Columna de Pablo Gómez: Mascotas: ¿Por qué el ruido excesivo es un riesgo para su salud?
El ruido excesivo representa un grave riesgo para la salud de nuestras mascotas. Tanto perros como gatos tienen una capacidad auditiva mucho más aguda que los humanos, lo que les permite percibir sonidos que resultan insoportables, incluso en niveles bajos para los humanos. La pirotecnia, las aglomeraciones y los altos volúmenes de música también se suman a los factores que podrían estresar a los animales en esta época. Lo preocupante es que esto no solo puede afectar su bienestar emocional, sino que también a su salud física.
Aunque el miedo es una reacción natural ante lo que se percibe como peligroso, cuando este se presenta de manera prolongada y en exceso puede desencadenar miedos, fobias, e incluso debilitar el sistema inmune de los animales. La fobia es una forma patológica de miedo que se manifiesta con conductas desproporcionadas, en el caso de las mascotas, a través de ladridos incontrolables, gemidos, o incluso pérdida de control corporal, señales claras de que el animal está sufriendo.
El impacto del estrés no se limita a la conducta: las mascotas expuestas a altos niveles de ansiedad pueden desarrollar problemas de salud como trastornos gastrointestinales, pérdida de apetito y un sistema inmunológico debilitado, lo que las hace más vulnerables a enfermedades. Por eso, es fundamental comprender que el ruido no solo es un inconveniente, sino una amenaza para su bienestar.
Una de las mejores formas de prevenir estos efectos negativos es mediante la socialización temprana. Familiarizar a nuestras mascotas con sonidos fuertes desde pequeños les ayuda a manejar mejor las situaciones estresantes. Sin embargo, si no pudimos anticiparnos, lo ideal es mantener la rutina de la mascota lo más normal posible, sin modificar su entorno de manera drástica.
Otro aporte fundamental es crear una “zona segura” en casa, donde el animal se sienta protegido y tranquilo, para que pueda retirarse allí en momentos de angustia. Este espacio debe ser previamente acondicionado y asociado a experiencias positivas para que el animal lo busque instintivamente cuando necesite refugio.
El Año Nuevo puede ser una época de festividad, pero es nuestra responsabilidad cuidar el bienestar de nuestras mascotas. Un simple ajuste en nuestra actitud y preparación puede marcar la diferencia entre una celebración feliz y una pesadilla para ellos.
Por Pablo Gómez, académico de Medicina Veterinaria USS
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