Además, la salud bucal también puede influir en el bienestar físico, autoestima, comunicación y las relaciones sociales.
De hecho, actualmente, la salud oral se considera como un concepto multidimensional. Según la Organización Mundial de la Salud, se define como el bienestar físico, psicológico y social en relación con el estado de la dentición y de los tejidos blandos y duros de la cavidad bucal. No se limita a la ausencia de afección o enfermedad.
Considerando esa premisa, se hace necesario que se visibilice ante la comunidad y los profesionales del área de la salud, la relación bidireccional que existe entre la boca y el cuerpo humano, para que el abordaje de las enfermedades sea multidisciplinario.
En este sentido, ante un escenario de envejecimiento acelerado de la población a nivel global y local, es fundamental reconocer que los adultos mayores son particularmente susceptibles de tener diversas complicaciones en términos de salud. Asumiendo que el organismo es uno y que la boca es parte de él, se hace necesaria considerarla en el tratamiento y control metabólico, por ejemplo, de enfermedades prevalentes como la diabetes y la hipertensión arterial, en el adulto mayor.
Teniendo en cuenta estos elementos, y ante el desafío de promover el desarrollo integral de las personas, particularmente en este caso de las mayores, es preciso que se instale en Chile una mirada preventiva de la salud oral, acompañada de un abordaje institucional multidimensional e intersectorial. A esto se suma la necesidad de visibilizar este tipo de problemas sanitarios y con ello aumentar la cobertura actual que tiene el sistema. Un brecha que como país debemos resolver para velar por la salud integral de toda la población, en especial de las personas mayores.