Columna de opinión: La urgente necesidad de alfabetizar en salud

María Teresa Valenzuela USS

Son muchas las personas que no cuidan adecuadamente de su propia salud. Falta de educación, desmotivación, desinterés, escasez de recursos, aislamiento social o geográfico, inmigrantes, etc. (determinantes sociales de la salud), son algunos de los motivos que se suelen mencionar a la hora de explicar esto. Si cuando adquirimos una planta o una mascota solemos dedicar tiempo y esfuerzo en investigar sus necesidades específicas para poder brindarle los cuidados adecuados, ¿por qué no se aplica la misma dedicación cuando se trata de nuestra propia salud?

La respuesta puede estar en el bajo nivel de alfabetización en salud, un concepto que implica la capacidad de acceder, entender y aplicar la información de salud para tomar decisiones centradas en nuestras necesidades.

A pesar de vivir en un mundo saturado de información, la comprensión sobre cómo gestionar nuestra salud sigue siendo deficiente para muchos, entre otras causas por que el lenguaje en que se entrega la información dista mucho de ser sencillo.

El bajo nivel de alfabetización sanitaria no solo afecta nuestra calidad de vida, sino que además tiene un impacto negativo en los sistemas de salud, aumentando los costos y saturando los recursos. De acuerdo con un estudio de United Health Group, mejorar la alfabetización en salud podría evitar casi un millón de visitas al hospital y ahorrar más de 25 mil millones de dólares al año.

Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la alfabetización como un determinante crítico de la salud, su inclusión en políticas públicas sigue siendo un desafío. La OCDE, en su informe “El futuro de la educación y las habilidades 2030″, identifica la alfabetización en salud como una competencia central para el siglo XXI y un objetivo crítico para la educación con el fin de empoderar a los ciudadanos.

Al mejorar la alfabetización en salud, no solo empoderamos a las personas para que tomen decisiones informadas sobre su bienestar, sino que también fomentamos el cuidado centrado en la persona (autocuidado), favoreciendo la “decisión compartida”, contribuimos a la sostenibilidad de nuestros sistemas de salud y promovemos la equidad.

Las instituciones de educación superior debiésemos jugar un rol crucial. Las universidades tienen la oportunidad de impulsar la alfabetización en salud a través de programas educativos innovadores, investigaciones avanzadas y una estrecha colaboración con la comunidad. En ese contexto, resulta fundamental proveer a los futuros profesionales de la salud de las herramientas necesarias para que puedan educar adecuadamente y empoderar a la población.

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