En la era actual, las tecnologías emergentes están revolucionando la manera en que las personas mayores viven y se cuidan. Las innovaciones en hogares inteligentes y dispositivos de asistencia ofrecen nuevas oportunidades para mejorar la independencia, la seguridad y la calidad de vida de los ancianos.
Un hogar inteligente está equipado con dispositivos y sistemas automatizados que pueden controlarse de manera remota o a través de comandos de voz. Estas tecnologías están diseñadas para hacer la vida más fácil y segura, y son especialmente beneficiosas para las personas mayores, mejorando significativamente su calidad de vida.
Comencemos por lo esencial: los monitores de salud. Estos pueden variar desde sensores instalados en el hogar para detectar caídas o cambios en los patrones de movimiento, hasta dispositivos portátiles como relojes inteligentes que monitorizan frecuencias vitales, patrones de sueño y niveles de actividad física. Además, los sistemas de iluminación inteligente, sensores de movimiento, dispositivos de seguridad y acceso, control ambiental, asistentes de voz con inteligencia artificial, asistentes de emergencia eléctrica y asistentes para las actividades instrumentales del hogar son algunas de las alternativas de domótica que podemos integrar en un hogar.
La brecha digital se está reduciendo constantemente; el internet ha sido recientemente considerado un servicio público, y la tecnología es cada vez más accesible para todos. Esta accesibilidad creciente elimina las excusas para no considerar la inteligencia artificial y los hogares inteligentes como el próximo paso para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
El Estado, los gobiernos regionales y el sector privado pueden convertirse en aliados cruciales en esta transición tecnológica. Las innovaciones en hogares inteligentes y dispositivos de asistencia representan un avance significativo en el cuidado de las personas mayores, ofreciendo una mayor independencia, seguridad y calidad de vida. A medida que estas tecnologías continúan evolucionando, es fundamental abordar los desafíos de accesibilidad, privacidad y usabilidad para maximizar su impacto positivo.
Integrar estas soluciones en la vida cotidiana de las personas mayores permite crear entornos que no solo responden a sus necesidades físicas, sino que también fomentan su bienestar emocional y social. Esto promueve un envejecimiento activo y saludable, permitiendo a las personas mayores vivir de manera más autónoma y con una mejor calidad de vida.